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Michael Phelps es uno de los más grandes nadadores de todos los tiempos. LAPRENSA/ CORTESÍA

La desgarradora carta de Michael Phelps que relata cómo la cuarentena agudiza su depresión

“Nunca me curaré, esto nunca desaparecerá”, confesó el nadador estadounidense de 34 años que siempre ha luchado contra esa enfermedad

La depresión ha sido el peor enemigo de Michael Phelps desde siempre. El hombre más rápido sobre  el agua ha tenido que lidiar con esa enfermedad hasta en sus mejores momentos en su carrera y ahora se ha agudizado durante la cuarentena por el Covid-19.

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Casi dos años después de retirarse —lo hizo después de Río 2016—, en enero de 2018, confesó al mundo que a pesar de todos sus éxitos sufría una profunda depresión que lo había dejado al borde del suicidio.  Aseguró en varias entrevistas que esa etapa oscura había sido superada, sin embargo contó esta semana que eso era mentira.

Phelps atraviesa un mal momento emocional debido a la cuarentena por el coronavirus, de acuerdo una carta que escribió para el sitio de ESPN. La falta de establecimientos disponibles para nadar le ha impedido descargar todas sus emociones afectando su estado de ánimo.

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“La cuestión es que las personas que viven con problemas de salud mental lo saben, nunca desaparece”, señaló Phelps. “Tienes días buenos y malos. Pero nunca hay una línea de meta. Hice tantas entrevistas después de Río donde la historia fue la misma: ‘Michael Phelps habló sobre la depresión, entró en un programa de tratamiento, ganó el oro en sus últimos Juegos Olímpicos y ahora está mejor’. Desearía que fuera la verdad. Desearía que fuera así de fácil. Pero honestamente, y lo digo de la mejor manera posible, eso es simplemente ignorante. Alguien que no entiende con qué lidian las personas con ansiedad o depresión o trastorno de estrés postraumático no tiene idea”.

El exnadador dio gracias por no tener problemas económicos y estar rodeado de su familia, pero honesto con su situación. “Nunca me curaré. Esto nunca desaparecerá. Es algo en lo que he tenido que aceptarlo, aprender a lidiar con eso y convertirlo en una prioridad en mi vida. Y sí, es mucho más fácil decirlo que hacerlo”.

Los demonios que lo atormentaban regresaron con la pandemia. “Me vuelve loco. Estoy acostumbrado a viajar, competir, conocer gente. Esto es solo locura. Mis emociones están por todos lados. Siempre estoy al límite. Siempre estoy a la defensiva. Soy disparado tan fácilmente”.

“Hay momentos en los que me siento absolutamente inútil, donde me apago por completo pero tengo esta ira burbujeante que está por las nubes. Si soy honesto, más de una vez grité en voz alta: ‘¡Ojalá no fuera yo!’. A veces hay una sensación abrumadora de que no puedo soportarlo más. Ya no quiero ser yo”, señaló el nadador de 34 años.

Deportes coronavirus Michael Phelps archivo

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