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La "novicia rebelde" que protesta rezando por Nicaragua

La historia de la “novicia rebelde” que protesta rezando por Nicaragua

Novicia, por su atuendo, y rebelde, por opositora. Aquí le contamos quién es la mujer que protesta con su particular vestimenta contra el régimen Ortega-Murillo.

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Ocho de marzo. En las cercanías de Metrocentro, dos policías detienen y obligan a una mujer a desvestirse parcialmente. Unos ciudadanos graban un video del hecho y poco después se vuelve viral en las redes sociales.

La ciudadana que se muestra en el video es de estatura media, piel clara, cubre su cabello con una chalina beige, usa una bata azul y blanco y lleva en sus manos la Bandera de la Iglesia católica y un rosario. La mujer es Ivania Silva, de 56 años, quien tiene más de 15 meses de protestar con los colores de la Bandera de Nicaragua contra el régimen de Daniel Ortega, pero esta es la primera vez que es retenida y despojada de su atuendo, mientras peregrinaba hacia la Catedral metropolitana.

Por su particular forma de vestir, Silva es conocida entre opositores como la “novicia rebelde”. Oriunda de la capital, cuenta que sus progenitores siempre la criaron bajo la fe católica y le inculcaron el amor por Jesucristo, pero afirma que nunca intentó oficiarse como novicia, aunque siempre sintió ese llamado en su interior.

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“Siempre sentí que mi llamado era seguir al Señor, pero las circunstancias me llevaron a tener una familia, que cambió el rumbo de mi verdadero deseo”, comentó la novicia de corazón.

Silva se graduó de secundaria en 1981 en Colegio Primero de Febrero, fundado por la dinastía de los Somoza y nombrado así en honor al natalicio del dictador Somoza García, pero dos años más tarde cuenta que, con el apoyo de sus padres, decidió salir del país rumbo a Canadá, ya que la situación económica y social que vivía Nicaragua era difícil para ellos.

“Viví la mayor parte de mi vida en Canadá. Me casé, tuve mis tres hijos, pero regresé a Nicaragua desde hace 10 años por motivos de salud y otros personales”, explicó Silva

Ahora, desde la sala de su casa, un lugar bastante amplio, iluminado y donde no falta la imagen de Cristo crucificado, rosarios, la imagen de la Virgen María y guitarras, que a sus hijos y a ella les encanta tocar, relata que trabajó en varias fábricas de Canadá, pero que la mayor parte de su vida la dedicó a criar a sus tres pequeños. “El sistema de allá te da la opción de dedicar la vida a un trabajo o a tus hijos, para que no pierdan la cultura de uno y el amor de la familia, entonces decidí ser yo la que los cuidara y no enviarlos a una guardería”, comentó.

En esos primeros años en Canadá decidió consagrarse a María Santísima y es así que empieza a cubrir su cabello. “Sentí el llamado con más fuerza, entonces, decidí empezar a cubrir mi cabello, pero desde siempre me gustó ponerme cosas como pañuelitos, aritos de moda, pero cuando me consagré me cubría porque en la Biblia dice que debemos cubrirnos el cabello por respeto al Señor, por nadie más, no es cuestión de moda, es por respeto a nuestro Señor Jesucristo”, aseguró.

En las protestas

Desde antes de abril 2018, la ahora “novicia rebelde” era parte de los miles de nicaragüenses que estaban inconformes por la forma en que venía gobernando desde hace más de 12 años el régimen orteguista.

“Yo no estaba de acuerdo en cómo se estaba llevando el país, con lo que se estaba viviendo. Mi inconformidad era total al ver cómo se estaban aferrando al poder y se estaban tomando Nicaragua como si ellos fueran los dueños. Entonces, para mí ese despertar de abril 2018 fue una bendición porque fue así como el pueblo vio todo lo que está haciendo esta dictadura”, afirmó Silva.

La primera marcha a la que asistió fue la convocada por el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), que llegó hasta la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), el 23 de abril de 2018.

Silva recuerda que en esa primera manifestación peregrinó rezando por Nicaragua desde Galerías Santo Domingo hasta la Upoli, pero todavía no usaba la bata azul y blanco, aunque ya su cabello iba cubierto por una chalina enrollada como turbante.

En esa primera marcha solo fue acompañada por su rosario, pero en las posteriores manifestaciones se armó con la bandera de la Iglesia Católica y, en otras ocasiones, con la imagen de Cristo crucificado.

“Mi Cristo es el que me acompaña en las manifestaciones, pero cuando puedo llevarlo. En otras ocasiones solo llevo la Bandera de la Iglesia católica, porque soy católica practicante y eso me representa. Ambos, tanto mi Cristo como la bandera, me hacen sentir acuerpada y protegida”, comentó.

