La dictadura de Daniel Ortega se niega a reconocer la necesidad de decretar una cuarentena para frenar el aceleramiento de los casos de contagio y muertes por Covid-19 en Nicaragua, e ignora la petición que realizaron 34 asociaciones médicas a la ciudadanía, de llevar a cabo una cuarentena nacional voluntaria por al menos cuatro semanas.
La vicepresidenta de Nicaragua y primera dama, Rosario Murillo, ni siquiera mencionó este lunes -durante su acostumbrada intervención a un medio oficialista- sobre la pandemia en el país, menos sobre el llamado de las asociaciones médicas, en momentos en que el país vive la transmisión comunitaria y se da la curva de la pandemia. Debido a la falta de acciones de parte del régimen, las asociaciones médicas hacen un llamado urgente a la población de tomar voluntariamente la cuarentena para reducir el contagio, transmisión y muertes.
“Al día de hoy todos somos focos potenciales de contagio y transmisión de la enfermedad; por lo cual reiteramos el llamado a la población nicaragüense, la empresa privada e instituciones públicas al resguardo en casa. Somos capaces de controlar la pandemia con tu decidido apoyo y el poder que tienes, para evitar la propagación del virus”, dicta el comunicado de los médicos.
Escenario letal
¿Qué pasaría si no se lleva a cabo una cuarentena? La doctora Greta Solís, de la Asociación Médica Nicaragüense, señaló que si no se toma esta medida urgentemente solo conllevaría a más personas contagiadas y muertes. “Quedándose en casa es la mejor manera de protegerse (…) es la única manera de bajar la letalidad de este virus”, respondió firmemente.
La epidemióloga Zoila Castro, miembro de la Unidad Médica Nicaragüense (UMN), y el especialista en salud Alejandro Lagos, coincidieron con las palabras de la doctora Solís, y sostuvieron que el escenario del país sería letal si ni el régimen ni la población toman las medidas de prevención.
“Nuestra curva va a disminuir en la medida en que nosotros tomemos las medidas de higiene preventivas y eso significa no salir de los hogares, hacer nuestro propio aislamiento, usar mascarillas, practicar el distanciamiento social”, expresó Castro.
“No tenemos contabilizados nuestros muertos pero al paso que vamos, podemos llegar hacer el país con más muertos en Centroamérica”, agregó la epidemióloga.
El doctor Lagos refirió que la curva está acelerándose “violentamente”, y consideró que se necesitaría decretar cuarentena, cerrar la circulación de las personas en las calles y elaborar un protocolo de circulación para frenar la pandemia. “Se está acelerando la contaminación y el número de casos está más allá de la curva exponencial, es una velocidad inmensurable y la difusión a nivel de Managua está corriendo como pólvora”, refirió.
Hasta este 26 de mayo el Minsa contabilizaba 759 casos de contagios y 35 muertos a nivel nacional, sin embargo, la misma ciudadanía y especialistas en salud han refutado estas cifras puesto que en el país ya circula la transmisión comunitaria, lo que significa que hay grandes brotes.
Pandemia bajo criterio político
Ante esta situación el doctor José Luis Borgen, miembro de la UMN, dijo que la conducción de la pandemia en el país está sometida por “criterios políticos” y no por “criterios médico-científico”, lo que ha provocado una crisis humanitaria “que raya en crímenes de lesa humanidad porque se expone a la población al contagio y mortalidad alta porque no hay insumos y capacidad hospitalaria para atender a los pacientes”.
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El doctor Borgen declaró que fuentes internas de hospitales públicos han manifestado que cada día se contabilizan más de 10 muertes por cada hospital. “¿Eso qué significa? que el gobierno no está reconociendo que ya estamos en la etapa de mortalidad”, recalcó.