El virus SARS-CoV-2 puede morir más rápido a temperaturas más altas, una mayor humedad y la luz solar, según análisis en gotas de saliva en superficies y el aire, expuestos como resultados preliminares de una investigación que desarrolla el Centro Nacional de Análisis y Contramedidas de Biodefensa (NBACC, por sus siglas en inglés), del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
“El virus es menos estable en las gotas de saliva en las superficies que en medios de cultivo y muere más rápido en gotas de saliva a temperaturas más altas” , indica el estudio, que a la vez, aclara que en las próximas tres semanas van a continuar ejecutándose investigaciones de laboratorios para refinar y ampliar los resultados.
Este hallazgo preliminar indica que el aumento de las temperaturas puede ayudar a matar el virus y reducir la transmisión. No obstante, las pruebas en condiciones relevantes para humanos son cruciales, advierte la investigación. Con la llegada del SARS-CoV-2, que es el virus que produce la enfermedad Covid-19, diversos especialistas han investigado la supervivencia del virus respecto al clima y en diferentes superficies; sin embargo, al ser un elemento nuevo, los investigadores trabajan en definir con exactitud qué es lo que en realidad sucede cuando está expuesto a elementos externos como agua, temperaturas altas, bajas y medias, entre otros.
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Bill Bryan, un alto funcionario de Ciencia y Tecnología del Departamento, explicó el pasado jueves frente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que con temperaturas de 70 a 75 grados fahrenheit y 80 por ciento de humedad la vida del virus es de seis horas, pero si a esta combinación se agrega luz solar la vida del virus sobre una superficie, como la manija de una puerta se reduce a dos minutos.
No obstante, estos resultados contrastan con la realidad de climas cálidos como Ecuador, donde el virus impactó de sobremanera a Guayaquil, provocando el colapso de su sistema sanitario por la multiplicación de casos de Covid-19.
En un artículo publicado a inicios de abril en la prestigiosa revista especializada en medicina, The Lancet, exponen que tras incubar el virus hasta 14 días y luego analizar su infecciosidad, se encontró que el virus es altamente estable a 4 grados centígrados, pero sensible al calor.
“ A 4 grados centígrados solo hubo una reducción de 0.7 unidades log del título infeccioso en el día 14. Con la temperatura de incubación aumentada a 70 grados centígrados, el tiempo para la inactivación del virus se redujo a 5 minutos”. Al parecer si hay un efecto no muy positivo de altas temperaturas sobre el SARS-CoV-2. La facultad de Medicina de la Universidad de Hong Kong también aseguró que el virus a diferentes temperaturas pierde su nivel de infección. Por ejemplo, a 37 grados centígrados, similar a la temperatura actual del país, tarda dos días.
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Los expertos aun estudian si el virus se podría presentar de forma estacional, a como lo hacen virus tales como la influenza, que presenta en el país dos picos de mayor contagio o transmisión. En Nicaragua es al inicio de la etapa lluviosa y en septiembre y octubre, que son los meses más copiosos.
En ambos casos el bajón de temperatura, de hasta 14 grados centígrados en algunos departamentos, facilita la generación de enfermedades respiratorias. Es por eso que expertos han advertido sobre el riesgo que implica la aceleración de la curva de contagio de Covid-19 en el país, justo cuando empiezan a multiplicarse los casos de gripe común, con síntomas muy similares al nuevo coronavirus.