Aunque dirigentes de partidos y movimientos políticos de tendencia conservadora y liberal, que supuestamente adversan al orteguismo se han declarado a favor de la unidad opositora, se han negado a firmar la Coalición Nacional que recién se conformó, con las excusas de no mezclarse con grupos de izquierda o porque prefieren participar solos en las elecciones, causan sospechas entre los grupos que lideran la resistencia desde abril del 2018, de que el divisionismo que fomentan responde a la estrategia del régimen de Daniel Ortega por dimanitar la unión de la oposición.
Jóvenes opositores y políticos de experiencia que integran la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAN) y la Alianza Cívica no creen que sea casualidad de que en las últimos dos meses en que se afinaba la Coalición Opositora surgieran voces divisionistas desde partidos políticos como el Conservador. Tampoco creen que fuese fortuito que el aliado y exembajador del orteguismo, Álvaro Robelo “reviviera” el movimiento Arriba Nicaragua con el supuesto fin de cohecionar a los opositores en el exilio. También les causa recelo que a lo interno del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), hubiesen directivos que intentaron impedir que se sumaran a la Coalición Nacional, según se conoció.
Guillermo Incer, del consejo político de la UNAB, dijo que la principal razón por la que esos movimientos divisionistas han fracasado, hasta ahora, es porque es mayoría el pueblo alrededor de los grupos que han demostrado ser consecuentes con la lucha pacífica por sacar al dictador Ortega y su vicepresidenta y esposa, Rosario Murillo del gobierno.
“El pueblo de Nicaragua está claro de quiénes son los actores políticos emergentes que están más cercanos a la agenda de cambio profundo, que los identifican en los polos de la UNAB y la Alianza Cívica”, afirmó Incer.
En la Alianza y la UNAB convergen los más de cien movimientos sociales, empresariales, campesinos, estudiantiles, de productores, académicos, feministas y de los pueblos afrodescendientes que se alzaron en las protestas en 2018. Ahí están los familiares de los asesinados por la Policía y parapolicías orteguistas, así como los expresos políticos y familiares de los autoconvocados aun encarcelados.
Sin embargo los políticos tradicionales han pretendido ocupar el liderazgo de quienes sí lograron arrinconar a la dictadura desde el estallido de las protestas, a nivel nacional como internacionalmente.
Los miembros de la UNAB y la Alianza Cívica señalaron que los políticos, muchos considerados colaboracionistas del régimen en el pasado reciente, no han conseguido desplazar porque son los grupos sociales quienes condicionan a los partidos para aceptarlos en la Coalición Nacional, bajo parámetros de ética, real compromiso por un cambio democrático demostrando ser consecuentes con la lucha.
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Incer dijo que se mantiene el principio de inclusión de todas las fuerzas opositoras, “siempre y cuando lo hagan de manera constructiva” aportando los recursos humanos, intelecturales y políticos a disposición de la Coalición, y no con el objetivo de buscar ser candidatos a cargos populares u otros réditos políticos.
“Es importante que estos actores que vienen de la política tradicional, den muestras fehaciente que el pueblo pueda ver de que han roto con la dictadura, pero además que están dispuestos a cambiar la forma de hacer política en Nicaragua”, refirió Incer.
Las organizaciones firmantes de la Coalición Nacional son la Alianza Cívica, UNAB, el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), partido indígena Yatama; Partido Restauración Democrática (PRD) y los movimientos Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), que agrupa a excontras, y el Movimiento Campesino.
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Los vainenes de los conservadores
Aniliquiar toda posibilidad de que los sectores opositores se unan en un solo bloque ha sido el objetivo del dictador Ortega, quien sabe que mantener divido el voto de la población que le rechaza por los crímenes y la corrupción de su régimen, es la forma de garantizarse el triunfo en las eventuales elecciones del 2021. El Frente Sandinista de Liberación Nacional FSLN está en permanente campaña de Ortega para un cuarto mandato consecutivo en la Presidencia.
