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Francisco Hurtado está en la lista de los mejores bateadores del Pomares por primera vez en su carrera. LA PRENSA/GERALD HERNÁNDEZ

Francisco Hurtado entre destazar cerdos y conectar jonrones está saliendo del anonimato en Río San Juan

Aunque Hurtado tiene una edad que indica que está en la recta final de su carrera, todavía tiene una fuerte motivación: jugar en la Liga Profesional.

El beisbol nicaragüense está cargado de historias como la de Francisco Hurtado, un jugador hecho a la brava que ya tarde en su carrera está alcanzando el éxito a base de tenacidad. Este artillero de 37 años de edad, nunca perdió la motivación, y entre destazar cerdos y los campos de juegos, está aferrado a sus deseos de ir más allá de Río San Juan y jugar en la Liga Profesional.

Hurtado es el cuarto bate y primera base de los Defensores de Río San Juan, un equipo al que los reflectores difícilmente apuntan, pero por cuenta propia el toletero está haciéndose notar con promedio de .450 antes de iniciar la serie frente a los Dantos y ya empató su marca persona de jonrones, con cuatro. Era el cuarto mejor bateador de la liga.

“Tantos años jugando que uno va ganando experiencia. Tengo 10 años poniendo de mi parte, trabajando fuerte y mejorando mi mecánica de bateo que es lo más importante para chocar bien la pelota. Tengo fuerza natural y si le pego bien a la pelota va a viajar largo”,  afirma Hurtado, quien fue parte del equipo fundador de Río San Juan en 2010.

Cuando Río San Juan asomó por primera vez en el beisbol nacional, el antiguo scout de los Bravos de Atlanta, Marvin Throneberry, tomó las riendas del equipo y Hurtado aún recuerda sus palabras: “me dijo: qué lástima que viniste ya viejo, si fueras más chavalo te hubieran firmado, porque tenés fuerza, sos grande y rápido””.

Sin embargo, equipos como Río San Juan solamente se enfocan en el beisbol durante la temporada. En el tiempo muerto no trabajan en desarrollar jugadores y de esta forma difícilmente van a salir de las últimas posiciones, ni van a ver el progreso de sus jugadores. Deben contratar a entrenadores a largo plazo y no cambiar de técnicos cada año, porque la clave está en el desarrollo a futuro.

Hurtado está claro de eso. “El equipo tiene futuro, pero se debe trabajar con los chavalos menores cuando la liga termina, porque aquí todo se para y hasta la próxima temporada se vuelve a armar el equipo a un mes de comenzar del torneo. Entonces pienso que hay que agarrar a chavalos de 14 años para arriba y pulirlos para que cuando lleguen a la Primera División sepan los fundamentos del juego y no como yo que los aprendí tarde. En el futuro me gustaría ser entrenador, voy a trabajar duro con los chavalos porque solo así vamos a salir adelante. Aquí a los chavalos les gusta el beisbol, pero no hay nadie que trabaje con ellos”.

Hurtado se hizo por su propia cuenta jugando en la Mayor A, sin entrenadores ni nadie que le enseñara la técnica del juego. “En la Mayor A uno ni caliente, solo va a jugar y ahí se desperdician muchos jugadores que con técnica serían mejores”.

Aunque Hurtado tiene una edad que podría indicar que está en la recta final de su carrera, todavía tiene una fuerte motivación.

“Quiero superar y llegar hasta donde se pueda, hasta donde me lo proponga y mi meta es jugar en la Liga Profesional”, dice con firmeza Hurtado, originario de San Miguelito, en donde en el “tiempo muerto” le ayuda a su papá en el negocio de destazar cerdos.

“Yo pienso que los números están ahí y en el nombre de Dios talvez me dan un chacen, sino voy a seguir trabajando aquí. Otra meta es pelear  el liderato de bateo, pero si no se puede, entonces quedar con buenos números y ser escogido de refuerzo. Me voy con el equipo que sea.

A seguir su camino

Francisco Hurtado tiene un hijo de 15 años que también juega beisbol y se encargará que tenga las oportunidades que él no tuvo, tanto en el beisbol como en la vida.

“Yo le voy a enseñar todo lo que sé de beisbol. Es un chavalo grande y fuerte, ha jugado en nacionales de beisbol y también se ha destacado en futbol. Espero enseñarle la técnica del beisbol para que esté mejor preparado que yo”, afirma Hurtado, quien no obstante tiene un plan aún más grande con su hijo.

“Él está cerca de bachillerarse y espero que estudie en la universidad. Yo no tuve esa oportunidad, no estudié mucho, pero sé que él si lo logrará.  Mi hija de ocho años también está estudiando y yo estoy contento por mis dos hijos”, apuntó Hurtado, el gran cañón de los Defensores.

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