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El Covid-19 y los DD.HH.

Increíble, así resulta a primera vista la reacción del régimen Ortega-Murillo ante la pandemia de Covid-19. Pero,

¿Qué subyace sobre las medidas del régimen?; más importante aún, ¿cómo atendemos esta crisis con enfoque de Derechos Humanos?

El régimen Ortega-Murillo ha realizado concentraciones masivas de personas y no adopta medidas de control o restricciones en flujos migratorios. Lo anterior hace que nos cuestionemos el sentido de humanidad de la pareja presidencial, pero me resulta más lógico justificarlo desde una perspectiva de comunicación política.

El mecanismo más efectivo para la prevención de la propagación del Covid-19 es limitar la movilidad humana al mínimo indispensable, el controvertido paro. Si el régimen estuviera adoptando algunas medidas recomendadas, el debate público giraría en torno a incrementar las medidas hasta llegar al paro. Pero al hacer exactamente lo contrario, el centro del debate público en Nicaragua es la irresponsabilidad del régimen y no el paro. Para el régimen Ortega-Murillo, una cuarentena es cuestión de supervivencia política, además la profundización de la crisis representa una oportunidad de acceder a fondos que tanta falta hacen.

Para que la adopción de medidas gubernamentales no vulnere Derechos Humanos, las restricciones deben ser adecuadas y eficaces para prevenir el contagio. Si prohibir salir a la calle tres semanas o más evita la propagación del contagio, no puede considerarse una afectación a la libre circulación y los demás derechos que conlleve. El segundo factor a tomar en consideración por los estados para la atención de la pandemia con enfoque de Derechos Humanos, es que este tipo de medidas, debe aparejar un sistema de apoyo a grupos vulnerables. Ese sistema de apoyo implica que adultos mayores y personas en extrema pobreza o que cuyo ingreso, además de ser bajo, gire en torno a la economía informal, tengan acceso a un banco de alimentos que le permita subsistir.

Siento que en Latinoamérica hay cierto pragmatismo político sustentado en una baja mortalidad, prefieren asumir miles de contagios y algunas muertes, antes que afrontar las consecuencias económicas de una cuarentena, lógica en la que encasillo al mandatario mexicano, lo que no toma en cuenta AMLO es que al final los más pobres serán los más afectados, tal como me dijo una amiga: “Como siempre, como en todo” Al igual que cualquiera, he leído y visto infinidad de opiniones y recomendaciones, pero ninguna me ha llamado tanto la atención como la de Michelle Bachelet, en quien concurre no solo el cargo de Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, sino es expresidenta y médico, circunstancias que permite justamente hacer una de las valoraciones más ponderadas, prestemos más atención a Bachelet en este momento.

El autor es Maestro en derechos Humanos.

Opinión covid-19 derechos humanos archivo
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