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Un punto de inflexión

En 1885 el carbón mineral sustituyó a la madera como la principal fuente para la generación de energía en Estados Unidos. Y en 2019, 134 años más tarde, se dio otro punto de inflexión: fuentes renovables –principalmente la eólica y la solar— desplazaron del primer lugar al carbón.

Una combinación de factores produjeron este hito. Entre ellos figuró el compromiso de las grandes empresas generadoras de electricidad de reducir su “huella de carbón” como su aporte a la lucha contra el cambio climático. ¡Y para limpiar sus imágenes!

Otro factor que contribuyó al cambio es la creciente eficiencia en el uso de energía. Un ejemplo de esto es la transformación de la industria automotriz. La mayoría de vehículos nuevos siguen teniendo motores de combustión interna. Pero estos son cada vez más eficientes. Además, va acelerándose la incorporación de carros con motores eléctricos a las flotas vehiculares de los países desarrollados. Los carros eléctricos todavía son una minoría, pero ya son una realidad.

La búsqueda para mayor eficiencia energética también se está dando en la construcción. Recientemente, por ejemplo, los dueños del Empire State Building completaron la remodelación de la torre cuya construcción se completó en 1931. Esta modernización implicó un extenso uso de tecnología de punta para conservar electricidad. El resultado es que el icónico rascacielos neoyorquino ahora es 40 por ciento más eficiente.

Algunas de estas tecnologías ya se están utilizando en Nicaragua en, por ejemplo, aparatos —como refrigeradoras y aire acondicionados— que utilizan “inverters” que los hacen más ahorrativos.

¿Será permanente esta transformación energética en vista de que la Administración Trump ha retirado a Estados Unidos del Acuerdo de París para el Cambio Climático y está reduciendo las metas de eficiencia para carros nuevos? Pienso que sí. Una cosa es la retórica y otra es la realidad. Por ejemplo, aunque los consumidores norteamericanos prefieren carros más grandes, también insisten en que sigan siendo más eficientes.

Por otro lado, la demanda para el carbón se ha reducido cinco años consecutivos y está 30 por ciento por debajo de lo que fue en 2014. Esta reducción en demanda continuará acentuada por la actual depresión económica en Estados Unidos. A causa de esto, las empresas de generación —los principales compradores de carbón— han ido cerrando sus centrales que queman carbón y ya han anunciado planes de cerrar a 13 centrales adicionales.

En el futuro, los generadores de electricidad priorizarán inversiones en energía renovable, principalmente en “fincas eólicas”. Por su eficiencia, la energía eólica ya ha desplazado a la hidroeléctrica como la principal renovable en Norteamérica. También habrá inversión en energía solar, pero en menor grado ya que no es atractiva para consumidores sin subsidios gubernamentales, para los cuales los fondos son escasos.

El autor fue canciller de Nicaragua.

Opinión carbón mineral Madera punto de inflexión archivo
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