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Minsa obvia la causa de muerte básica en las constancias de defunción de las personas con Covid-19. LAPRENSA/JADER FLORES

Esta es la forma en la que el régimen orteguista oculta los datos de fallecidos por Covid-19

Una persona con Covid-19 puede fallecer de una arritmia cardíaca o de un shock séptico o cualquier otra causa directa, pero detrás de esta, se encuentra la infección por Covid-19, aesguran especialistas

Una persona con Covid-19 puede fallecer de una arritmia cardíaca o de un shock séptico o cualquier otra causa directa, pero detrás de esta, se encuentra la infección por Covid-19, que el régimen orteguista intenta ocultar en las constancias de defunción al evitar colocar la causa básica del fallecimiento y referirse a neumonía atípica o neumonía grave.

Este lunes, el régimen orteguista publicó el “Libro Blanco”, a través del que intenta convencer que su modelo singular para enfrentar la pandemia es pertinente, e incluso, dijo que seguía los pasos de Suecia. Sin embargo, ha dejado al descubierto la clasificación antojadiza de las causas de muertes.

Señalan que “una persona puede estar con Covid-19 pero morir de un infarto agudo, así como otra que está con Covid-19 y murió de Covid-19 por la condición del pulmón superior típico de los virus que provocan el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS, por sus siglas en inglés), como el SARS-CoV-2 que produce la COVID-19”. Es decir, omiten que la persona fallecida, había sido contagiada con el virus, y solo destacan la causa de muerte directa.

El epidemiólogo Rafael Amador señala, que independiente del diagnóstico de la defunción, siguen enterrando a los fallecidos de prisa, y si supuestamente murió por una razón que no es Covid-19, no tendrían porque sepultarlos de esa forma, ya que según el mismo protocolo del Ministerio de Salud (Minsa), el paciente que fallece de Covid-19 no se debe velar y se entrega en una caja sellada.

Si una persona que padece del corazón se contagia del SARS-CoV-2, que produce la Covid-19, la inflamación generada por la tormenta de citocinas y aparición de coagulopatías van a provocar afectaciones al órgano, y lo mismo sucede con otras fallas multiorgánicas, que se podrían convertir en causas directas de muertes, pero todo esto es empujado por la reacción del cuerpo al virus.

“Obviamente que si no le da Covid-19 probablemente no se hubiera muerto del corazón ahorita, tal vez, se hubiera muerto en otro momento, si se hubiera descuidado, si no hubiera seguido indicaciones médicas, etcétera, pero si no hubiera habido Covid, tal vez, no se hubiera muerto tan rápido. El hecho es que se están muriendo muchísimas más personas al día que en épocas normales, eso se está viendo en todos los panteones”, expresó el especialista Amador.

Las pruebas, otro mal manejo

El régimen de Daniel Ortega se intenta justificar en el Libro Blanco, en el que se autocoloca en el papel de víctima por las críticas que ha recibido ante el manejo de la pandemia.  “Las controversias sobre la contabilidad de los casos”, menciona, y explica que el Minsa, solo acepta como Covid-19 aquellos comprobados por medio de pruebas de laboratorio o por dictamen clínico. El problema con esto, es que no se transparentan el número de pruebas que se han realizado y la cantidad real de los casos.

“Dada la similitud de síntomas con neumonía e influenza estacional, que son mucho más frecuentes en el mundo y en Nicaragua, hay una tendencia de muchas personas de atribuir a COVID-19 todo fallecimiento causado por enfermedades de las vías respiratorias”, se lee en el Libro Blanco. Al respecto, el infectólogo Carlos Quant, sostiene que en el contexto de epidemia, como en el que se encuentra el país, cualquier paciente con cuadro respiratorio o incluso, si solo presenta fiebre, debe ser considerado Covid-19, a menos que se demuestre lo contrario, es ahí, nuevamente, la relevancia de hacer pruebas, que a veces son imposibles de realizar.

Quant explica que cuando una persona se contagia del nuevo coronavirus pueden atravesar dos etapas; la viral, que normalmente sucede en el 80 por ciento de los casos, que son leves. La segunda es la fase pulmonar, el paso por esta  dependerá de los factores de riesgo del paciente, es decir, si la personas padece de otras enfermedades, como diabetes, hipertensión, cardiopatía.

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En esta fase, el paciente desarrolla una neumonía, que puede evolucionar al Síndrome de Insfuciencia Respiratoria Aguda (Sira), que podría ser motivo de hospitalización. La persona no solo puede mostrar afectaciones pulmonares, sino extrapulmonares, ya que el virus por si mismo puede producir la inflamación del corazón o producir coágulos que facilitan un infarto o un derrame cerebral. En ese sentido, el paciente puede fallecer de una arritmia cardíaca, que es su causa de muerte directa, pero la causa básica es la infección por Covid-19, explicó.

Al registrar los datos en las constancias de defunción se hace la diferencia de las causas de muerte. Es decir, la causa básica será Covid-19; la intermedia, miocarditis o SIRA, y la causa directa, una arritmia cardíaca, ejemplificó Quant. Sin embargo, el Minsa obvia esas especificaciones. “Si ellos no ponen la causa básica y ponen cualquier otra cosa es una forma de desviar el diagnóstico y ocultar la información”, asegura el infectólogo, al no establecer el diagnóstico básico que es Covid, expresó.

El dilema médico al no tener pruebas

Quant destaca que una de las situaciones a las que se enfrentan los médicos es que sin una prueba diagnóstica no pueden asegurar, desde la perspectiva técnica, que murió por Covid-19, aunque se sospeche de ello, pero ese dato, como sospecha, no es válido ponerlo en el acta de defunción.

A esta limitante se enfrentan los médicos porque no se hacen las pruebas, o bien, los resultados son indeterminados y no se repiten los test o porque el paciente estaba tan grave y falleció inmediatamente, pero lo ideal es que se debería tomar una muestra para hacer los estudios epidemiológicos posterior al fallecimiento de la persona, y establecerlo en las estadísticas de los hospitales.  Ante esta dificultad, los médicos deben recurrir a indicar otras causas de muerte, de acuerdo a lo que presentaba el paciente.

 

 

 

 

 

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