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Óscar René Vargas, economista, sociólogo y analista político, señala posible estrategia que el régimen orteguista aplica frente al COVID-19. Foto: Archivo/La Prensa.

Óscar René Vargas: “El régimen de Ortega está jugando a crear el caos”

El sociólogo, economista, historiador y analista político revela posible estrategia política que el régimen orteguista implementa frente a la pandemia del COVID-19.

Óscar René Vargas, de 73 años de edad, es uno de los cofundadores del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en los años sesenta. En 2006, cuando Daniel Ortega buscaba llegar otra vez al poder, fue uno de los que apoyó su campaña, pero su relación con ese partido culminó doce meses más tarde, pues se atrevió a revelar que dentro de esa organización política “pensar es peligroso” y eso no le gustó al régimen orteguista.

Ahora, desde Costa Rica, en lo que él llama su segundo exilio, Óscar René Vargas, sociólogo, economista, historiador y analista político, autor y coautor de más de 50 libros, analiza los escenarios en los que se encontrará Nicaragua en el 2021. Además, señala lo que él considera es la estrategia que el régimen orteguista implementa para aprovecharse de la pandemia del Covid-19, para desplazar la rebelión cívica que inició en abril 2018.

 

Todos ven la inacción del régimen de Daniel Ortega ante el Covid-19, ¿cree que le está afectando más su imagen?
En primer lugar debo decir que esto del coronavirus no es un tema entre el régimen y la oposición, es un tema que nos debe preocupar a todo el país. Desgraciadamente, el Gobierno ha adoptado una política, una estrategia sobre este tema que consiste en dejar entrar la enfermedad con el objetivo político de que la misma gente empiece a decir que hay que preocuparse más por el coronavirus y no por el tema de la divinidad política del Gobierno. La prueba de lo que te estoy diciendo es el mismo comunicado que emitieron en esta semana los estudiantes, que dicen que hay que preocuparse por el tema de salud y que no es político, pero toda política pública en salud significa una política del Gobierno, es decir, toda acción del Gobierno es política, ese es el error en el que se está cayendo y es el error en el que están cayendo varios de la oposición.

¿Es decir que usted piensa que Ortega está usando también el Covid-19 para desplazar la lucha cívica que se viene desarrollando desde abril 2018?
Correcto. La prueba está que el comunicado de los estudiantes no plantea ninguna acción de lucha cívica, etcétera. Es decir, se está dejando de un lado la lucha cívica, casi nadie habla de los presos políticos.

Entonces ¿la lucha contra el Covid-19 no tendría por qué desplazar la lucha que se venía dando desde hace ya casi dos años?
Correcto. Ese el objetivo que no deben perder porque el problema es que este enfoque del Gobierno, si se continúa aplicando de la misma manera, y por eso es que hay que presionar el cambio de su política porque si no va a ser una cosa nefasta para el país, esta situación va a colapsar rápidamente los hospitales y los centros de salud y, por lo tanto, va a haber una cantidad de muertos extraordinaria. Este es el tema detrás, es decir, el hecho de que el régimen no ha tomado ninguna medida preventiva en el caso de la pandemia del coronavirus no es porque no quieren sino porque es una estrategia. El objetivo es desarticular la protesta social, las movilizaciones sociales y tratar de parar, si viene un desastre total, las sanciones norteamericanas.

Pero realmente ¿cree que el régimen orteguista está cumpliendo ese objetivo? Hay opositores, por ejemplo, que siguen demandando la libertad de los presos políticos.
No creo que el objetivo se esté cumpliendo en todos, pero precisamente el objetivo de Ortega es ese, desarticular a la oposición y girar la atención solo al coronavirus. El objetivo es dividir. Algunos ya no están tocando los problemas por los que se estaba luchando desde hace casi dos años.

Entonces insisto ¿se está cumpliendo el objetivo de Ortega según su análisis?
En parte, pero el problema es que se están enfrentando a cinco crisis que ellos no controlan, cinco crisis que están todos los días desarrollándose más y eso es la debilidad del Gobierno. El problema de la gente que cree que no hay que meterse en lo político y es porque no entienden que las cinco crisis tienen una propia dinámica. La dinámica de la crisis sanitaria es una, la dinámica de la crisis económica es otra, la dinámica de la crisis social es otra, el problema de la crisis centroamericana y el problema de la crisis internacional, el problema de la crisis de los Estados Unidos. Solo en Estados Unidos, por ponerte un ejemplo, hay más de 100 mil afectados por el virus, es decir, son crisis donde el Gobierno no tiene ningún control, pero que de una u otra forma tienen repercusión en Nicaragua. La crisis de los Estados significa para Nicaragua que hay un 2.2 por ciento de puestos de trabajo que se han perdido y la mayoría son en el sector construcción o en el sector comercio, puestos que generalmente ocupan los migrantes, entonces, eso significa que las remesas va a descender. La crisis en Centroamérica es donde tampoco tiene control el Gobierno, pero también va a repercutir en Nicaragua y también en el ámbito de las remesas, recordemos que también llegan remesas de Panamá y de Costa Rica.

