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Zona de Strikes: Porfirio Altamirano y su temporada increíble

Porfirio Altamirano ganó la triple corona del pitcheo en 1977, lo cual es una hazaña impresionante, pero además fue líder jonronero y eso es otra cosa

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Hace unos días, Gerald Hernández nos presentó un magnífico trabajo sobre las marcas más difíciles de superar en el beisbol nacional y ciertamente, aquello era una oda a lo imposible. Unos récords que probablemente no los veremos caer.

De las temporadas de 41 y 42 jonrones de Ernesto López en 1977 y 1978, Hernández saltó al 0.14 de efectividad de Julio Moya en 1984, a los 27 juegos completos de Alfredo Medina en 1981 y los tres no hit no runs en una campaña de Antonio Chévez en 1973.

Y había más, como los 59 robos de Sandy Moreno en 1990 y el increíble 18-0 de Álvaro López en el 2012. Sin embargo, lo que creo que no vamos a ver en varias generaciones, es a alguien que haga lo que hizo Porfirio Altamirano en la temporada de 1977 con Estelí.

Aquel año, el “Guajiro” se llevó la triple corona del pitcheo con registros 21-4 y 1.47, además de 143 ponches. Eso fue sensacional. Pero a la vez, aquel mismo año, Altamirano bateó .344, con 18 jonrones y 56 impulsadas. Fue el líder jonronero de la Liga Roberto Clemente.

¿Usted cree que volveremos a ver algo parecido? No se debe descartar nada sobre el futuro, pero hacer lo que hizo Porfirio parece mucho más complicado que cualquier otro registro. Es que se necesita un talento especial y unas habilidades que no muy comunes.

Eso que hizo Altamirano, sería como ver a Diego Sandino (ganó triples coronas en 2000 y 2007) de líder jonronero, o Juan Carlos Urbina, el actual jonronero, haciendo estragos desde el montículo. Porfirio lo hizo en 1977. Era un monstruo. Un jugador muy singular.

“El Guajiro” es el big leaguer nicaragüense que mejores marcas tuvo a nivel local. Entre 1974 y 1978, ganó 90 juegos. Y en 1978, cuando tuvo balance de 19-3 y 2.60 con 129 ponches, bateó .329, con 16 jonrones al mismo tiempo. Lo hacía al estilo Babe Ruth, salvando distancia.

Nunca sabremos el nivel que hubiese alcanzado Porfirio de haber firmado joven para el beisbol profesional, pero su lugar en la consideración popular está garantizado para este vencedor de Cuba y de EE.UU. en torneos mundiales con la Selección Nacional de Nicaragua.

“Altamirano es más importante que el petróleo”, señalaban diarios venezolanos cuando hacía estragos con las Águilas del Zulia, en Maracaibo, en los años ochenta, mientras imponía marca de partidos salvados para la Liga Profesional de Venezuela.

En las Grandes Ligas, adonde llegó casi a los 30 años (29 y 325 días), acumuló marca de 7-4 y 4.03 en 65 actuaciones con los Filis y los Cachorros.

Además de eso, Altamirano es una persona sencilla, habla lo necesario y acude solo si es invitado. Un tipo extraordinario dentro y fuera del terreno. Por todo lo que hizo, su legado no podrá ser devorado por el olvido.

Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR

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