Ante la indolencia estatal para enfrentar el nuevo coronavirus (Covid-19), la población sigue demostrando que por su propia cuenta desarrolla acciones para prevenir el contagio. La última muestra está en las medidas tomadas en pulperías, cyber y comiderías.
En Villa Venezuela, ubicado en el Distrito Siete de Managua, una pulpería y donde además funciona con un cyber, atiende a los clientes tras una verja que ha sido forrada con plástico transparente, no permitiendo que las personas ingresen al negocio. Asimismo, a escasas cuadras de ahí, dos famosas comiderías permanecen cerradas. Sus propietarios decidieron abrir hasta nuevo aviso, cuando sientan que ha disminuido la amenaza del Covid-19.
LA PRENSA conversó con un trabajador de ese puesto de comida, quien confirmó que ambos dueños acordaron suspender la actividad comercial para no exponer a sus empleados, aunque se estaban tomando todas las medidas de salubridad.
Pero lo que ocurre en Villa Venezuela solo es una muestra, puesto que en otros puntos de la capital la situación es similar. Las pulperías que antes atendían a los clientes en la sala de la casa, han colocado exhibidores para bloquear la entrada y otros puestos de comida han cerrado o al menos disminuido la cantidad de días para atender, demostrando que por encima de los ingresos está la protección de las personas.
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Postura confiada del Estado
El primer caso de coronavirus en Nicaragua fue confirmado el 18 de marzo. Se trató de un caso importado, un hombre que ingresó al país procedente de Panamá.
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Desde antes de ese primer caso la ciudadanía ya tomaba sus acciones de prevención; sin embargo, a partir de su confirmación se extremaron las medidas, como disminuir lo más que se pudiera la salida de casa, lavarse las manos constantemente y mantener un distanciamiento social. Todo esto para evitar el contagio.