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“La vida por encima de todo”

La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) escogió el día en que la Iglesia católica celebra a María Auxiliadora, para pronunciarse sobre la pandemia del Covid-19 que está golpeando duramente al mundo, sin que se escapen los nicaragüenses.

“Con nuestro pueblo estamos sufriendo su incertidumbre, dolor y muerte”, dicen los obispos en su mensaje.

Advierten que “el dolor y la impotencia conducen a la desesperación, familias que lloran a sus muertos sin una despedida, el temor y la inseguridad que sufre la población ante el silencio del Estado y la desinformación sobre el avance de la epidemia…” Y fustiga la Conferencia Episcopal de Nicaragua “la manipulación de la conciencia, (la) coacción y (el) oportunismo político en el manejo de la pandemia”.

Los obispos nicaragüenses se apropian de las palabras del papa Francisco, el pastor más importante de la Iglesia católica, para llamar a no oír “la voz de quien esparce odios y divisiones… Los seres humanos, por muy diferentes que sean unos de otros, han sido creados para vivir juntos”, citan los prelados.

Se conoce muy bien a quienes en Nicaragua esparcen odios y crean divisiones, los que niegan incluso el derecho a vivir de las personas que los adversan, los que no quieren que haya en el país libertad, democracia y justicia.

En el centro del mensaje de la Conferencia Episcopal resalta la defensa de la vida. “Nada es más importante que la vida, ‘la vida por encima de todo’… la vida por encima de la economía, la vida por encima de los intereses ideológicos y políticos, lo repetimos, la vida por encima de todo…”, claman los obispos.

Advierten los pastores católicos con su voz profética, que “los problemas que vienen después de la pandemia son muchos, los retos muy grandes, y solo permaneciendo vivos y unidos los podremos enfrentar”. Por eso, exhortan “a los gobernantes y a todos los sectores del país a abrirse a las alianzas y consensos para buscar y encontrar alternativas y soluciones conjuntas que nos eviten una mayor catástrofe humana”.

El mensaje de la Conferencia Episcopal no menciona la prohibición del régimen a la iniciativa humanitaria, que presentó a principios de abril pasado el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, para establecer Centros de Prevención Médica a cargo de profesionales de la salud voluntarios, así como un centro de llamadas telefónicas de urgencia, para ayudar a las personas afectadas por la pandemia que lo necesiten.

Pero los obispos están por encima de esas mezquindades políticas y lo principal para ellos es cumplir con su deber de llamar a la unión y el consenso nacional, para evitar “una mayor catástrofe humana” por causa del coronavirus.

La Conferencia Episcopal escogió para emitir su mensaje sobre la pandemia, el 24 de mayo, Día de María Auxiliadora. No ha sido por casualidad. Ella es la advocación milagrosa de la Virgen María que desde el siglo IV de nuestra época, ostenta el título de “auxilio potentísimo y eficaz de los cristianos”.

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