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La exportación de la revolución

El Diario Las Américas, de Miami, ha publicado este jueves 4 de junio una información titulada “Izquierda radical latinoamericana infiltra protestas en EE.UU.”

La nota informativa es firmada por la periodista nicaragüense radicada en los EE.UU., Judith Flores, y refiere que la violencia provocada por grupos ultraizquierdistas infiltrados, ha desvirtuado las justas protestas por el asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd, a manos de un policía blanco a quien con varios compañeros ya los está procesando la justicia estadounidense.

De acuerdo con las evidencias obtenidas durante las caóticas protestas, los infiltrados han instigado la violencia y el saqueo de comercios, inclusive el asedio a la casa presidencial en la ciudad de Washington. Militantes de la Brigada Internacionalista Ernesto “Che” Guevara, organizada en Venezuela con miembros de diversos países, incluyendo los EE.UU., han sido identificados en las protestas promoviendo disturbios violentos y saqueos.

También se ha visto, fotografiado y filmado a individuos portando banderas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), de Nicaragua, que es el soporte político partidista de la sangrienta dictadura prosocialista de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

“Las voces de protesta pacífica han sido secuestradas por elementos radicales violentos”, expresó el Fiscal General de los EE.UU., William Barr. En ese país democrático la protesta y la manifestación pública pacífica son derechos respetados de los ciudadanos. Pero personas y grupos extremistas bien organizados, algunos llegados del extranjero bajo cualquier cobertura, se infiltran en las protestas legítimas para provocar violencia y socavar el sistema democrático estadounidense.

Esto no es nuevo. Desde sus orígenes el movimiento comunista y revolucionario ha tenido lo que llaman “vocación internacionalista”. Lo cual significa no solo solidaridad y apoyo recíproco entre los militantes de los diversos países, sino también y sobre todo “exportar la revolución”, crear “brigadas internacionalistas” donde ha triunfado y enviarlas a otras partes para que la promuevan.

De acuerdo con la doctrina marxista original, la revolución comunista solo podía triunfar de manera simultánea en los principales países capitalistas y para consolidarse tenía que ser un fenómeno internacional. Vladímir Lenin modificó la teoría marxista y aseguró que el comunismo podía triunfar en un solo país, como ocurrió en Rusia. Pero igualmente organizó la Internacional Comunista para promover la revolución en todo el mundo.

En Nicaragua, desde que triunfó la revolución en julio de 1979 los comandantes sandinistas trataron de exportarla a los demás países de Centroamérica, en particular a El Salvador, que según ellos y sus mentores cubanos era “el eslabón más débil” de la región.

EE.UU. ofreció a los comandantes sandinistas que respetaría su revolución, a cambio de que no trataran de exportarla a El Salvador. Pero la razonable oferta gringa fue rechazada, y así, Nicaragua se convirtió en un eje de la Guerra Fría y se hundió en otra guerra civil.

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