El paciente que fallece de Covid-19 lo hace solo, sin un familiar que llore a su lado, debido a lo contagioso de la enfermedad. Ese dolor se multiplica cuando el familiar está en el extranjero y solo puede comunicarse por videollamada, como lo hizo María Rizo Zúniga para estar al tanto de los últimos días de su padre, Francisco Rizo Castellón, quien murió este lunes de Covid-19.
Rizo Castellón a sus 66 años no tenía ninguna enfermedad crónica, asegura su hija; sin embargo, en el acta de defunción que le brindaron en un hospital privado, donde estuvo internado, dice que falleció por hipertensión crónica, cuando “él jamás, jamás ha padecido de la presión y neumonía aguda, que es lo que están diciéndole a todo el mundo, pero ya sabemos que es Covid”, expresó su hija, que vive en Estados Unidos.
Su padre había presentado una tos hace unas dos semanas, pero no tenía fiebre. Rizo, abogado de profesión, trabajaba como prestamista en el mercado Roberto Huembes. Un lunes antes empezó a sentirse mal, el martes y miércoles pasó con una fuerte fiebre, de esto ya estaba alertada su hija, quien no estaba tranquila por la situación de salud en la que se encontraba su papá.
Le aconsejó que no saliera de la casa, que se cuidara, que la situación por la pandemia estaba difícil. El jueves se comunicaron con su doctor habitual, quien recomendó hacer exámenes de sangre y orina, pero ella logra volver a comunicarse con él hasta en la noche. Lo miró bien mal, cuenta la hija con una voz quebrada, se notaba cansado y con mucho sueño. Él mismo le dijo que sentía que “la vida se le iba”.
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Otro diagnóstico del Minsa: indeterminado
El viernes último deciden ingresarlo al hospital, donde le hicieron nuevamente exámenes, y una radiografía, y le aseguraron que tenía neumonía. Ese mismo día, él se quiso ir del lugar, pero ella y su médico lo lograron convencer que era necesario estar hospitalizado. Le pusieron oxígeno, no lo dejaban ver y un familiar podía llegar a preguntar sobre su estado de salud a las 2:00 de la tarde.
El domingo por la noche, un doctor del hospital le dijo que su papá estaba muy delicado, y que los resultados del exámen de Covid-19 había salido indeterminado, pero que “indeterminado significa positivo, que ellos estaban tratando los casos indeterminados como positivos”, le aseguró el médico a la hija.
El estado de salud de su padre empeoró y su hija autorizó que lo pusieran con ventilador, pero a la 6:30 p.m.de este lunes, le avisaron que había tenido un infarto cuando le estaban poniendo los tubos. La última vez que habló con él fue el sábado por la mañana, y tenía oxígeno. Una vez fallecido les dieron dos horas para sacar el cuerpo del hospital.
En este caso, su hija no podía permitir que a su padre le sucediera lo de muchos nicaragüenses, que los han enterrado a medianoche, por lo que una funeraria recogió el cuerpo para incinerarlo. Las cenizas de su padre esperarán por ella y su familia para darle el último adiós. Antes de la pandemia, los planes era que ella viajaría con su familia para estar juntos en Semana Santa.
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La joven explica que el Ministerio de Salud (Minsa) está exponiendo a la población. “En realidad no están haciendo absolutamente nada para que la gente deje de contagiarse. Es absurdo. Es inhumano lo que están haciendo”, expresa, ya que asegura que personas mayores, como su papá no tienen acceso a redes sociales, y por ende, no están conscientes de la magnitud de la pandemia. En su caso, el Minsa no ha llegado a la casa para fumigarla.
Este martes el Minsa reconoció 25 casos de Covid-19, de estos, ocho víctimas son mortales.