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Aterrizar en los Ángeles de Anaheim, de nuevo, para Juan Carlos Ramírez era como volver a casa. Y lo mejor, es que regresaba con su velocidad al máximo, un detalle que lo había afectado en su ánimo después de la cirugía Tommy John practicada en el 2018.
“Fue frustrante para mí el año pasado ver hacia la pizarra y encontrarme con que lo más rápido que lanzaba era a 93 millas, pero que la mayor constancia eran 91 millas. Me sentí muy mal realmente”, dijo el nicaragüense a Jeff Fletcher del diario Register del Condado de Orange.
Así que cuando lanzó a 96 millas en México a finales del 2019, pensó que todo estaba resuelto. Solo era asunto de obtener una oportunidad para emprender el camino de vuelta a Grandes Ligas y justo ahí reaparecieron los Ángeles, su más reciente equipo.
“En este punto, solo deseo lanzar la pelota y mostrar al equipo que estoy saludable. Sé que estaré cómodo en el rol que se me asigne”, afirmó el veloz tirador de la colonia 14 de Septiembre, Managua, mientras se acercaban los entrenamientos de primavera.
No obstante, al menos hasta al día de hoy, JC no ha logrado probar que está restablecido plenamente. Algo pasa, pero sus disparos no han sido efectivos y tras la faena del domingo, lanza para 12.60 y le batean para .381, cifras que nadie anticipó.
Es más, a Fabián Ardaya, reportero de The Athletic, se le informó que el nica estaba en los planes de los Ángeles como abridor, debido a que Griffin Canning iba a ser sometido a análisis médicos a través de imágenes resonancia magnética (MRI) y tampoco se tendría a Shohei Ohtani, como lanzador, en el inicio.
Sin embargo, Ramírez ha caminado sobre minas y sin éxito en el Spring Training. En su última salida ante los Rojos, permitió cuatro hits y cuatro carreras en solo dos innings, con lo que acentúa las dudas sobre su aporte al equipo en la temporada venidera.
Los entrenamientos han sido especialmente difíciles para el nica. En cinco innings permite ocho hits, dos jonrones, siete carreras limpias, con dos bases y cuatro ponches. Así va a ser complicado convencer al mánager Joe Maddon de quedarse en el equipo.
El Spring Training no ha sido amable históricamente para JC, quien presenta marca de 0-5 y 6.11 en esta etapa durante su carrera, pero luego de una cirugía, es urgente un enderezamiento para disipar dudas y probar su potencial utilidad en este 2020.
Las causas específicas de la fragilidad en JC es difícil precisarlas. La esperanza que tenemos es que su brazo esté bien, libre de dolor o cualquier disconformidad. Luego habría que pensar en ajustes, tan necesarios cuando se ha tenido una pausa prolongada.
Pero esos ajustes son más rápido de hacer cuando no hay dolor. Aquí la clave es estar sano.
Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR