El exalcalde liberal de El Ayote, Eugenio Hernández González, condenado a 25 años de cárcel por el asesinato de la periodista María José Bravo, corresponsal del diario LA PRENSA en Juigalpa en 2004, después de las elecciones municipales en noviembre de ese año, fue liberado este 13 de mayo por el régimen orteguista bajo la figura de convivencia familiar.
“El Matón del Ayote” como es conocido Hernández, después de asesinar a sangre fría de un balazo a Bravo, fue liberado junto a 2814 reos. Según las autoridades del Ministerio de Gobernación la libertad se dio en el marco de la celebración del mes de la Madre Nicaragüense, sin pronunciarse sobre las denuncias de reos por supuesta presencia del Covid-19 dentro del sistema penitenciario.
La fecha de cumplimiento de condena para Hernández González era el 9 de noviembre de 2029, es decir solo cumplió 15 años, cinco meses y 29 días de efectiva prisión. Le adelantaron casi nueve años la libertad.
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Hernández, fue declarado culpable de asesinato, por un tribunal de jurado, el 25 de enero del 2005, considerando que había dado muerte a sangre fría a la periodista Bravo, quien dejó un hijo en la orfandad. Según publicaciones del 2004, Eugenio Hernández supuestamente tenía nexos con la banda “El Guatuso”, misma que se dedicaba al abigeato y sobre la cual la periodista estaba investigando.
Varios intentos por liberarlo
La reportera recibió un balazo en el pecho, cuando se encontraba frente al Instituto Autónomo Nacional de Chontales, que fungía en ese momento como Centro de Cómputos departamental de las elecciones municipales, donde el partido Alianza por la República (Apre) hacía reclamos por presuntos fraudes electorales.
Después que Hernández González fue condenado a 25 años de cárcel, su abogado Julio Abaunza apeló el caso, pero los magistrados del Tribunal de Apelaciones la rechazaron. Sin embargo, hubo varias intentonas de parte de sus aliados liberales en el poder judicial para tratar de liberarlo argumentando una teoría denominada “la bala saltarina”.
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Esta teoría, se aseveraba que Eugenio Hernández no disparó directamente contra la periodista, sino que el arma se le disparó de forma accidental y pegó en una pared y luego rebotó en otra pared e impactó mortalmente en Bravo. Sin embargo, la teoría fue desechada y la condena quedó firme. El expediente estaba radicado en el Juzgado de Ejecución de sentencia de Juigalpa.
En uno de los recientes reportajes realizados por LA PRENSA, Esperanza Sevilla Sánchez, hermana de María José Bravo, expresó que su mamá Antonia Sánchez, con el último aliento de vida, le pidió que cuidará al niño, hijo de la periodista asesinada y que velara porque Eugenio Hernández saliera hasta que cumpliera su condena completa.