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Zona de Strikes: Adolfo Álvarez temible en el box, feroz en el home

Adolfo Álvarez tuvo una fugaz pero brillante carrera como lanzador, antes de convertirse en un bateador peligroso que logró grandes cifras

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“Cuando el scout de los Cerveceros de Milwaukee se presentó a la humilde vivienda en San Jorge, Rivas, para conseguir el visto bueno para la firma del prospecto, doña María Luisa Álvarez fue clara en su respuesta.

“No. Ni quiera Dios. A mi muchacho nadie se lo lleva. Dios guarde si se me enferma, ¿quién me lo va a cuidar? Así que aquí se queda”, dijo con firmeza la señora. Y hasta ahí llegaron los deseos de Adolfo Álvarez de convertirse en profesional.

Eso lo extraje de mi libro Un Día Perfecto, en el que muestro al zurdo Álvarez en un extenso perfil, con el propósito de reconocer su gran carrera de lanzador al inicio y luego como bateador.

El zurdo Álvarez no pudo ser firmado a pesar de tener el arsenal para hacerlo: una recta poderosa, control que mejoró con los años y una agallas sin par, que le permitieron dejar huellas aquí.

Luego de hacer estragos en las ligas Mayor A de San Jorge, en las que lanzaba a sus 13 años, Adolfo debutó en 1978 con Granada, donde fue llevado por el licenciado Armando Hernández.

“Con Heberto Portobanco me pasó una anécdota. De pronto me cambió al catcher y me pidió una recta alta y dura, pero el tipo quitó el guante y se la pegué a Gabriel “Petaca” Rodríguez”, dice Adolfo. “Heberto me felicitó y todo, pero mi mama casi me penquea porque oyó eso en la radio y no me quería dejar ir a jugar de nuevo con el Granada. Al año siguiente me cambié de equipo. Yo estaba chavalo y era hijo de dominio”, recuerda.

Después de registrar 4-0 y 6.29 con 38 ponches y 30 bases en 54.1 innings en 1978, pasó a los Búfalos al año siguiente con 5-2 y 2.23, antes de la pausa por la guerra de ese año. Luego vino lo mejor con los torneos Pomares con el Frente Sur.

Adolfo logró 18-9 y 1.77 en 1980. Ese año propinó 186 ponches en 168 innings, que fue  récord de mejor frecuencia ponchadora (9.96) hasta 2012. En 1981 cerró con 15-1 y 1.49 con 148 ponches en 151.1 episodios. En ambas temporadas fue líder en ponches propinados.

En un Pomares corto (56 juegos) como el de 1982, tuvo 7-4 y 1.95 con 100 ponches en 111 innings. Y nadie anticipó que tras el 12-6 y 1.28 del 83, estaba en su recta final como lanzador del equipo de Rivas. Con ese promedio de 1.28, fue líder en efectividad en 1982.

Su brazo se afectó más y pese a breves salidas en 1984 (5-2 y 1.89), su carrera desde el box había llegado al final con un récord  de 67-26 y 2.08, con 718 ponches en 808.1 innings.

Pero apenas iniciaba en serio la otra parte: Álvarez al bate. Adolfo bateaba esporádicamente desde 1980, tanto que en 1981 cerró con .327 y 1982 con .349 en pocos turnos.

En 1985 se dio la conversión total y jugando primera base, terminó con .281. Un año después bateó .313 y en 1987 fue líder de bateo con .377 (223-84) en su actuación cumbre.

En diez ocasiones bateó sobre los .300 puntos y junto a Juan Cabrera, formó una dupleta violenta en el Frente Sur. Terminó con más de 100 hits en cuatro ocasiones y cerró con 54 jonrones.

Adolfo cerró su carrera como bateador con promedio de .303 en 4,133 turnos y conectó 1,291 hits en una trayectoria fabulosa. Y fue seleccionado nacional en los dos ámbitos.

Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR

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