La confianza de los inversionistas en Nicaragua se erosiona cada vez más. El país retrocedió por tercer año consecutivo en el Índice de Libertad Económica, lastrado por la represión política del régimen orteguista contra la población, la inseguridad jurídica sobre la propiedad privada y la desconfianza en el Poder Judicial, debido a su parcialización política a favor de la dictadura.
En el Índice de Libertad Económica 2019, Nicaragua obtuvo un puntaje global de 57.7 disminuyendo 1.2 puntos respecto al año anterior. La medición se hace a 180 países, siendo cien el puntaje de mayor aprobación.
Nicaragua ocupó el puesto 107 a nivel mundial en 2019, cayendo siete puestos con respecto al índice del 2018.
“El gobierno autoritario de la familia Ortega es la mayor amenaza para el estado de derecho imparcial”, es la advertencia a los inversionistas extranjeros en el ranking de Libertad Económica 2019.
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El ranking lo elabora la Fundación Heritage, que publica el periódico estadounidense The Wall Street Journal, utilizando mediciones de la opinión de los empresarios en temas como seguridad jurídica jurídica, crecimiento económico y políticas públicas que permitan determinar la viabilidad para hacer negocios en los países.
“La confianza de los inversores se vio gravemente sacudida por la violencia mortal desplegada por el régimen autoritario de Ortega en 2018 contra los manifestantes pacíficos que se oponen al gobierno antidemocrático”, señaló en la valoración sobre Nicaragua.
Ataque a empresarios
En abril del 2018 estallaron las manifestaciones sociales contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo quienes reaccionaron con brutales ataques por parte de la Policía Orteguista (PO), grupos de civiles armados y simpatizantes del régimen. Almenos 328 asesinatos, miles de heridos y otra seria de delitos, calificados de lesa humanidad por organismos internacionales han sido parte del saldo sangriento de la represión.
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El sector empresarial también sufre la represión con la toma de propiedades por parte de civiles armados y simpatizantes orteguistas, el aumento de los impuestos, eliminación de exoneraciones han sido parte de los mecanismos del régimen contra el sector privado.
“La apropiación de tierras de fincas por parte de grupos progubernamentales, aunque de alcance limitado, parece haber tenido como objetivo socavar a los opositores políticos”, expone el Índice de Libertad Económica 2019 sobre uno de los mecanismos represivos de la dictadura contra los productores y empresarios.
Los crímenes del régimen hizo que las principales cámaras empresariales rompieran el modelo de consenso que durante diez años tuvieron con Ortega, que le permitió cierta estabilidad a las inversiones, aunque siempre se le reclamó la falta de certidumbre jurídica sobre las propiedades.
El Índice de Libertad Económica 2019 expone el deterioro del clima de negocios en Nicaragua donde el sector privado adverso al régimen es castigado, mientras la dictadura ha creado competencia desleal estableciendo empresas estatales.
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“El entorno empresarial se ha deteriorado y las empresas estatales han seguido recibiendo un trato favorable”, indicó el documento.
Inseguridad jurídica lastra confianza de inversiones
En el reporte se destaca que la inseguridad jurídica continúa como uno de los principales obstáculos para las inversiones privadas en Nicaragua.
“Las debilidades institucionales y un sistema judicial ineficiente no protegen los derechos de propiedad ni combaten la corrupción”, precisó el Índice de Libertad Económica 2019.
La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) valoró que este nuevo reporte internacional da una pésima imagen al país, complicándole la posibilidad de salir de la postración económica debido a que le está diciendo a los inversionistas extranjeros que es un alto riesgo colocar su dinero en Nicaragua.
“Vemos la parte más desafiante las debilidades en el cumplimiento de la ley, en que el derecho de la propiedad privada no está protegido porque hay un sistema judicial que tiene problemas de corrupción, y se toma mucho tiempo resolver los casos en los tribunales, que responden a un control partidario (del orteguismo) sobre la Corte Suprema de Justicia”, señaló Funides.
Las amenazas de la dictadura orteguista contra el empresariado socava la economía nicaragüenses que desde 2018 y 2019 arrastra una profunda recesión. La perspectivas de recuperación en el 2020 las desapareció la recesión mundial debido a la pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19), que ha matado a más de 129 mil muertes y dos millones de infectados. Aun no hay una vacuna para el virus del Covid-19 que ha colapsado los sistemas de salud de la mayoría de los 116 países que enfrentan la pandemia.
En América también en el sótano
En la medición global Nicaragua ocupa posiciones con países africanos como Tonga, Ghana, Laos, Nigeria así como con Trinidad y Tobago y Guyana en la región latinoamericana.
En el ranking de la región de las Américas, Nicaragua ocupa el puesto 21 entre 32 países “su puntaje general está por debajo de los promedios regionales y mundiales”.
Eliseo Núñez, jurista y exdiputado, valoró que el retroceso continuo de Nicaragua en mediciones como la libertad económica evidencia de que el modelo de negocios “nunca estuvo bien”, sino que se trataba de “una ilusión” la estabilidad que supuestamente daba la buena relación que había entre el sector privado, principalmente el gran capital, con la dictadura Ortega y Murillo antes del 2018.
“Nunca fue una posición privilegiada porque tenía el problema de la seguridad jurídica, porque los jueces no fallaban antes y no lo hacen ahora conforme derecho, debido a que las leyes podían ser cambiadas en cualquier momento”, dijo Núñez.
En el reporte sobre Libertad Económica 2019 advierte sobre los riesgos de hacer negocios en Nicaragua debido a que “derechos de propiedad privada no están protegidos de manera efectiva, especialmente para los inversores extranjeros”.
Otro de los riesgos es que “los contratos no siempre son seguros”, y los inversiones se exponen a la “corrupción del sector público y el soborno de los funcionarios públicos son desafíos importantes”.
Funides teme que estos informes donde sale tan mal a Nicaragua ralentizará las posibilidades de atraer inversiones, una vez pase la pandemia global del coronavirus, por lo que la recuperación económica será más difícil.
“El país queda con la imagen dañada por lo que el se necesitará hacer un mayor esfuerzo, así como en los años 90 se tuvo que hacer una campaña internacional para cambiar la percepción sobre la oportunidad de invertir, lo mismo se tendrá que hacer para recuperarnos de la actual crisis. Será muy dificil decir que una vez haya cambio de gobierno, los flujos de inversion serán similares a los que venían antes del 2018”, afirmó Funides.
El centro de pensamiento recordó que “la confianza del inversionista cuesta ganarla”, y recuperarla costará mucho más a un país como Nicaragua sometida a una dictadura familiar.