Aunque hasta ahora no ha presentado ni una estrategia en concreto para contener los efectos en la economía del coronavirus ni mitigar su propagación, el régimen de Daniel Ortega recurrió al Fondo Monetario Internacional (FMI) para solicitar un fondo millonario para encarar la emergencia sanitaria.
Ortega, que a nivel internacional ha sido criticado duramente por exponer a la población a concentraciones masivas, lo que aumenta el riesgo de contagio del virus, está intentando obtener una partida de los 10,000 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional anunció para asistir a los países empobrecidos en la emergencia sanitaria mundial.
Según fuentes conocedoras del tema, el régimen aspira obtener 470 millones de dólares para atender la emergencia.
La esperanza del Gobierno es que el FMI acceda a su petición tomando en cuenta que en el último informe del Artículo IV el organismo elogió las medidas macroeconómicas, lo que ha evitado un descalabro total de la economía, “además de que la política monetaria ha sido efectiva”, dijo una de las fuentes.
LA PRENSA consultó directamente al área de prensa del FMI de Washington sobre la petición de Nicaragua de recursos. Al respecto, un vocero del organismo, que no negó que Nicaragua ya hizo la solicitud, se limitó a responder: “Hemos recibido varias solicitudes y estamos procediendo con todas ellas de manera expedita de acuerdo con nuestras políticas”.
De hecho la agencia AP, que este jueves informó que El Salvador pidió una línea de cerca de 400 millones de dólares de ese mismo fondo de emergencia al que está aplicando Ortega, confirmó con fuentes del FMI que varios países estaban consultando sobre el fondo de emergencia disponible.
“Estamos recibiendo consultas y solicitudes sobre préstamos de emergencia de varios países, incluido El Salvador. Estamos procediendo rápidamente con todas las solicitudes de acuerdo con nuestras políticas ”, dijo a la AP un vocero del FMI.
No obstante, a diferencia de Nayid Bukele, presidente de El Salvador, que ha mostrado un decidido liderazgo en la aplicación de medidas preventivas y cuya economía es saludable, en Nicaragua Ortega se ha mostrado desinteresado en el manejo de la crisis sanitaria e incluso se ha negado a imponer cuarentena y restricciones de viajes, siendo el único país en América Latina que aún mantiene abiertas sus fronteras. Esta situación aumenta los riesgos de mayor efecto del virus en la economía.
Pero además a diferencia de Bukele, Ortega recurre al organismo multilateral llevando sobre su hombro el peso de la Nica Act, que si bien no impide que el Gobierno acceda a fondos con carácter humanitario, lo cierto es que restringe el acceso al financiamiento ordinario, que es vital para reactivar luego la economía y hacer frente al pago de dicho fondo de emergencia.
Según fuentes, la idea es que si el FMI logra destrabar la solicitud, esto le servirá como carta de presentación a Nicaragua para después ir a tocar puertas financieras a otros organismos, porque demostraría que el Fondo está dando un voto de confianza al Gobierno al facilitarle recursos.
Además del FMI, Ortega tiene la opción de recurrir al Banco Mundial, que a inicios de marzo anunció que creó un fondo por 12,000 millones de dólares para apoyar a los países en vía de desarrollo en la lucha contra el coronavirus. El préstamo sería de rápido desembolso.
Hasta ahora el régimen solo tiene asegurado un millón de dólares en donaciones que el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) anunció para cada sus países miembros del istmo y República Dominicana. Además se habló que se está trabajando para un línea por 50 millones de dólares, cuyo avance aún se desconoce.
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La experiencia de Maduro
Al igual que Ortega, también su homólogo y aliado Nicolás Maduro tocó las puertas del FMI para buscar recursos, donde recibió un duro revés esta semana. Maduro pidió al organismo 5,000 millones de dólares para afrontar la emergencia, cuya petición fue rechazada de inmediato.
El FMI adujo a Maduro de que tiene prohibido trabajar con su país hasta que sus 189 miembros acuerden reconocer a un solo gobierno, el de él o el de Juan Guaidó, el líder opositor que tiene el respaldo de Estados Unidos.