A propósito de lo económico, el régimen orteguista ha venido justificando a través de los medios oficiales que no manda a cuarentena por, precisamente, el sector informal que es uno de los más afectados con estas medidas.
El ejemplo más claro de que no les importan estos sectores es que los mismos sindicatos orteguistas que están en zonas francas están obligando a los trabajadores a retirarse a sus casas sin goce de salario, aduciendo que es para proteger el empleo. Ellos están favoreciendo el desempleo. Es decir, ese discurso de propaganda de que no paran por los trabajadores informales parte de una realidad que se vive, porque por lo menos entre el 70 y 80 por ciento de las personas económicamente activas están dentro del sector informal. Frente a ello no hay ninguna política que los ayude. Solo los usan y ponen sus fotos para justificar que no está haciendo nada por esos que viven del día a día y están expuestos al coronavirus.

¿Qué acciones o políticas públicas tendrían que estarse dando para los sectores más vulnerables del país, tales como los trabajadores informales?
Lo primero que el Gobierno tiene que hacer es garantizar los recursos básicos del país para la gente: energía, agua potable y saneamiento, drenaje. Las alcaldías deberían de estar encaminadas a ese trabajo, para evitar que se propague la pandemia. El otro detalle es que las personas salen a las calles para procurarse ese alimento y los gastos de la vida cotidiana porque solamente tienen su espacio laboral en las calles, porque el sistema no los ha podido incorporar al sistema económico formal, es decir, los vendedores ambulantes pueden ser víctimas indirectas de coronavirus. Estos ciudadanos no pueden aislarse y guardar cuarentena, pero el problema al que también se están enfrentando es que hay otro sector que sí está guardando cuarentena, hay que estar claro que en este tiempo no hay políticas que puedan resolver estos problemas, pero sí hay algunas medidas con las que se puede mitigar el problema: retirar los impuestos a todos los productos de la canasta básica para abaratar los precios y hacerlos accesibles a la población, que la gente pueda dejar de pagar los servicios básicos y los impuestos por tres meses para que la gente pueda dedicar su dinero a la compra de la canasta básica, que las personas tengan acceso a la verdadera información para evitar tergiversación de la información, que el Estado cambie de política y busque mitigar que el coronavirus se incremente, eso significa que los estudiantes ya no vayan a las escuelas, que los funcionarios ya no vayan a las instituciones a menos que sean indispensables, que los comercios cierren y solo puedan ofrecer por delivery. Hay una serie de medidas que el Gobierno puede tomar para mitigar la crisis por el coronavirus, pero la pobreza no la ha podido resolver ni en trece años y no la va a resolver ahorita en este período.

Algunas de las políticas que usted ha mencionado no requieren más que voluntad, ¿a qué está jugando el régimen de Daniel Ortega, políticamente hablando, frente al Covid-19 con esta inacción?
Creo que está jugando a crear un caos social. Que ellos aparezcan como los salvadores y llamar a una emergencia nacional, a una mesa nacional, para que llegue a hablar la gente y ellos dirigir ese asunto. Quieren desarticular la protesta. En dos años con la represión no lo han podido hacer y piensan que el caos social que se puede establecer por la crisis humanitaria puede desarticular la protesta social, esa es una estrategia política que tiene. Ahora, esa estrategia política también tiene otro elemento que es que ese caos social y ese caos por la crisis sanitaria le puede permitir al régimen aparecer como un régimen que necesita de la ayuda internacional para poder solventar el agujero fiscal que tienen en el presupuesto. Ellos andan buscando de qué manera pueden llenar la alcancía con la cooperación internacional. La estrategia del régimen tiene varias aristas, no solo una, tiene la arista de matar la protesta social, la prueba está que la gente habla de que no hay que mezclar la política y con lo humanitario, pero el Gobierno sigue reprimiendo, el miedo continúa, es decir, la política de represión no ha cambiado.

Entonces, si ellos quieren crear caos para desplazar la protesta social ¿cómo cree que vamos a llegar a 2021?
Ese es el objetivo del régimen, precisamente, llegar a 2021. Personalmente, creo que ellos no pueden llegar al 2021. ¿Por qué pienso eso? Porque el mal manejo de la crisis sanitaria puede ser un detonante de la crisis sociopolítica más profunda que puede desencadenar en una caída imprevista del régimen, como tampoco nadie podía prever la rebelión de 2018. Esto es igual. En este posible escenario de que el régimen pueda caer, la oposición tendría que estar propositiva para poder presentar un gobierno de transición. Ese es el elemento central para mí.

Pero en caso que llegue a 2021 ¿veríamos a un régimen más débil?
Yo creo que ni siquiera va a llegar porque, mirá, solamente con la salida del régimen puede permitir que empecemos a resolver realmente los problemas y cambiar la estrategia de enfrentar el coronavirus. Ortega no quiere cambiar porque eso lo debilita. Es decir, toda tregua que se le quiera dar al Gobierno lo que hace es facilitarle que llegue al 2021.

