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El reto de identificar las noticias falsas en un régimen autoritario que las usa para su estrategia de desinformación

Expertos hacen recomendaciones para combatir las fake news en Nicaragua, que se han convertido un instrumento de la propaganda de la dictadura

En un país como Nicaragua, controlado por la dictadura de Daniel Ortega, casi siempre es fácil identificar las noticias falsas locales solo con un poco de sentido común. En el país, los bombardeos de las también llamadas fake news surgen de manera sincronizada, utilizando el mismo lenguaje, dirigidas maliciosamente contra personalidades opositoras e intentando plagiar las cuentas de los medios de comunicación independientes. Pero estas son solo algunas de sus  características delatadoras.

El politólogo Félix Maradiaga, en su faceta de director ejecutivo del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp), dirigió un estudio en 2016 sobre las redes sociales en Nicaragua. En ese entonces, el régimen orteguista se comenzaba a dar cuenta que no tenía control ni presencia en las redes sociales, porque por mucho tiempo subestimó estos espacios, según el análisis que hizo un equipo del Ieepp. Dos años después fue que el orteguismo intentó censurar la información que se publica en las redes sociales, a través de una ley que no prosperó.

La naturaleza de desinformar de los regímenes autoritarios

Las noticias falsas son una tendencia mundial, pero Maradiaga asegura que en países como Nicaragua, este fenómeno se convirtió en un instrumento de la estrategia de desinformación del régimen orteguista.

El politólogo manifestó que las dictaduras usan las noticias falsas en las redes sociales como arma para “tratar de relativizar la información” o, como le llamó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la “posverdad”, que consiste esencialmente en “generar un excesivo relativismo en cuando a la objetividad”, es decir, cuestionar la veracidad, los hechos y apelar a las emociones de la masas.

“Con el uso de las redes sociales, las estrategias de desinformación tratan de crear una nebulosa informativa, para que cuando la oposición política trate de comunicar, entonces se genera ese aspecto de la posverdad, de que ningún medio tiene credibilidad, de que todo puede ser mentira en las redes sociales”, explicó Maradiaga.

Lea Además: La era de la posverdad, un nuevo libro que cuestiona al poder y las noticias falsas

Con esa base, se tiene que tener claro que particularmente en los países con regímenes autoritarios, toda información tienen que ser puesta bajo sospecha hasta que se confirme su origen y veracidad.

¿Cómo estar seguro de la veracidad de una información en las redes sociales?

El catedrático y profesor de comunicación social, Alfonso Malespín, manifiesta que a pesar de que el mundo vive una transformación en la manera de comunicarse, debido a las nuevas tecnologías que existen, la forma de identificar la información falsa sigue siendo la más básica.

¿Cuánta información contiene la noticia? ¿Se tiene claro de dónde proviene? ¿Se pueden identificar las fechas? ¿Se establecen claramente las fuentes? ¿Se establecen claramente los hechos? ¿Se establece claramente la relación entre los hechos y las personas?

La noticia o información tiene que responder a todas esas interrogantes para adquirir credibilidad, según el profesor. “En la medida que la información no contenga fuentes, que los hechos no estén claramente acreditados, que haya poco contexto, que haya poco o ningún antecedente; en esa medida la información se vuelve cuestionable”, agregó el catedrático.

Sociométrica; la medición de los comportamientos sociales

Otra forma de identificar las noticias falsas, según Maradiaga, es a través de la sociométrica o la medición de los comportamientos sociales, en este caso, del comportamiento de las publicaciones en las redes sociales. Se puede observar un flujo de publicaciones espontáneo o artificial.

“Un patrón espontáneo es cuando surge una tendencia en redes sociales y sale de distintos perfiles, a distinta hora, con distinto lenguaje. Pero cuando distintos medios sincronizados, a la misma hora, sacan la misma noticia, con el mismo lenguaje, es imposible estadística y matemáticamente hablando que cincuenta perfiles coordinen el lenguaje, en horas similares, se trata de algo dirigido”, explicó el politólogo.

Recientemente en Nicaragua, en momentos que aumentaron los reportes ciudadanos y denuncias de contagios de Covid-19, también surgieron una serie de publicaciones falsas: de muertes y contagios de opositores, a través de plagios de las redes de los medios de comunicación independiente y comunicados falsos de negocios y empresas que en el pasado apoyaron los paros nacionales, para presionar al régimen orteguistas a buscar una salida negociada a la crisis del país. Esta lluvia de falsedades fue vista por los críticos como una manera de querer ocultar la realidad de la situación de la pandemia del Covid-19 en Nicaragua.

En estos casos, Maradiaga recomendó para combatir las noticias falsas no compartirlas, buscar voces especializadas para informarse sobre los temas de interés, verificar los hechos con las cuentas originales.

Otro tipo de violación de derechos humanos

Cuando el Estado, a través de un gobierno dictatorial, es promotor de las noticias falsas, se convierte en violador de los derechos humanos. En un contexto de pandemia como el que se vive actualmente en el mundo, el profesor Malespín opinó que el Estado que promueve información falsa sobre este tema, “es una de desgracia para la sociedad”.

“El Estado, cuando promueve noticias falsas en un contexto como el de la pandemia de la Covid-19, está cometiendo por lo menos dos tipos de delitos: el primero es violentar el derecho a la información veraz, el derecho a la salud y el derecho a la vida que están contemplados en las Constitución Política de Nicaragua. Ocultar información o promover la difusión de noticias falsas, para sustituir la falta de información de calidad, se constituye es un delito porque se expone a las personas al peligro de manera deliberada”, manifestó Malespín.

El profesor finalizó diciendo que los medios de comunicación tienen el rol de demandar al Estado información de calidad principalmente en una situación como la pandemia del Covid-19. Si el Estado no lo hace, los medios tienen que denunciar que el Estado viola la ley. También tienen que denunciar las noticias falsas vengan de donde vengan.

Herramientas de monitoreo

Otro método más técnicos para identificar y seguir el origen de las noticias falsas, es través de herramienta que proporcionan las mismas aplicaciones de las redes sociales. Por ejemplo, Twitter tiene Social Bakers Analytics Tools, para observar la cantidad de perfiles creados por un mismo origen, con lo que se puede hacer una valoración de la creación masiva de perfiles falsos.

Maradiaga aseguró que el régimen ha venido creando cuenta que aparentemente no tienen relación con su aparato oficial o sus seguidores, sino que cuentas de personas, negocios o de entretenimiento recién creados, para disparar desde esos espacios las noticias falsas e incluso hay cuenta que se disfrazan de opositoras, para engañar o confundir con sus mensajes.

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