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Los adultos mayores son los más vulnerables frente al Covid-19. LAPRENSA/J.FLORES

¿Por qué Daniel Ortega decretó emergencia sanitaria con la pandemia del H1N1 y se niega a hacerlo por el Covid-19?

Pese a que Nicaragua es una de los países que a nivel de la región había avanzado mucho más en materia de gestión de riesgo, el manejo de esta crisis sanitaria ha sido muy cuestionada.

El 11 de marzo el mundo se enteraba de la primera pandemia causada por un coronavirus, las alertas sanitarias empezaron a declararse en los países junto con restricciones de viajes, y medidas que después de unos meses serían más extremas. En Nicaragua, reinó la pasividad, no hubo declaratoria de alerta epidemiológica y ahora, con nueve casos confirmados de Covid-19, tampoco se avisora la posibilidad de emergencia sanitaria, como si lo decretaron en 2009 por Influenza.

La Influenza contagió en el país a 2, 175 personas y murieron once, según datos del Minsa. En ese momento, no hubo dudas en decretar emergencia sanitaria, lo que permitía que toda la estructura institucional, incluidos sectores privados se involucraran en mitigar el efecto de la también declarada pandemia. Entonces: ¿Por qué no hacerlo ahora cuando la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que el Covid-19 es 10 veces más mortal que la Influenza H1N1?

El epidemiólogo Rafael Amador explica que las alertas funcionan con base a información y al reconocimiento de la existencia de un evento, en el caso de Nicaragua “se ha minimizado hasta el día de hoy la situación real y el riesgo real de lo que pudiera suceder en el país”. No obstante, el Ministerio de Salud (Minsa) ha diseñado sus proyecciones de los escenarios con respecto a la pandemia, que estiman 813 muertos por el virus en seis meses, cifras que han sido cuestionadas por especialistas independientes que proyectan un impacto mayor, en especial, porque no se han tomado las medidas de distanciamiento social que ha recomendando la OMS.

Pese a que el Minsa ha trabajado con su protocolo,  esto no ha tenido eco en una política de prevención a nivel global, sañaló el epidemiólogo, lo que también se evidencia en la promoción de actividades que facilitan la concentración de personas, lo cual se ha mantenido desde antes que llegara el virus, y se reforzó en Semana Santa, pero no tuvo resultados.

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Autoprotección  frente a
pasividad del gobierno

Por su parte, las mismas autoridades del Minsa han señalado que el país está ante una alerta epidemiológica; sin embargo, no hay un decreto o una declaratoria formal.

De hecho en el sitio web del Sistema de Integración Centroamericana (Sica) reporta en su informe número 21 que en Nicaragua hay una alerta nacional por el virus, pero hasta la fecha no se conoce ningún documento que soporte ese estado.

Más bien, en la web del Minsa está publicado un comunicado, con el título “Medidas frente al coronavirus”, no tiene fecha, pero si la firma de la exministra, Carolina Dávila, y desde el inicio deja claro que “Nicaragua no ha establecido, ni establecerá ningún tipo de cuarentena”, a como si lo han implementado otros países de la región y del mundo en aras de ralentizar la curva de contagio, que ha matado más de 140 mil personas en el planeta.

El epidemiólogo explica que como su mismo nombre lo dice, las alertas advierten sobre algo que va a suceder con base a proyecciones, experiencias previas, escenarios, por eso deben ser tempranas y oportunas, y sino se aplican así, “lo demás es poesía”, ya que no se prepararon las acciones antes que pasaran los hechos.

El médico ejemplificó que al no tener señales previas de preparación por parte de las instituciones es como cuando no se contaba con un sistema de alertas de tsunami, la gente se daba cuenta que iba a ocurrir  al momento que veía la ola. Al tener medidas desde antes, la población puede correr a la colina y sobrevivir, dijo.

Ante el Covid-19 la población se ha protegido de forma autoconvocada, la estrategia del régimen de promover actividades masivas no funcionaron. En el período de Semana Santa, gran parte de la población optó por quedarse en casa, y evitar más contagios por el coronavirus. Pese a que hay nueve casos confirmados, la suspicacia sobre la veracidad de las cifras se mantiene en la población y aun más, cuando el país sigue con sus fronteras abiertas.

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Alertas de forma antojadiza

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) actualizó el 21 de enero su alerta epidemiológica por el nuevo virus, y llamó a los países miembros a fortalecer las actividades de vigilancia para detectar a pacientes con enfermedades respiratorias agudas. El Minsa cita en su Protocolo de Preparación y Respuesta ante el Riesgo de Introducción de virus Coronavirus, esta alerta, pero no indica la declaratoria de una, como país.

Abdel García, especialista en gestión del riesgo del Centro Humboldt, explica que después de la explosión social de abril de 2018, hay un manejo político de todo, incluyendo las alertas, que se han decretado en algunos eventos que no lo ameritaban. “Hay un manejo subjetivo de las alertas, y políticamente antojadizo, se van sacando en función de la coyuntura política y social de Nicaragua, y esta situación no escapa”, expresó. A esto se suma el avance lento de la curva de contagio en América Latina, que se espera se intensifique en las próximas semanas, según advirtió la misma OPS.

García, que ha seguido de cerca las alertas por eventos naturales, asegura que estas declaratorias desencadenan que las instituciones enfoquen toda su atención en la emergencia sanitaria, lo que se traduce en atender las necesidades que lleva consigo el contagio del Covid-19, como el tema de la escasez de agua en las comunidades del país, la seguridad alimentaria, el abastecimiento de artículos de higiene, el acceso a las medicinas, y sobre esto es que se debería centrar la inversión pública.

Pese a que Nicaragua es una de los países que a nivel de la región había avanzado mucho más en materia de gestión de riesgo, el manejo de esta crisis sanitaria ha sido muy cuestionada, a lo que García señala que el país no puede seguir solo reaccionando a los fenómenos, como se hace con los incendios, sino que debe apostar por la prevención.

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