Precisamente a eso quería llegar. Se habla de una tregua política o económica ¿qué tan viable es esto?
Eso solo significa establecer nuevamente la alianza entre el poder económico y el régimen. Si la crisis sanitaria pasa del 30 de abril lo más probable es que la economía llegue a un decrecimiento de -5 por ciento… Pero aún haciendo una alianza la economía no puede ser resuelta mientras el problema sanitario no se resuelva. Tiene que haber un cambio en la política sanitaria, económica y social, es decir, todo eso debilita al Gobierno y por eso es que no lo hace. Yo no veo que la economía se vaya a enderezar para este año y yo vería como un suicidio político de parte del gran capital si busca negociar con el Gobierno, pero esos comunicados que han venido sacando los estudiantes abonan a una posible tregua porque quieren darle una envoltura que no es política a una cosas que es política.

Y entonces ¿cómo queda Ortega a nivel internacional frente a esta irresponsabilidad con la que se está actuando frente al Covid-19?
Hasta la fecha Ortega se queda solo a nivel internacional, porque antes se amparaba en que otros países no actuaban, pero ahora solo ellos son los que realmente no están haciendo nada por prevenir la propagación del virus. Ya no tiene el respaldo ni de Cuba, ni de Venezuela, que son sus aliados políticos, ni siquiera de Rusia porque ayer anunciaron que están construyendo un hospital de 500 camas, es decir, no hay nadie en el mundo que tenga la posición de Ortega-Murillo frente al Covid-19. Esta situación de aislamiento evidentemente va a repercutir en él. La prueba de ello es que Estados Unidos decidió que en el apoyo para la lucha del coronavirus en la región no incluye a Nicaragua, por lo tanto esto tiene repercusión en otros organismos internacionales que también no estarán muy de acuerdo en apoyar a Ortega porque actúa contrario a todas las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Ortega se está quedando aislado internacionalmente y eso lo debilita aún más por el debilitamiento interno que ha tenido, es decir, esa combinación de debilitamiento interno y externo hacen que el gobierno de Ortega se encuentre en alita de cucaracha, que esté más débil y, por lo tanto, va a buscar cómo entrar en una lógica para crear consenso con algún sector social que se preste a este juego.

En cuanto a la debilidad de Ortega a nivel internacional ¿qué demuestra el hecho de que países como Venezuela y Cuba, además de Nicaragua, se unan con otros integrantes de la ONU para pedir un llamado a un levantamiento de sanciones?
En el caso de otros países, como la misma Cuba, las sanciones han sido contra el Estado y en Nicaragua han sido contra personas, a excepción de la Policía, entonces, no tienen fuerza para equipararse en la situación de que las sanciones repercuten en la lucha contra la pandemia del coronavirus, ellos tendrían que diferenciar muy claramente eso.

Entonces ¿ni siquiera deberían estar incluidos en ese pronunciamiento?
No. Ni la misma señora (Michelle) Bachelet lo incluyó porque ella dijo las sanciones que repercuten al país, no a las personas.

En cuanto a sanciones contra regímenes el Gobierno de Estados Unidos no se ha quedado quieto, recientemente Nicolás Maduro prácticamente fue señalado como delincuente a nivel internacional, ¿cómo impacta esto en Nicaragua, siendo Maduro uno de los principales aliados de la dictadura orteguista?
Yo diría que a Maduro le pusieron las baterías. Dos jefes de Inteligencia se entregan y ahora le sacan un marco para democratizar el país, es decir, le están ofreciendo al régimen una escalera para salir, pero el régimen obviamente va a decir que no, pero esto va a ablandar a una parte del Ejército. La repercusión para Nicaragua es que el Gobierno de Estados Unidos está diciendo que a pesar del coronavirus siguen con su estrategia política para América Latina. Entonces, Nicaragua también sigue en el radar norteamericano… Una de las pruebas de esto es el nombramiento de Carlos Trujillo, como subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental.

Si la comunidad internacional sigue haciendo su parte y el régimen la suya con estas estrategias que usted nos comenta frente al Covid-19 y la rebelión de abril ¿qué le queda entonces a los nicaragüenses?
Yo creo que hay que seguir en resistencia. No significa que los estoy mandando a las calles, por las condiciones que cambiaron. La resistencia ahora significa hacer que temas como la libertad de los presos políticos, la represión, sigan siendo un tema importante en la lucha política, eso significa que sea un tema importante ante organismos internacionales y señalar que, mientras el gobierno Ortega-Murillo se mantenga en el poder, el peligro de que Nicaragua se transforme en el foco de la crisis sanitaria en la región es cada día más real. Es decir, en Nicaragua se puede desatar una crisis incontrolable que va a repercutir en los países de Centroamérica.

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