El ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, indicó en la cadena “TF1” que de los 7.000 millones para la aerolínea gala, 4.000 serán préstamos garantizados por el Estado pero aportados por un consorcio de bancos franceses e internacionales, y los otros 3.000, un préstamo estatal directo.
El ministro añadió que también se está negociando también un crédito de 5.000 millones para el fabricante automovilístico Renault, pero señaló que en ese caso se trataría de un préstamo garantizado por el Estado.
Préstamo con condiciones
“Apoyamos a Air France como apoyaremos a todas las empresas francesas, sean pequeñas o estratégicas”, indicó Le Maire, que destacó que la nacionalización de la aerolínea “no está en el orden del día” y que esos préstamos no constituyen “un cheque en blanco”.
El Estado, que posee el 14 % de su capital, ha fijado condiciones tanto de rentabilidad, “porque es el dinero de los franceses y es necesario que Air France haga un esfuerzo”.
“Nos debe presentar un plan de reducción de emisiones de CO2 (dióxido de carbono) y de transformación de su flota para ser menos contaminante, hacer menos ruido y ser más respetuosa con el medio ambiente”, añadió.
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Le Maire destacó que es la primera vez que el Estado aporta “un apoyo tan importante” pero recalcó que es tanto una cuestión de independencia como de preservación de puestos de trabajo, “porque detrás está toda la filial aeronáutica”.
Crisis “histórica”
Ese mismo principio les guía en el préstamo negociado para Renault, del que el Estado posee el 15 % del capital: “Está en juego nuestra industria del automóvil”, dijo el representante gubernamental, que apuntó que hay un millón de empleos ligados a ese grupo en todo el territorio.
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Esta crisis, según destacó, es “histórica”. Air France opera estos días apenas un 5 % de su programa de vuelos habitual, sobre todo para garantizar las principales rutas nacionales (conexiones de París a Niza, Marsella, Toulouse o a los principales destinos de la Francia de ultramar).
Renault, por su parte, señaló que está reduciendo su estructura de costes para contener la pérdida de más de 5.000 millones de euros de efectivo que registró durante el primer trimestre de 2020, cuando su facturación cayó un 19,2 % respecto al mismo periodo del año anterior.