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Los protagonistas de 2018 siguen esperando justicia, cambios y la salida de Daniel Ortega a dos años de las protestas civiles.

Los retos de la lucha cívica a dos años de la insurrección ciudadana contra la dictadura

Opositores, familiares de víctimas, líderes estudiantiles hacen una valoración sobre el futuro de Nicaragua y su búsqueda de una democracia plena, a dos años del inicio de las protestas civiles contra el régimen.

A dos años de que la población nicaragüense salió masivamente a demandar sus derechos a las calles, la represión del régimen de Daniel Ortega ha hecho creer que todo sigue igual que antes de ese 18 de abril de 2018. Los opositores con un recorrido más largo en política rechazan totalmente esa idea y aseguran que la caída del régimen orteguista es irreversible e inevitable.

El opositor y miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNA), Félix Maradiaga, recordó que desde que comenzó la lucha cívica en abril d 2018, su proyección fue que “ésta iba a ser una lucha larga”. Para Maradiaga, que el camino del cambio sea largo y que falten aún más obstáculos que superar, no significa que no se vaya a dar.

“El régimen de Ortega va de salida. Eso es inevitable, está totalmente aislado internacionalmente, y nacionalmente ha perdido el respaldo de la mayoría del pueblo, esa es una realidad”, aseveró Maradiaga.

Managua, Nicaragua. 23/04/2018. Multitudinaria marcha de la sociedad civil, autoconvocados y poblacion en general desde la rotonda de Metrocentro hacia la Universidad Politecnica UPOLI, que se ha convertido en el simbolo de la resistencia urbana en contra del gobierno de Daniel Ortega quien hoy entro a su sexto dia de protestas por un paquete de reformas al seguro social. Oscar Navarrete/ LA PRENSA.

La nueva ciudadanía

Maradiaga consideró que el cambio que marcó el 2018, se vio desde el inicio en la participación masiva de la ciudadanía. El político opositor dijo que si se compara la cantidad de gente autoconvocada que salió a las calles en abril de ese año, con los grupos opositores que salían a protestar antes de esa fecha, se hace evidente que ya no es la misma sociedad pasiva.

“Las iniciativas que hacíamos en el 2007 con el Movimiento por Nicaragua; las que hacíamos en el 2011, con Nicaragua 2.0; en 2013, con #OcupaInss, eramos contados con los dedos de las manos y nos miraban como locos y nos señalaban que estábamos alterando la paz en un país que iba en gran crecimiento económico, porque había una alianza público-privada que estaban funcionando”, recordó Maradiaga.

 

El opositor precisó que ese gran cambio que se logró en 2018, es una deuda que siempre se tendrá con los jóvenes, estudiantes y miles de ciudadanos autoconvocados que salieron a luchar por el país, porque a la vez sufrieron la más cruel represión.

“La gente que estuvo en los tranques, que es la gente más humilde, más pobre, es la gente que esta en el exilio, porque son las personas que, a nivel de los barrios, fue la gente que recibió más asedio”, agregó Maradiaga.

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La Policía prohibió en octubre de 2018 las manifestaciones sin su previa autorización, en un intento para evitar que los nicaragüenses salieran a las calles. LA PRENSA/Jader Flores

Sin condiciones electorales

Nicaragua está a un año y ocho meses de las elecciones nacionales, que serán en noviembre de 2021. Pero Maradiaga manifestó que en este momento todavía no hay condiciones para un proceso electoral por el nivel de represión que experimenta la ciudadanía. “Hayan condiciones electorales o no las hayan, la ciudadanía debe estar organizada, la oposición debe estar cohesionada. Y el trabajo de organización y el trabajo de cohesión se requiere con o sin condición electoral”, dijo.

Mantener presión nacional e internacional

En los próximos meses también es importante mantener la máxima presión nacional e internacional contra Ortega, bajo la premisa de que es un gobernante ilegítimo, inconstitucional, incompetente y criminal.

El también opositor y miembro de la Alianza Cívica, José Pallais Arana, manifestó que desde abril de 2018, el futuro del país quedó marcado por la demanda de cambio que exigió masivamente la ciudadanía en las protestas. Mantenerse unidos y organizados es la clave para lograr esa transformación, según Pallais.

José Pallais Arana, político opositor y miembro de la Alianza Cívica. LA PRENSA/ARCHIVO

En ese sentido dijo que es vital para el futuro mantener la demanda de reformas electorales, porque las elecciones son la vía pacífica para el verdadero cambio que quieren los nicaragüenses.

“Para cumplir con ese objetivo se lanzó la propuesta de construir la Coalición Nacional, la propuesta de consensuar una reforma electoral entre las más importantes fuerzas políticas y sociales del país. Se ha venido consolidando el apoyo de la comunidad internacional al objetivo fundamental y esencial de democratizar Nicaragua, tanto a nivel de la OEA, como de la Unión Europea y con muchos países que también se han sumado”, enumeró el opositor.

Covid-19, un nuevo reto para la oposición

Pallais reconoció que en el actual contexto mundial, afectado por la pandemia del Covid-19, las graves violaciones de derechos humanos en Nicaragua pasaron a otro plano menos prioritario para los organismos internacionales, lo que supone un retraso a los planes que se venían elaborando y ahora esa situación es un reto que tienen que superar los opositores.

Valeska Valle, líder estudiantil y miembro de la Alianza Cívica. LA PRENSA/L. ÁLVAREZ

La líder estudiantil y miembro de la Alianza Cívica, Valeska Valle, reconoció que al principio muchos creyeron que con protestas masivas autoconvocadas, iban a sacar a Ortega del poder, pero poco a poco se dieron cuenta que necesitaban organización y preparación para cualquier escenario, debido a lo letal que resultó la represión del régimen orteguista.

“Hemos cambiado muchas percepciones desde abril de 2018, que han servido también para exponerlo a él (Ortega) incluso a nivel internacional. El régimen sabe que no puede tener apoyos económicos sino hay un cambio real aquí, que obviamente no va a ser con él en poder”, dijo Valle.

Madres de Abril tienen la seguridad de que la justicia llegará

Tamara Morazán, hermana de Jonathan Morazán, uno de los cientos de jóvenes asesinados en 2018, por participar en las protestas civiles. LA PRENSA/L. ÁLVAREZ

Las madres y familiares de las personas que fueron asesinadas por los grupos armados afines a Ortega en 2018, son quienes tienen más esperanza de que tarde o temprano el país entero tendrá justicia y se declaran luchadoras incansables para lograr ese objetivo.

“Nosotros como familiares y también como Asociación Madres de Abril (AMA), estamos llevando todos los procesos de justicia a como se tienen que llevar ante los organismos correspondientes. Esperamos que en un futuro la justicia se cumpla. Nosotros tenemos ese compromiso tanto con los familiares como con el pueblo de Nicaragua, porque la justicia se va a lograr, porque no vamos a descansar hasta que eso se cumpla”, manifestó este viernes Tamara Morazán, hermana de Jonathan Morazán, uno de los cientos de jóvenes asesinados en 2018, por participar en las protestas civiles.

La represión contra las protestas del 2018, representó para Nicaragua más 328 muertos, cientos de heridos, miles de exiliados y el inicio del asedio, acoso, persecución y más matanza de opositores en todo el país, según los organismos de derechos humanos.

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