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Las ocho centroamericanas que ganaron el premio “Mujer de Coraje”, otorgado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos.

Amaya Coppens, una de las ocho centroamericanas que conquistaron por su coraje

La excarcelada política Amaya Coppens es la primera nicaragüense que recibe el galardón “Premio Internacional Mujer de Coraje”.

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De vestido negro, zapatos bajos y con un pañuelo violeta en la muñeca subió Amaya Coppens, líder estudiantil y excarcelada política de la dictadura de Daniel Ortega, al estrado, el 4 de marzo de 2020, para convertirse en la primera mujer nicaragüense que recibe el galardón “Premio Internacional Mujer de Coraje”, otorgado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos.

Coppens es la octava centroamericana que obtiene el premio “Mujer de Coraje”, entregado anualmente, desde 2007, a las mujeres que han demostrado coraje y liderazgo excepcional en la defensa de la paz, la justicia, los derechos humanos, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, pese, en muchas ocasiones, al riesgo y sacrificio personal.

El Departamento de Estado vio en Amaya —una chavala que ha estado encarcelada en dos ocasiones por orden de la dictadura orteguista—, una mujer con coraje por las decisiones que tomó durante el cautiverio al que fue sometida de septiembre de 2018 a junio de 2019.

Coppens, de nacionalidad belga-nicaragüense, se negó a repatriarse a Bélgica, en solidaridad con sus compañeras presas políticas y porque estaba decidida a seguir luchando por la libertad, justicia y democracia desde Nicaragua.

“En septiembre de 2018 fue secuestrada por la Policía nicaragüense de su residencia después de participar en una protesta pacífica. Fue liberada en junio (2019) y continuó hablando en contra del régimen en Nicaragua. Tuvo la oportunidad de repatriarse a Bélgica durante su primer cautiverio, pero se negó”, reza parte de la descripción expuesta por el Departamento de Estado.

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La también estudiante de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-León) dijo esperar que este reconocimiento, otorgado por Estados Unidos, también ayude a visibilizar la realidad que “seguimos viviendo en Nicaragua cada día… que se sepa que en Nicaragua no hay libertad de expresión, que no hay democracia, que no hay justicia y no hay libertad”.

La universitaria también dijo dedicar ese galardón a la lucha del pueblo nicaragüense, que a pesar de la represión gubernamental “sigue encontrando maneras para resistir”.

Coppens recibió el premio de las manos de la primera dama de los Estados Unidos, Melania Trump, y del secretario de Estado, Michael Pompeo, mientras lucía orgullosa la pañoleta violeta.

https://www.facebook.com/amaya.coppens.77/videos/186720282611550/

 

Muchos no entendieron el mensaje que envió Coppens con su pañuelo. En las redes sociales fue señalada de preferir la lucha feminista antes que la Bandera de Nicaragua. Sin embargo, la excarcelada política, hasta el último momento, demostró su coraje por la defensa de sus derechos y de los pinoleros.

El pañuelo que portaba Coppens fue bordado por Tamara Morazán, miembro de la Asociación Madres de Abril, mientras la líder estudiantil permanecía encarcelada dentro de las celdas del Sistema Penitenciario de Mujeres, conocido como “La Esperanza”, por protestar contra el régimen de Ortega.

“Este pañuelo feminista, con el que subí a recibir el premio, simboliza para mí tres luchas diferentes… La lucha por la memoria y la justicia por los más de 300 asesinados; la lucha por la libertad de las y los presos políticos, y la lucha feminista porque nosotras las mujeres hemos estado desde siempre en esta lucha”, dijo Amaya en un video publicado en sus redes sociales.

La pañoleta violeta que portó Coppens tiene bordado, además de la serigrafía de un logo que representa la lucha feminista, tres rosas de color amarillo, rosado y verde; y una camisa azul con orillas resaltadas por hilos blancos.

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Coppens culminó su 4 de marzo resaltando que las mujeres son quienes han venido, desde antes de estallar la crisis sociopolítica en abril 2018, denunciando las violaciones a derechos humanos en Nicaragua. “Hemos puesto todo en esta lucha, exigiendo que cese la discriminación en base a las opiniones políticas… En Nicaragua también vemos discriminación según el género, según la raza en general y todas estas luchas no deben quedar aparte”.

Las otras siete mujeres centroamericanas que han defendido su coraje frente a sus gobiernos y sociedad a las que en este 2020 se le une Coppens, tienen en común su lucha por la justicia, la igualdad y el respeto a los derechos humanos.

 

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