A tres días de que se realice la elección del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el gobierno de Perú retiró la candidatura de Hugo de Zela, lo que refuerza a Luis Almagro para ser reelecto en el cargo ya que ahora su única adversaria, María Fernanda Espinosa, no cuenta con los votos de los países necesarios para ganar.
En Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú emitió un comunicado en el que informó que se retiró “la candidatura del embajador Hugo de Zela al cargo de Secretario General” de la OEA” porque “no recibió el respaldo esperado” por el resto de estados miembros de la organización hemisférica.
El próximo viernes 20 de marzo está previsto una Asamblea General de cancilleres de los países miembros de la OEA para elegir al nuevo secretario general y al secretario general adjunto para el período 2020 al 2025.
De Zela es embajador de Perú en Washington, Estados Unidos. Su postulación a secretario general la sustentaba en que la OEA requería un cambio en su papel ante la intervención de los problemas políticos y sociales de América Latina, puesto para De Zela el organismo “debía “ser un lugar de encuentro donde los países sean capaces de enfrentar y resolver sus problemas a través del diálogo, meniante la negociación”.
La grave crisis humanitaria y política en Venezuela ha sido el tema de más confrontación entre los tres candidatos a la Secretaría General de la OEA. De Zela desaprobó la postura de presión, aislamiento y sanciones diplomáticas y económicas contra el régimen de Nicolás Maduro, apoyadas por el actual secretario Almagro junto a EE.UU. y la mayoría de gobiernos democráticos.
México apoya a la candidata del ALBA
Con la salida del embajador De Zela la competencia por el cargo por dirigir la OEA se centra en el actual secretario Almagro y la excanciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa considerada la candidata del chavismo al ser respaldada por islas de Antigua y Barbudas, el régimen de Nicaragua, Venezuela y a la que México anunció su apoyo.
📄México apoya la candidatura de @mfespinosaEC a la Secretaría General de la @OEA_Oficial.https://t.co/4gfzzkAewb pic.twitter.com/msuk8wLWOp
— Relaciones Exteriores (@SRE_mx) March 13, 2020
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El canciller de México, Marcelo Ebrard, a través de un comunicado, dijo que ese gobierno “respalda la candidatura de María Fernanda Espinosa, ya que representa una oferta enfocada en la consolidación de consensos ante la situación de división e intereses contrapuestos que vive nuestra región”.
Sin embargo el gobierno de Ecuador no apoya a su excanciller Espinosa, sino que respalda a Almagro para mantenerse como secretario general del organismo hemisférico por cinco años más.
De los 34 estados miembros activos de la OEA, más de veinte gobiernos estarían apoyando a Almagro, cuya candidatura fue propuesta por Colombia, pero impulsada por Estados Unidos. La permanencia de Almagro en el cargo es considerada importante para fortalecer las acciones para restablecer la democracia en Venezuela, Nicaragua y Cuba, donde sus pueblos sufren de abusos a los derechos humanos por parte de las dictaduras.
Espinosa ha sido criticada por su simpatía hacia los regímenes de izquierda como el de Nicolás Maduro en Venezuela, el del expresidente de Bolivia, Evo Morales y del dictador nicaragüense, Daniel Ortega.
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La excanciller Espinosa no se ha pronunciado sobre los crímenes de lesa humanidad atribuidos a la dictadura de Ortega por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), órgano independiente de la OEA. Más bien se ha declarado admiradora del sandinismo, como sucedió en julio del 2017 cuando Espinosa, siendo canciller de Perú, participó en el aniversario de la revolución realizado en Managua, Nicaragua. Entonces Espinosa se refirió a Ortega como “su amigo” y dijo “que el sandinismo era “símbolo de esperanza y alegría a todos los pueblo de nuestra América”.
Cuando estuvo al frente del Ministerio de Relación Exteriores de Ecuardor (entre 2017 hasta febrero del 2018), Espinosa se negó a condenar los abusos del régimen de Maduro contra su pueblo y optar por la política de “no intervención”.
Esa cercanía de Espinosa con los regímenes autoritarios del continente son los que le restan apoyo a su candidatura de parte de la mayoría de estados de la OEA.