A medio año de haber reventado como la crisis global más grande desde la Segunda Guerra Mundial, ofrezco unas reflexiones sobre el Covid-19 para ponerla en perspectiva.
Primero, la coronavirus va en serio. Ha contagiado a aproximadamente cinco millones de personas mundialmente y ha arrojado un saldo de muertos que se acerca a 400,000. Es decir, siete por ciento de los afectados han fallecido: igual a una tasa de 5 muertos por cada 100,000 habitantes.
Segundo, estas cifras revelan que el Covid-19 es mucho más contagioso que la gripe que anualmente aqueja a la humanidad. Pero, por otro lado, también demuestran que es mucho menos perniciosa que la “influenza española” de 1918. Esta última afectó a 500 millones de personas ¡la tercera parte de los habitantes del planeta! Y dejó 50 millones de fallecidos. ¡Esto se traduce en más de 3,300 muertos por cada 100,000 habitantes!
Tercero, la inmensa diferencia entre la plaga actual y la influenza española se debe en gran parte a avances médicos, a la robusta arquitectura de cooperación internacional actual y a la rápida comunicación entre los países que les ha permitido coordinar mejor su respuesta a la peste. ¡Este es un fruto de la ahora muy cuestionada globalización!
Y cuarto, Estados Unidos ha sido el país más impactado por el Covid-19. Lleva más de 1,500,000 afectados, cifra que supera a los cinco siguientes países combinados: Rusia, el Reino Unido, Brasil, España e Italia. Y de estos afectados, cerca de 95,000 han muertos. Cito estos datos porque Norteamérica es nuestro socio comercial más importante. Por ende la depresión en que se encuentra –producto del Covid-19— incide enormemente en nuestra economía. Se reflejará en una reducción de US$400 millones en nuestras remesas, en el colapso de nuestro turismo, y en una reducción de empleos en nuestras maquiladoras cuyo mercado es el estadounidense.
Cierro con un par de comentarios sobre Nicaragua. Uno de los propagandistas del gobierno ha afirmado recientemente que la actual peste es “el ébola de los blancos y los ricos”. Este comentario racista y clasista es, además, falso. En Estados Unidos, por ejemplo, los afrodescendientes y los latinos han sido los más perjudicados por el Covid-19. Y el Fondo Monetario y Banco Mundial concluyen acertadamente que los que más sufrirán por la peste serán los pobres en África, Latinoamérica y Asia. Por otro lado, Nicaragua insiste en una política de “fake news” sobre el Covid-19 que no convence a nadie. Prueba de esto es un artículo extenso que el Washington Post publicó el domingo pasado sobre los “entierros express” a los que recurre el gobierno. Más bien complica el que nuestro gobierno tenga acceso a fondos para mitigar el impacto del Covid-19.
El autor fue director del Banco Mundial.