14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Juan Caldera calcula que trabajaba 17 horas en el día para atender el negocio familiar de venta de pollos. Sin embargo, tras hacerle frente a la Covid-19 , ahora tendrá que guardar 21 días de reposo y promete pasar más tiempo con la familia cuando esté totalmente recuperado. Foto: Tomada de Facebook.

Juan Caldera, el Rey de los Pollos: “Me burlé del Covid y pagué caro mi descuido”

Permaneció 14 días hospitalizado, siete en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Sermesa y ahí vio morir a dos de sus compañeros de cuarto. La terrible experiencia con el Covid-19 afirma le ha hecho dar un giro de 180 grados a su vida.

Es 25 de mayo de 2020. Un hombre alto, delgado y un poco pálido sale sentado en una silla de ruedas, empujada por un enfermero al que apenas y se le pueden ver los ojos. Ambos portan tapabocas, lentes y, en el caso del paciente, un protector facial, que dificulta ver cómo el hombre se parte en llanto tras reencontrarse con su familia. Esa es la escena que Juan Caldera, de 48 años, recordará para toda su vida, pues fue así como culminaron 14 días de lucha contra el Covid-19.

“Papito, me hiciste mucha falta”, fueron las primeras palabras de amor que recibió Caldera de uno de sus cuatro hijos, la más chiquita, quien tuvo que contener la ansiedad por abrazar a su padre porque por ahora “no está permitido”.
Caldera, también reconocido comerciante del mercado Oriental, respondió a su hija con un “creí que no te iba a volver a ver”, mientras las lágrimas se deslizaban por el rostro del hombre, que asegura pagó con creces burlarse del Covid-19.

LA IMPRUDENCIA

Antes de sentir cualquier síntoma, Caldera era uno de los que dudaba que el virus causaría “tantos estragos en Nicaragua”. El hombre grabó un video de siete segundos donde aparece diciendo: “Ya saben que todo el que escuche toser, plomo y pal río”.

Caldera además acepta que se burlaba de las medidas de seguridad que tomaban otras personas, que se sonreía al ver a alguien con mascarilla y que era uno de los que decía que “no nos iba a dar eso”.

“Estuve a punto de morir por mi descuido, me burlé y sufrí en carne propia el virus y solo gracias a Dios estoy contando el cuento. Ahora, solo les puedo decir que tenemos que evitar aglomeraciones de gente, tenemos que evitar vivir la vida de antes, ya la vida cambió y no creo que vuelva a ser igual”, dijo Caldera.

Lea además: “Si va a perder el año escolar que lo pierda”, la realidad de miles de niños nicas frente al COVID-19

Nicaragua, según el último reporte del Ministerio de Salud, registra un total de 759 casos positivos a Covid-19, 35 muertes y 370 recuperaciones. Sin embargo, el Observatorio Ciudadano de Nicaragua frente al Covid-19 suma un acumulado, hasta el 29 de mayo, de 2,966 casos sospechosos de ser positivos a Covid-19 y 805 muertes por neumonía sospechosas de ser positiva a coronavirus.

LA HOSPITALIZACIÓN

El 5 de mayo de 2020 inició el calvario. Caldera detalló que en esa fecha empezó a sentirse “con calentura”, uno de los primeros síntomas del Covid-19, sin embargo su incredulidad y la falta de otros signos de malestar le hicieron pensar que era “dengue”.

“Cuando llegué a la casa sentí una calenturita toda rara y al comienzo creí que era un dengue. Mi esposa me hizo cocimientos y yo sentía que la calentura me salía, pero luego fue una debilidad en todo el cuerpo… me sentí débil, como que me fue matando, me fue matando y ya cuando era viernes ya no aguantaba, mi esposa me intentaba ayudar, sin embargo, yo sentía morirme, sentía ahogo, dolor en todos los huesos. Eso fue viernes y sábado. Domingo y lunes fueron asfixiantes, entonces, me fui el martes a buscar mi clínica previsional del seguro”, recordó Caldera.

El comerciante de pollo del mercado Oriental y ahora reconocido pequeño empresario, pues tienen como familia más de 40 puestos de pollo en todo el país y un comedor de pollo asado cerca de Autolote El Chele, en Managua, refiere que llegó al Hospital Militar el pasado 12 de mayo y fue ahí donde le confirmaron que era positivo a Covid-19.

Juan Caldera retrató su avance en la lucha contra la Covid-19 desde sus redes sociales. Foto: Cortesía/La Prensa.

“En el hospital me tomaron una placa, me dijeron usted está dando positivo”, lamentó el también administrador de empresas de profesión.

Caldera recuerda que dentro del Hospital Militar se encontró con Ermis Morales, reconocido en las protestas sociales de 2018 como “el panadero encadenado”, que empezó a hacerle platica y entre broma y broma recuerda que Morales creía que estaba mejor, pues llegó mucho antes a atenderse.

“Cuando a mí me están tomando la placa yo no podía ni sostener esa plaquita que a uno le dan para que la abrace y respire. Entonces, recuerdo que Ermis en broma le dice al doctor: ‘Yo sí lo hice bien ¿verdad, doctor?’, pero lamentablemente su placa estaba igual que la mía”, detalló el comerciante.

Lea también: José Adán Aguerri: “Son tres años de caída y este será el peor”

Cabe mencionar que Morales falleció el pasado 24 de mayo en el hospital Sermesa. El hombre inició a presentar síntomas entre el 6 y 8 de mayo, visitó el 9 de mayo el hospital, pero lo enviaron a su casa. Regresó al Hospital Militar nuevamente el 12 de mayo, fue internado en Sermesa y estuvo intubado. Tenía comorbilidades de diabetes e hipertensión. Según el epicrisis médico entregado a la familia la muerte fue por “neumonía atípica”. No obstante, los parientes aseguraron a LA PRENSA que fue Covid-19, pero como no les hacen la prueba no les ponen eso en el epicrisis. Además, denunciaron que si le hubieran hecho la prueba ese 9 de mayo que fue por primera vez, quizás la historia hubiera sido otra.

Caldera también confirmó que ambos fueron trasladados al hospital Sermesa en Bolonia ese 12 de mayo, pero afirma no estar claro si era porque el Militar estaba lleno, pues ni siquiera protestó cuando le dijeron que iba para el otro hospital, pues se sentía sin fuerzas.

Los negocios de venta de pollo Caldera datan desde 1983, cuando Margarita Caldera, madre de Juan, inició la venta de pollo. Foto: Tomada de Facebook.

El comerciante fue hospitalizado y ubicado en una sala donde estaban otros dos pacientes, pero recuerda aún apesarado cómo vio morir en menos de 24 horas a uno de sus compañeros de cuarto.

“Llegué el martes, 12 de mayo, y ya el 13 uno de nosotros había muerto. Era un joven con sobrepeso… la verdad que ver morir a otros para mí fue como estar en el infierno porque significa que eso nos podía pasar a cualquiera de nosotros”, afirmó el también conocido Rey de los Pollos del mercado Oriental.

Los primeros tres días de hospitalización Caldera los califica como “horribles”, pues ver muertes, saber que desde los 33 años de edad padece de diabetes e hipertensión, acostumbrarse al encierro cuando era un hombre muy activo, no poder ver a la familia, pasar la mayor parte del tiempo boca abajo, conectado al oxígeno, usar pamper y sonda, no lo dejaba en paz.

EN LA UCI

El 15 de mayo, en horas de la madrugada, los médicos se acercan a Caldera y le indican que será llevado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pues la saturación de oxígeno en la sangre la tenía al 70 por ciento y no subía desde el día que fue ingresado, entonces debían intubarlo.
“Me dicen que debía ser intubado y yo ni sabía qué era eso, pero me llevaron a la UCI”, comentó Caldera.

El comerciante, una vez en el cuarto de UCI, donde asegura compartía con siete pacientes más, pudo ver como intubaban a un señor de unos 70 años de edad y otro que asegura estaba grave, pero ambos murieron.

“Yo escuchaba que le hablaban, le preguntaban si estaba consciente, pero de repente ya no habló, murió el señor en el momento que lo estaban intubando. Empezaron a intubar a otro que también estaba grave y también murió. Veo cómo están metiendo los cuerpos en bolsas negras y luego dice el médico ‘preparen a Caldera que está mal, no sube’, pero como salen a dejar los cuerpos me quedo con un enfermero que me dice que haga el esfuerzo de estar boca abajo unos días, que estar intubado es la última opción, que era mejor estar unos días boca abajo y me hace la pregunta: ¿Usted acepta ser intubado? Y dije que no, que si me iba a ir que fuera completo y no con cosas extras”, relató el comerciante de pollo.

Lea además: Lo que trae el Covid-19 en Nicaragua: de lo leve a lo peor y los tratamientos que se están aplicando a los enfermos

Caldera firmó un documento, que por su condición apenas pudo leer, donde se hacía responsable por no aceptar ser intubado. El comerciante conoció que los médicos también salieron a consultar a su esposa y le pidieron la firma para intubarlo, pero ella dijo que no lo miraba muerto y que si él no aceptaba ella tampoco quería.

Hace unos años los Caldera decidieron aventurarse a poner un negocio de venta de pollos asados en el sector de Autolote El Chele. Foto: Tomada de Facebook.

Sin embargo, ver esas muertes llenó al Rey de los Pollos de temor, tanto que en cuanto tuvo oportunidad le pidió a una enfermera que le llamara a su familia, que les dijera que quería que lo sacaran de ahí.

“Le dije: ‘Hágame un favor, llame a mi familia, dígales que me saquen de aquí, que me lleven a otro hospital. Yo tengo la certeza que con todo el dinero que me he ganado puedo estar en un buen hospital’. La enfermera me dijo que me iba a ayudar, que era cristiana, que hiciera una oración con ella, repetí con ella y tuve paz, descansé todo el día y la noche boca abajo”, recordó agradecido.

El comerciante desde entonces, según su relato, empezó a mostrar mejoría en la saturación de oxígeno en la sangre y siete días después de estar en UCI fue enviado al área de recuperación, donde pasó entre cuatro y cinco días, hasta que fue dado de alta el 25 de mayo, pero bajo la advertencia que podría regresar si no se cuidaba. “Me advirtieron que uno se puede contagiar nuevamente una y otra vez”, recordó Caldera.

Lea también: Wiwilí: «Tenemos un mal peor que el Covid-19»

El comerciante ahora, según explicó, tiene que guardar 21 días de reposo absoluto, tomando mucho líquido y no puede abrazar o acercarse a su familia a menos de dos metros.

Momento en que Juan Caldera es dado de alta del Hospital Sermesa de Bolonia.
Foto: Tomada de Facebook.

Caldera ahora duerme separado de su esposa en un cuarto hermético de su casa en Nindirí. Sin embargo, agradeció poder estar con su familia, compartir las comidas con ellos en la mesa, aunque todos guardan la distancia hasta en el comedor.

El Rey de los Pollos culmina la entrevista con LA PRENSA dando gracias a Dios por darle una nueva oportunidad de vida, a los médicos por arriesgarse para ayudarlos a superar el Covid-19 y también aprovechó para advertir a los que no creen o se burlan de la enfermedad que “sí existe”, “que muchos están muriendo” y que “deben cuidarse”.

La Prensa Domingo coronavirus covid-19 Juan Caldera archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí