Manuel López tiene la costumbre de irse a alguna playa del pacífico nicaragüense en Semana Santa, pero esta vez no lo hizo. Pensó en el agua mojándole los pies al caminar por la costa, el ruido de las olas y el atardecer, pero no cayó en la seducción y se quedó en casa como medida de prevención al Covid-19.
Este Lunes de Pascua, ya en su centro de trabajo, reconoce que le hubiera gustado ir al mar porque también lo ve como un lugar para limpiarse de las vibras negativas del cuerpo, pero está consciente que debe mantener la autocuarentena que recomiendan los médicos para evitar contagio. “Si me cuido yo, cuido a mi familia”, dice con convicción a través de una llamada telefónica con este medio de comunicación.
López es uno de los miles de nicaragüenses que en esta Semana Santa se quedaron en casa, esto pese a la invitación abierta hecha por el Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur) para vacacionar en el interior del país. Se evidenció en las fotografías tomadas en diferentes balnearios, restaurantes y hoteles; también en los reportes oficiales de la Cruz Roja Nicaragüense y la Policía de Tránsito con las incidencias.
De acuerdo a cifras de la Cruz Roja, mientras que en la Semana Mayor de 2019 fallecieron ocho personas por sumersión, en este 2020 fueron dos. Por su parte, Tránsito Nacional el año pasado reportó 26 muertes por accidentes en las vías y en este año el número llegó a 15. Esto en parte es producto de la poca afluencia de personas en centros turísticos.
Gente más informada
A juicio del investigador en Ciencias Sociales, Mario Sánchez, hay tres factores para que en esta Semana Santa miles de nicaragüenses se hayan quedado en casa: la pandemia del coronavirus, la crisis sociopolítica y la incertidumbre económica.
“Las fotografías y las estadísticas (de Cruz Roja y Policía) son una señal de que la gente está clara que estamos ante los nudos o choques de esas tres crisis. Y la gente en esta crisis (del Covid-19) está buscando cómo autoprotegerse, buscando mecanismo de resiliencia”, responde Sánchez.
“Aunque el gobierno desinforma, manipula cifras y quiere dar una imagen de normalidad en el tema de la salud pública, la gente está conectada e informada a través de las redes sociales y otros medios alternativos. Indudablemente esto ha tenido un impacto. Además, el vacío de poder de parte del gobierno, la situación de orfandad, ha llevado a la gente a autogestionar su dinámica y decidido a resolver por sus propios medios la situación en temas sanitarios”, analiza Sánchez.
Para el investigador, el gobierno ha fracasado con su campaña de que todo está normal y agrega que el letargo en que estaba la sociedad nicaragüense en general se rompió en abril 2018. Para él no hay marcha atrás porque el modelo está agotado y no es funcional.