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LA PRENSA/ARCHIVO

¿Por qué conseguir un crédito en Nicaragua será aún más difícil en los próximos meses? Se empeoran las perspectivas de este negocio

La banca había comenzado a reabrir el grifo en la entrega de préstamos, aunque con altas tasas de interés y con estrictos requisitos. Sin embargo, se espera que esto se frente por completo.

A pocos meses de que la crisis de préstamo parecía haber tocado fondo y la banca comenzaba a abrir el grifo en la colocación de dinero, tras dos años  de mantenerlo cerrado, el coronavirus amenaza con “enfermar” aún más el crédito en Nicaragua, por el impacto que la pandemia tendrá en el mercado del trabajo, lo que dañará aún más la calidad de los sujetos crediticios. 

La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) señala que en este nuevo contexto, el perfil crediticio se va a deteriorar progresivamente y eso va a provocar que la cartera se contraiga aún más.

Esto representa un frenazo para las expectativas del Gobierno que este año esperaba que la banca volviera a entregar préstamos y sacar la economía de dos años de recesión.

“El crédito que es uno de los pilares ya estaba caído para Nicaragua, vamos a observar que en la medida que la economía vaya recibiendo el impacto tanto externo como interno (como consecuencia del coronavirus), simplemente se va a debilitar aún más los perfiles de crédito de los potenciales demandantes”, detalla Funides.

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El último reporte de la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (Siboif) indica  que hasta el primer bimestre del 2020 la cartera neta de crédito se había achicado en 30 millones de dólares con respecto al saldo de diciembre pasado.

La situación amenaza con empeorar por los efectos de la recesión mundial que se esperan para Nicaragua, que ya, aún sin entrar de lleno al país, esta está provocando un aumento en el desempleo y daño en el salario de los trabajadores.

Siguen creciendo los depósitos

La contracción del crédito comenzó en mayo del 2018, un mes después que se desatará la crisis política en Nicaragua, desde entonces la cartera no ha logrado levantar cabeza, situación muy distinta en los depósitos bancarios, que después de casi un año de fuga masiva, en agosto del 2019, comenzaron a crecer. En el primer bimestre del 2020 se reporta en ingresos adicionales 171 millones de dólares en depósitos.

La banca antes de la expansión del coronavirus se había mantenido cautelosa y había retomado la colocación del crédito, con altas tasas de interés y con estrictos requisitos. Aún el sector estaba teniendo dificultades para encontrar a sujetos de crédito, debido al desempleo que había ocasionado la recesión, donde más de cien mil habían transitado a los sin trabajo.  

Ahora en este panorama, donde se espera una fuerte recesión mundial como consecuencia del coronavirus, la situación se vuelve más complicada para el sistema bancario y los receptores de créditos.

“Con la perspectiva que tenemos para la economía este año, esta situación va empeorar aún más, la banca va continuar viendo una caída importante en sus saldos de créditos y la capacidad de colocar créditos va a empeorar”, señala Funides.

Actividades seguirán sin crédito

El crédito es clave para los sectores productivos y de comercio, pero sobre todo para la recuperación de la economía y la salida del Producto Interno Bruto de la recesión.

De hecho, las estrepitosas caídas en las ventas de automóviles, viviendas y en el sector construcción se deben en parte a la “sequía” de préstamos, situación que ahora empeora las perspectivas de mediano plazo.

El economista Manuel Orozco, investigador de Diálogo Interamericano, cree que como consecuencia de la recesión y la pandemia, la economía de Nicaragua caerá este año cinco por ciento, por encima del 1.2 por ciento que había pronosticado el Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de que estallara la crisis sanitaria.

Tanto el FMI como la Organización Mundial de Comercio han advertido que esta crisis mundial será peor que la recesión de 2008. En ese año, el PIB de Nicaragua se contrajo 3.3 por ciento. 

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De hecho el Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) de diciembre del 2019, que se publicó la semana pasada, detalla que ese año se contrajo el comercio, la construcción, la vivienda, el transporte y las telecomunicaciones. Muchas de estas actividades necesitan del crédito para la reactivación.

El mismo IMAE dio a conocer que la actividad económica que más resintió la crisis en el 2019 fue la intermediación financiera y servicios conexos, con una disminución de un 16.6 por ciento, “debido a menores captaciones de depósitos y entregas de crédito. En el crédito, las disminuciones se concentraron en el destino comercial y de consumo”, dice el informe.

Hasta el 31 de marzo del 2018 la cartera de crédito era equivalente a  5,172 millones de dólares, y esta ha descendido a 3,598 millones de dólares al 29 de febrero del 2020.

Es decir que desde el estallido de la crisis, la economía ha perdido  1,574 millones de dólares en crédito, tanto en córdobas como dólares, lo que representa una reducción de 30 por ciento.

Riesgo va aumentar con el COVID-19

Pero además la emergencia que ha generado el COVID-19, provocará que aumente la cartera en riesgo y en mora. De hecho antes de esta situación estos indicadores ya estaban fuertemente deteriorados.

La cartera en riesgo, que se había mantenido estable alrededor de 2.7 por ciento para el período enero 2017-abril 2018, hasta febrero de este 2020 había aumentado a 11.8 por ciento, según datos de la Siboif.

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Y el índice de morosidad de la cartera de crédito bruta se ubica en 2.9 por ciento, cuando antes de la crisis era de 1 por ciento.

De hecho diversos analistas han considerado que es preciso que la Siboif saque una normativa como lo hizo en el 2018, para reestructurar los créditos, ya que muchas personas y empresas en este momento tendrán problemas para honrar sus deudas.

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