Con el estallido social de abril de 2018 nacieron diversas organizaciones estudiantiles que buscaban llevar a la agenda nacional las voces de cientos de estudiantes que protestaron en las calles, y padecieron la represión del régimen orteguista.
La Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) cumple dos años de su formación, y aunque, ahora hay una mayor participación de los jóvenes en los procesos de toma de decisiones dentro de la oposición política, faltan muchos retos, entre estos, la salida de Daniel Ortega por una vía democrática, asegura Max Jérez, miembro de AUN.
El director ejecutivo de la Alianza Cívica, Juan Sebastián Chamorro, recordó, por medio de un video, el coraje de esta organización, cuyos miembros han estado desde el inicio de la crisis hasta ahora en las calles para demandar justicia y democracia.
Señala que desde el comienzo se perfilaban como “un movimiento líder, con jóvenes comprometidos, coherentes, y sobre todo, muy articulados. A pesar de haber visto la muerte de cerca, ahí estaban encabezando esa marcha-en referencia a la movilización del 9 de mayo, denominada “Por la justicia y la democratización de Nicaragua”, dijo.
AUN se conformó el 24 de abril de 2018, como un esfuerzo conjunto entre estudiantes de las principales universidades del país. Como una organización emergente surgida en el contexto de abril de 2018, ha priorizado el fortalecimiento de la organización de estudiantes y jóvenes nicaragüenses que han participado activamente en el movimiento de protestas contra el régimen de Daniel Ortega. Asimismo, han aumentado los lazos de cooperación y organización del Movimiento Autoconvocado de cara a la lucha por la libertad, justicia y democracia en Nicaragua, explicó Jérez, miembro de AUN.
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Los universitarios fueron los que levantaron la bandera de lucha contra las arbitrariedades del régimen en 2018, al aprobar una brutal reforma unilateral de la Seguridad Social en el país. Pronto, las demandas cambiaron por la represión con balas que provocó la muerte de al menos 328 personas, y después el cúmulo de inconformidades sociales con el grito de justicia, se expresaron en más actos de protestas como tranques y movilizaciones pacíficas en las calles del país.
Todas estas fueron aplastadas por cuadrillas de parapoliciales armados y el actuar de la Policía Orteguista que se constituyó desde ese momento en el brazo represor de los opositores. Hasta ahora, no hay salida a la crisis y la represión se mantiene en las calles.
Jérez explica que como jóvenes han logrado ser parte del Diálogo Nacional, que inició en mayo de 2018, también estuvieron en la mesa de negociación instalada en el 2019. Pese a que en este último caso se alcanzaron acuerdos en aras de buscar soluciones a la crisis del país, el régimen orteguista sigue sin cumplirlos, apenas realizó la excarcelación de más de 300 personas, pero que ahora viven bajo al asedio, además de mantener una política de encarcelamiento a cualquier voz disidente.
Parte de los retos sigue siendo el avance de un proceso de organización de la sociedad en medio de un entorno hostil, de restricción de libertades, asi como abrir espacios de formación, organización y participación política para más jóvenes. A la par de AUN se han formado más organizaciones e instituciones de estudiantes que buscan un cambio real en todas las esferas del país.