Diajaira Lacayo Wislow, la adolescente miskita que recibió un impacto de bala en medio de la mandíbula, fue dada de alta médica este lunes, después que la semana pasada le extrajeron piezas dentales afectadas por el impacto del proyectil y fuera intervenida, en el hospital de Puerto Cabezas, Caribe Norte, explicó la líder indígena, Susana Marley, conocida como “Mama Grande”.
De acuerdo con la epicrisis de la menor, presentaba fractura en el maxilar superior y fractura en la parte inferior de la mandíbula. Marley explica que la niña tiene retardo y problemas de visión en su ojo izquierdo, y cree que una de las afectaciones de la bala es que con su ojo derecho ve borroso.
La niña se siente débil y sigue con dolor. Su familia, preocupada por la salud de la menor, quiere trasladarla a Managua para que sea valorada por un especialista.
Vigilados
La líder indígena relata que en el hospital, los padres de la menor no podían reclamar sobre la situación de su hija, y más bien, tenían miedo porque pusieron vigilancia policial en el Hospital, además que tiene como barrera el idioma, ya que su papá no habla español.
La adolescente de 15 años, resultó con una herida de arma de fuego en la comunidad Santa Clara, territorio Wangki Twi Tasba Raya, en Waspam el domingo 16 de febrero.
Los comunitarios miskitos aseguran que los responsables del hecho son los colonos que asedian y amenazan a la comunidad, sin embargo, la Policía Orteguista después que llegara al lugar publicó un comunicado en el que culpaban al primo de la menor y contradecía la versión de los indígenas, lo que provocó la indignación de los miskitus.
Los indígenas explicaron que la adolescente se bañaba con otras personas en un río cercano al pueblo a eso de las 5:00 de la tarde, cuando fueron sorprendidos por una ráfaga de disparos y enseguida, huyeron, pero una bala alcanzó a la adolescente en la mandíbula.
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Lacayo Wislow es una de las víctimas de la violencia que azota los territorios indígenas del Caribe Norte.
En lo que va del año, las comunidades mayagnas y miskitu han denunciado la zozobra en la que viven debido a los ataques y amenazas que reciben por parte de colonos, que invaden sus tierras. En el caso de Santa Clara, la semana pasada volvió a ser atacada, pero no hubo heridos.
Asimismo, encontraron una nota dejada por colonos en la puerta del Centro de Salud de la comunidad Wisconsin, en la que los decían que la “guerra comenzó, así que preparense”.
Esto fue denunciado por la misma Marley, quien también dijo que los indígenas están cansados de vivir en una constante vigilancia, en zozobra, y a eso se suma, el acceso a los alimentos, ya que no pueden cultivar con libertad, como antes.
El saneamiento que nunca llegó
Detrás de los conflictos de tierra en los pueblos indígenas está la deuda del saneamiento, que no ha realizado el régimen orteguista, pese a que lo establece la Ley 445, Ley del Régimen de Propiedad Comunal de los Pueblos Indígenas y Comunidades Étnicas de las Regiones Autónomas de la Costa Atlántica de Nicaragua y de los ríos Bocay, Coco, Indio y Maíz.
A esas zonas han llegado terceros queriéndose adueñar de las tierras de los nativos.