Ivania Silva durante la “Sentada Nacional” convocada por la oposición, en marzo de 2019, portó la imagen de Cristo crucificado. La Prensa/Oscar Navarrete

Explicó que su decisión de portar la Bandera de Nicaragua en forma de bata surgió a mediados de 2018, cuando el régimen orteguista comenzó a detener a los manifestantes por portar los colores azul y blanco.

“Veo que están prohibiendo los colores de la bandera, que ven como crimen usar los colores de la bandera… fue entonces que empecé a usarlos porque a mí me enorgullecen”, resaltó Silva.

Además recordó que, en esos mismos meses, en una de las tantas ocasiones en las que apoyó las protestas, mientras entregaba alimentos en la Catedral metropolitana a unos manifestantes, vio que todos se ponían un seudónimo por seguridad y ahí se le ocurrió llamarse “la novicia”, pero uno de los protestantes le agregó “rebelde”, por lo que, desde entonces la llaman la “novicia rebelde”.

La detención

La participación constante de la “novicia rebelde”, según su relato, también la llevó a conocer las nuevas instalaciones de la Dirección de Auxilio Judicial, conocido como el Chipote.

El 16 de marzo de 2019, cuando atendió la convocatoria realizada por la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) para marchar desde la Rotonda Centroamérica hasta la Plaza de Las Victorias, demandando la libertad de todos los presos políticos, justicia para las docena de asesinados y democracia, Silva fue encarcelada junto a otros 163 manifestantes.

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“Yo llegué a la zona de la Centroamérica dispuesta al llamado de marchar, porque soy ciudadana de este país y quiero su bienestar, pero la Policía no permitió la marcha, aunque en realidad todos pudimos alzar nuestras banderas, y me llevaron al Chipote Nuevo con otras personas”, relató.

La novicia de corazón recuerda que una vez secuestrados en las nuevas instalaciones de la Dirección de Auxilio Judicial les quitaron todo, pero como ella guardó su celular, no lo entregó y fue descubierta, minutos después los custodios la “castigaron”.

“Me sacaron de la celda. Me hicieron desnudarme y me obligaron a realizar sentadillas frente a ellos, mientras me ofendían y me decían que iba a pagar, que era una golpista, vendepatria y que agachara la cabeza, para después fotografiarme”, denunció la manifestante.

Esa detención, dice, lejos de atemorizarla, fortaleció su fe y la hizo querer seguir luchando por una Nicaragua libre y democrática. Silva, junto a los otros 163 manifestantes, fue liberada la noche de ese mismo 16 de marzo. La mayoría fue sacada en buses que los dejaron en el Centro Comercial Managua.

En diciembre de 2018, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reportó unas 325 personas fallecidas, más de 2,000 heridas y más de 550 personas detenidas y enjuiciadas por protestar contra la dictadura orteguista.

Pero las agresiones contra Silva no terminaron ahí. El 8 de marzo de 2020, fecha en la que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, la manifestante decidió peregrinar con rosario en mano orando por Nicaragua desde Galerías Santo Domingo hasta la Catedral Metropolitana, pero fue interceptada por agentes que la obligaron a quitarse la bata azul y blanco y la amenazaron con encarcelarla.

Ivania Silva protesta contra el régimen orteguista a través de la oración. Foto: Óscar Navarrete/ LA PRENSA.

“Me asaltaron unos policías ya casi al llegar a la esquina de la Catedral. Me obligaron a quitarme mi bata y gracias a Dios andaba algo por dentro porque si no me quedaba desnuda, porque no hubo manera que ellos cedieran. Son unos irrespetuosos y vulgares. Me la quitaron y me libré que me llevaran porque me pusieron esa opción, decían se quita el vestido o la llevamos, porque según ellos andaba violando las leyes por portar los colores azul y blanco”, detalló.

Sin embargo, la “novicia rebelde” advirtió que ya tiene batas nuevas y está dispuesta a seguir rezando y peregrinando por una Nicaragua libre. Además, instó a los nicaragüenses a “poner a Dios de primero para que sea Él quien vaya delante de nosotros y así venceremos más rápido. No tengamos miedo si es Él el centro de nuestra vida. Nos pondrá a cada uno en el lugar preciso para que su obra se realice”.

La primera “novicia rebelde”

Ivania Silva es la única manifestante que en Nicaragua es conocida como la “novicia rebelde”, sin embargo el seudónimo es bastante popular por el musical y la película “La Novicia Rebelde”, que se estrenaron en noviembre de 1959 en Broadway y marzo de 1965 en Hollywood, respectivamente.

Ambas producciones fueron basadas en hechos reales de la vida de la familia Von Trapp. La historia —en esencia— trata de una novicia que es enviada como institutriz de ocho niños huérfanos de madre e hijos de un capitán austriaco.

En menos de cinco años, la obra de teatro musical de “La Novicia Rebelde” ganó 5 premios Tony, incluyendo el Mejor Musical.

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