Norman Cardoze proyectaba una confianza absoluta en sí mismo y su bate ejercía un poder de intimidación en el homeplate que rayaba en la altivez, mientras arrasaba con lo que le salía al paso.
Sin embargo, de todo se le puede acusar a Cardoze, menos de cobarde. Jamás dio un paso hacia atrás ante ningún reto, por el contrario, le atraía estar en el centro del espectáculo y ahí se crecía.
Cuando entró a la Selección Nacional como titular en la segunda base en 1995, bateó para 526 (19-10) en el Preolímpico de Edmonton y con su guante hizo una labor que nadie extrañó a Julio Medina.
Jonrón frente a Rolando Arrojo y doblete ante Lázaro Valle. También sonó a Omar Ajete, en una tarde violenta en Canadá, cuando a los nicas se les escapó un triunfo que construían ante Cuba.
Luego fue a la Copa en La Habana y bateó .350 (20-7), con tres jonrones y nueve empujadas. Es que ese año 1995, el de Masaya fue pura dinamita: resumió .393, seis jonrones y 20 remolques.
Cuando en el 2007 se retiró de la Selección, a la que había llegado 13 años atrás, se fue con promedio de .323 y 20 jonrones conectados, en una actuación consistente al bate y con la manopla.
Durante la mayor parte de ese período, hizo mancuerna con Henry Roa y se autollamaban la “columna vertebral” de la Selección Nacional debido a que ahí recaía el mayor peso ofensivo.
A nivel local, su actuación no fue distinta. Luego de un inicio con pocos chances en 1989, 1990 y 1991, Norman explotó en 1992 con .296, 20 jonrones y 51 impulsadas. Y cada año se hizo mejor.
Subió a .352 en 1993, con 27 jonrones y 80 remolques. Incluso, para 1997, tuvo .414 de promedio, el average más alto en una gran carrera de 22 años, en la que tuvo .317 y 183 jonrones conectados.
Cardoze bateó sobre .300 en 13 de 22 temporadas, con 1,385 hits, 238 dobles, 780 anotadas y 805 impulsadas, con 106 robos, para ser uno de los diez nicas con 1000 hits, 100 robos y 100 jonrones.
Su más grande impacto a nivel local fue su jonrón en el séptimo juego de la Final del 2004 ante Oswaldo Mairena para llevar al San Fernando al título, en una noche en la que Masaya fue estremecido.
Pero hay muchos más impactos de Cardoze en el beisbol nica, donde su paso dejó huellas que no serán borradas por el tiempo, pese a que con su actitud a menudo conspiró contra él mismo.
Siempre me he preguntado, ¿qué hubiese sido de Norman si ha trabajado seriamente y con disciplina? Nunca lo sabremos. Sin embargo, aún con sus desplantes, hizo una gran historia.
Cardoze ha sido uno de los bateadores más fuertes y más oportunos que han desfilado por el beisbol nacional, con un brazo potente y hábil para jugar en tercera, el shortstop y segunda base.
Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR