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Coalición sí… sin corruptos

Mi papá decía que “la política es ‘chancha’; que los políticos hoy están peleando y mañana estarán comiendo juntos. El pueblo es el jodido, siempre”.

Pero, no es que la política sea mala, ¡no!, incluso, Aristóteles afirmó que por naturaleza “el hombre es un animal político”, lo que no está bien es el camuflaje o hipocresía de algunos políticos en Nicaragua. Por ejemplo, a muchos nos da rabia ver a Wilfredo Navarro lamiendo las botas del caudillo, después de que el pueblo lo eligió para ser oposición.

Sin embargo, no solo Navarro ha saltado del barco (PLC) antes de hundirse. Hace días vimos a María Fernanda de Alemán y sus cuatro pelagatos abandonar la lealtad hacia Ortega. ¿O qué, me van a decir que ellos son oposición? ¿Acaso se olvidan que fue el PLC quien dividió el voto a través del pacto PLC-FSLN para que Ortega subiera al poder y sacara de la cárcel a uno de los 10 presidentes más corruptos del mundo?: Arnoldo Alemán.

Si damos un vistazo a la famosa Coalición Nacional son los mismos dinosaurios políticos de los 80, que hasta fueron partícipes de la “piñatita”, entre otros chupasangre, que han vivido de la explotación del pueblo. No estoy en contra de la Coalición Nacional, porque es lo único que queda, ya que cuando los tranques el diálogo solo sirvió para “enfriar el caldo”. La reflexión radica en que tuvieron que morir más de 300 jóvenes; herir a más de 2,000 y exiliar a más de 65,000 jóvenes ¿para qué?

Para que vengan los arcaísmos políticos —en Sociología se les conoce como parásitos sociales— a saltar del barco (FSLN) para seguir “chupando la teta”. Todos sabemos que Ortega políticamente está muerto y el día de las elecciones lo enterramos. No obstante, desde que tengo uso de razón veo las mismas caras políticas. Lo gracioso es que a ninguna de estas caritas cutres las vimos en los tranques… se encontraban atrincherados en hoteles… pero bueno, ya pasó.

Algunos opinan que la unión es necesaria. ¡Sí, es cierto! Pero esta vez que los políticos no jueguen con nosotros, sino, nosotros juguemos con ellos: Güegüense, volvé como en los 90. Unámonos y saquemos al asesino —nuestro objetivo— y a todos sus secuaces, para luego pasar a desparramar el árbol, esas garrapatas que se han inmiscuido en los tuétanos de la patria. Estoy seguro que si limpiamos la política mandando a descansar a todos esos “padrastros de la patria” corruptos pasaremos décadas en paz, sin ver subir a otro caudillo como Ortega, que por cierto, ni yo ni los jóvenes de hoy subimos, porque para entonces éramos unos cipotes.

El autor es filólogo y comunicador

Opinión Coalición Nacional FSLN PLC archivo
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