El primer ministro británico, Boris Johnson, se mantuvo estable en cuidados intensivos el martes después de recibir apoyo de oxígeno para ayudarlo a combatir el COVID-19, mientras que su ministro de Relaciones Exteriores dirigió la respuesta del gobierno al brote.
La agitación de la batalla personal de Johnson con el virus ha sacudido al gobierno justo cuando el Reino Unido, ahora en su tercera semana de cierre, entra en lo que los científicos dicen que será la fase más mortal de la pandemia que ya ha costado la vida a 5.373 personas en el país.
Johnson, de 55 años, ingresó en el Hospital St Thomas el domingo después de sufrir síntomas persistentes de coronavirus, que incluyen fiebre y tos, durante más de 10 días.
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Pero su condición se deterioró rápidamente durante las siguientes 24 horas, y fue trasladado el lunes a una unidad de cuidados intensivos, donde se tratan los casos más graves, en caso de que necesitara un respirador. Todavía estaba consciente, dijo su oficina.
“Está recibiendo tratamiento de oxígeno estándar y respira sin ninguna otra ayuda”, dijo el portavoz de Johnson a los periodistas.
“El primer ministro se ha mantenido estable durante la noche y sigue de buen humor”, dijo el portavoz. “No ha requerido ventilación mecánica o asistencia respiratoria no invasiva”.
Pero la ausencia de Johnson, el primer líder de una gran potencia hospitalizada después de dar positivo por el nuevo coronavirus, ha generado dudas sobre quién está realmente a cargo de la quinta economía más grande del mundo en un momento tan crucial.
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Si bien Gran Bretaña no tiene un plan de sucesión formal en caso de que un primer ministro quede incapacitado, Johnson le pidió al Secretario de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, de 46 años, que lo sustituya “cuando sea necesario”, dijo Downing Street.
La reina Isabel le deseó a Johnson una “recuperación completa y rápida” y envió un mensaje de apoyo a su prometida embarazada, Carrie Symonds, y su familia.
¿Quién lidera?
Raab presidió el martes la reunión de respuesta de emergencia al COVID-19 del gobierno, aunque los ministros se negaron a decir quién tenía el control final sobre las armas nucleares del Reino Unido, un papel desempeñado por el primer ministro.
“Existen protocolos bien desarrollados”, dijo Gove, quien se autoaisló el martes después de que un miembro de la familia mostrara síntomas de coronavirus.
Los líderes británicos no publicitan tradicionalmente los resultados de sus exámenes médicos como lo han hecho algunos presidentes de EE. UU., incluido Donald Trump.
Raab toma el timón en un momento crucial. Los científicos del gobierno ven que el número de muertos aumenta hasta al menos el 12 de abril y Gran Bretaña debe decidir en última instancia cuándo levantar el cierre.
El paso de Johnson a cuidados intensivos se sumó a la sensación de agitación que el coronavirus ha provocado después de su propagación causó pánico global, sembró el caos en los mercados financieros y provocó el cierre virtual de la economía mundial.
(Con información de Reuters y AP)