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Rafael Valle en un juego de viejas glorias en 2004 en el estadio Roberto Clemente, de Masaya. LA PRENSA/ARCHIVO

El récord eterno del chinandegano Rafael Valle: cinco jonrones en un solo juego

¿Cuál es la mayor hazaña en un juego en nuestro beis? ¿Quién ha necesitado un solo partido para ser recordado toda la vida? Valle podría ser la respuesta.

¿Cuál es la mayor hazaña en un juego en la historia de nuestro beisbol? ¿Quién ha necesitado solamente un partido para ser recordado toda la vida? Rafael Valle podría ser la respuesta de ambas preguntas con su partido de cinco jonrones, el 2 de mayo de 1978 en el estadio Noel Gámez, de Estelí.

Valle, de 29 años de edad, era el noveno bate y jardinero izquierdo de Chinandega, en la explosiva temporada de 1978, en la cual Ernesto López disparó 42 jonrones e impulsó 117 carreras, mientras que Vicente López bateó para .436 con 34 vuelacercas. Precisamente Vicente estaba con el equipo de Estelí y fue testigo del impacto del artillero chinandegano, quien ese año tuvo una marca persona de 15 cuadrangulares, de un total de 39 en su carrera.

Fue un partido de 39 hits y 11 jonrones, siete de ellos de Chinandega, que derrotó 18-16 a Estelí. Valle sacudió dos veces al abridor Róger López, le pegó un cuadrangular al relevista Marcos Salas y agregó dos contra Uriel Umaña, y además cuenta la historia que en un sexto turno al bate, arrimó una pelota a la cerca del jardín central, en donde algunos dicen que Alex Torres sacó la pelota del otro lado robándole un cuadrangular a Valle, quien en el encuentro se fue de 5-5, con seis carreras anotadas y ocho impulsadas.

“Desde que impuse mi récord, muchos han querido menospreciar lo que hice, alegando que el estadio de Estelí era pequeño, pero digo yo: acaso en ese mismo estadio no jugó gente como Pedro Selva, Ernesto López, Pablo Juárez, y porqué ellos no lo hicieron. Con esto no quiero decir que soy la mamá de tarzán, pero hice algo que nadie ha podido hacer”, declaró a LA PRENSA en una entrevista en el 2002.

El respetado comentarista deportivo Willie Wilson fue el receptor del Estelí en ese juego y vio salir del aluminio de Valle cada uno de los cinco jonrones.

“Aunque fue en contra de mi equipo, admito que lo disfrute”, dice Wilson. “El viento estaba soplando más fuerte que nunca, le pudo ayudar un poco, pero la misma ventaja teníamos todos y sólo él pudo conectar cinco jonrones en el juego”.

Valle rompió el récord de cuatro vuelacercas en un juego que impuso el rivense Miguel Jiménez en 1976 y que un año después fue igualado por Ernesto López.

Nacido en Matagalpa, pero residió en Chinandega, en donde jugó toda su carrera en el beisbol nacional de 1972 a 1982. Nunca conectó más de cinco jonrones en una temporada, excepto en 1978 con 15, y de por vida bateó para .280 en 665 partidos con 650 hits.

“Fue el día más feliz de mi vida. Cuando conecté el quinto jonrón frente a Uriel Umaña, la afición me brindó una ovación de más de un minuto. Me parecía mentira todo aquello”, dijo en una entrevista Valle, quien puede sentirse orgulloso por el resto de la vida. Lo que hizo, lo volvió un inmortal en la historia del beisbol nicaragüense.

No se sabe con certeza si la hazaña de Valle era de categoría mundial y la duda se disipó el 9 de mayo de 1999, cuando Marshall McDougall descargó seis cuadrangulares en un partido del beisbol universitario de los Estados Unidos.

McDougall tuvo un juego de fantasía, al irse de 7-7 con seis jonrones y 15 carreras impulsadas. En 2005 se tomó su tacita de café en las Grandes Ligas con Texas.

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