El Bloque Centro Derecha impulsado con la marca de República Avanza, que coordina el político conservador Noel Vidaurre, rechazó ser parte de la Coalición Nacional con la excusa de no querer alianzas con quienes son disidentes del gobernante FSLN, en alusión al Movimiento Renovador Sandinistas (MRS).
Vidaurre fue apoyado por el presidente del Partido Conservador (PC), Alfredo César, en que usarían su propia casilla para participar en las elecciones como “Unión de Centro Derecha Nicaragua Avanza”. Eso lo afirmó el político el pasado 12 de febrero, pero cuando se presentó oficialmente el Bloque Centro Derecha, César no apareció, tal vez decepcionado de la casi nula receptividad, ya que fueron pocos los asistentes.
César supuestamente ya no rechaza tanto a los grupos de izquierda en la Coalición Nacional. Los cambios de postura según los réditos políticos que obtengan ha sido común entre los conservadores. Un ejemplo es que el pasado diciembre César y su diputada suplente, Wendy Guido, aseguraron que se retirarían de la Asamblea Nacional, pero incumplieron pues Guido se acreditó para reemplazar a César como legislador propietario, por un permiso de tres meses dado por el PC.
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La diputado Guido afirmó que “tenemos pendiente” decidir si el PC se sumará a la Coalición Nacional o seguirán apoyando al Bloque de Centro Derecha.
Posición divisionista los hace fracasar
Propagar la división de los nicaragüenses contra Ortega es lo que hace fracasar al Bloque Centro Derecha y al movimiento Arriba Nicaragua.
“No lograron concentrar fuerzas porque ambas propuestas son exclueyentes. Son propuestas donde no toleraban ni aceptaban otras maneras de pensar, de hacer política y querer unirse solo a los que eran iguales a ellos”, afirmó Jesús Tefel, excarcelado político de la llamada “banda de los aguadores”.
El camino de la Coalición Nacional ha sido de espinas pues entre las siete organizaciones que ya firmaron la proclama de unidad, se han dado fuertes críticas, roces personales y acusaciones de protagonismos personales o de alejarse de demandar la libertad de los más de sesenta presos políticos por centrarse en las reformas electorales.
Sin embargo para los jóvenes dirigentes de la resistencia el poder discutir las diferencias es ejemplo de que en la Coalición se practica la democracia entre sus organizaciones. Esa es otra defensa contra los grupos divisionistas que asumen posturas radicales y dictatoriales, aseguran los opositores.
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“En estos momentos de tanta dificultad económica, de asedio y amenazas constantes de grupos de la dictadura, lo que la población está apostando es a procesos unitarios donde todos los que tengamos el mismo objetivo de salir de la dictadura, nos unamos a pesar de nuestras diferencias”, señaló el expreso político Tefel.
La diversidad de pensamiento de los sectores sociales, partidos y movimientos es otra fortaleza de la unión opositora. Y es lo que hace al Bloque del Centro Derecha y Arriba Nicaragua a ser rechazados por la mayoría del pueblo.
En el PLC no todos respetan decisión de sus bases
El divisionismo de la oposición también se da a lo interno del PLC, donde horas antes de que ese partido firmara la proclama como parte de la Coalición Nacional, al menos dos de sus dirigentes nacionales se oponía, lo que no prosperó porque fue aplastada con el voto por mayoría de las directivas municipales, departamentales y regionales.
LA PRENSA conoció que Miguel Rosales, quien es parte del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), es uno de los que promueve la idea de que están entregando a ese partido sin presionar sin que se les conceda las posiciones ganadoras en las candidaturas a diputados o a la misma Presidencia, en las eventuales elecciones.
Durante el lanzamiento de la Coalición Nacional los miembros fueron claros de que no es tiempo de pensar en candidatos, sino que la prioridad sigue siendo la liberación de los presos políticos y la recuperación de todas las libertades fundamentales, como el de la protesta.
La posición de Rosales contra la participación del PLC en la unidad opositora donde convergen los sectores en resistencia, es distinta a que su partido se sume al Bloque de Centro Derecha, con los conservadores. Rosales fue mencionado por Alfredo César como uno de los principales promotores de esa alianza, pero aunque el político liberal negó eso en su momento, no ocultó su agrado con la idea.