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Dictadores que abdicaron

Sin caer en el maniqueísmo a ultranza, podemos decir, que en la historia de la humanidad hubo dictadores que abdicaron. En sus primeros balbuceos tanto en la antigua Grecia como en la Roma Imperial los hubo. Unos porque se hartaron del poder y comprendieron que la hora del retiro había llegado y otros porque tal vez, por inspiración divina, se dieron cuenta de que era mejor resignar el poder que seguir gobernando a un pueblo con las manos manchadas de sangre hermana.

Al revisar los anales de la historia, algunos se preguntan ¿hubo algún dictador que renunciara al poder por su propia voluntad? Como paradigma de este sensato desprendimiento presento a Sila en Roma y a Simón Bolívar en nuestro Continente Americano.

Lucio Cornelio Sila (138-78 a.d.C.) se proclamó dictador de la República Romana en el 88. Persiguió sistemáticamente a sus adversarios políticos, asesinando a muchos de ellos y apropiándose de sus bienes. 8 años después abdicó y se cree murió envenenado. El otro a quien me refiero es el Libertador Simón Bolívar (1783-1830). Abdicó al cargo de dictador y jefe supremo de la República de Venezuela ante el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819. Pasó a la inmortalidad el 17 de diciembre de 1830.

Aterrizando en Nicaragua y en pleno Siglo XXI, hay quienes también se preguntan: ¿Cuál es la razón por la que el binomio Ortega-Murillo se aferra al poder y no abdica para que los nicaragüenses podamos vivir en paz y progresar, como lo están haciendo algunas naciones vecinas? La respuesta es muy sencilla: no lo hacen porque temen pasar los días que les quedan de vida en una oscura cárcel, que es lo que en justicia se merecen: por los crímenes de lesa humanidad que han cometido (350 muertos); por el daño irreparable que le han hecho a Nicaragua con sus políticas aberrantes (caso de la pandemia coronavirus) y porque temen rendir cuentas de los 4 mil millones de dólares que han recibido de Venezuela para el pueblo de Nicaragua y que tienen depositados a sus nombres en los Bancos del campo “socialista”.

El cambio de gobierno que la gran mayoría de los nicaragüenses demandamos no será posible mientras la satrapía gobernante siga siendo respaldada por la pandilla de facinerosos que están en la cúpula del Ejército y de la Policía y mientras la presión nacional e internacional no se intensifique a tal punto que se les impida seguir maniobrando en contra de los supremos intereses de nuestro pueblo.

Nicaragüenses: nuestra patria pasa hoy por uno de los momentos más tristes de su historia. ¡No la abandonemos!

El autor es periodista y secretario general de la Asociación de Nicaragüenses en el Extranjero (ANE).

Opinión dictadores Nicaragua archivo
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