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Nicaragua, vacuna, pandemia, coronavirus

Un poema de siglo y medio

Imagino que la autora debe haber tenido referencia de una pandemia que obligó a una cuarentena general que evitara el contagio de la misma, igual que ahora con el coronavirus que tiene en cuarentena a miles de personas en el mundo y otros han optado por quedarse en casa y seguir las instrucciones de los organismos mundiales especializados.

CARTAS DE AMOR A NICARAGUA

Querida Nicaragua: Alguien me envió por whatsapp un poema muy sencillo que, habiendo sido escrito en 1869, parece una producción actual. Voy a copiarlo textualmente. Está tomado de La historia de Iza, de Grace Ramsay. Este era el seudónimo que usaba la escritora y biógrafa católica irlandesa-francesa Kathleen O’Meara, corresponsal en París de la revista católica británica The Tablet.

“Y la gente se quedaba en casa/ y leía libros y escuchaba/ y descansó e hizo ejercicios/ e hizo arte y jugó/ y aprendió nuevas formas de ser/ y se detuvo./

Y escuchó más profundamente/ alguien meditó/ alguien rezó/ alguien estaba bailando/ alguien se encontró con su sombra/ y la gente comenzó a pensar diferente./

Y la gente sanó/ y hubo ausencia de personas que vivían/ en una peligrosa ignorancia/ sin sentido y sin corazón/ incluso la tierra comenzó a sanar./ Y cuando el peligro terminó/ y las personas se encontraron/ lloraron por los muertos/ y tomaron nuevas decisiones/… y soñaron con nuevas visiones/ y crearon nuevas formas de vida/ y cuidaron completamente la tierra/ justo cuando fueron sanados./

Cuando la tormenta pase/ y se amasen los caminos/ y seamos sobrevivientes/ de un naufragio colectivo/ con el corazón lloroso/ y el destino vencido/ nos sentiremos dichosos/ tan solo por estar vivos./ Y daremos un abrazo/ al primer desconocido/ y alabaremos la suerte/ de conservar un amigo./ Y entonces recordaremos/ todo aquello que perdimos/ y de una vez aprenderemos/ todo lo que no aprendimos./ Ya no tendremos envidia/ pues todos habrán sufrido./ Ya no tendremos desidia/ seremos más compasivos/.

Valdrá más lo que es de todos/ que lo jamás conseguido/ seremos más generosos/ y mucho más comprometidos. Entenderemos lo frágil/ que significa estar vivo/ sudaremos empatía/ por quien está y quien se ha ido./ Extrañaremos al viejo/ que pedía un peso en el mercado/ que no supimos su nombre/ y siempre estuvo a tu lado/ y quizás el viejo pobre/ era tu Dios disfrazado/ nunca preguntaste el nombre/ porque estabas apurado/ y todo será un milagro/ y todo será un legado/ y se respetará la vida/ la vida que hemos ganado/.

Cuando la tormenta pase/ te pido Dios, apenado,/ que nos devuelvas mejores,/ como nos habías soñado.”

Imagino que la autora debe haber tenido referencia de una pandemia que obligó a una cuarentena general que evitara el contagio de la misma, igual que ahora con el coronavirus que tiene en cuarentena a miles de personas en el mundo y otros han optado por quedarse en casa y seguir las instrucciones de los organismos mundiales especializados.

El poema parece haber sido escrito para nosotros.

El autor es empresario radial.

Columna del día Grace Ramsay Poema archivo

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