Cuando Marta Álvarez llegó a la comisaría, sabía lo que pasaría a continuación: sería condenada por la muerte de su hermano.
De hecho, ella misma fue hasta la estación policial y se entregó.
Lo que no sabía es que una vez encerrada, sufriría una nueva condena solo por ser lesbiana.
Esa condena incluyó 17 traslados de cárceles a lo largo de Colombia y tres instancias de confinamiento solitario por besar a una compañera.
Su pelea por los derechos humanos de las personas LGBT en las prisiones colombianas duró sus 10 años de reclusa, pero terminó 14 años después de salir en libertad.
En 2017 un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos obligó al estado colombiano a cumplir con una serie de acuerdos que incluyó pedirle disculpas públicas a Álvarez por haberla discriminado por su orientación sexual.
El hecho fue catalogado como “histórico” por los medios locales.
También publicó sus memorias, tituladas “Mi historia la cuento yo”, y cambió el reglamento de cárceles para garantizar las visitas íntimas a parejas del mismo sexo.
A semanas de haber vuelto a vivir a Colombia tras años en Estados Unidos, Álvarez habló con BBC Mundo sobre su vida antes, durante y después de la cárcel, entrevista que compartimos a continuación en primera persona porque, como dice el título de su libro, es su historia y ella ha de contarla.