Las autoridades de todo Estados Unidos están exhortando a los manifestantes por la muerte de George Floyd que se sometan a pruebas de COVID-19 después de una semana de marchas en las calles y contacto directo entre ellos.
“Háganse una prueba, háganse una prueba”, dijo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, y señaló que el estado está abriendo 15 nuevos sitios de test y que las personas no deben arriesgarse.
“Yo actuaría como si hubiera estado expuesto (…) presumiría que soy positivo al virus”, dijo Cuomo.
Líderes estatales y locales han lanzado llamamientos similares en Atlanta, San Francisco y Seattle.
Unas 400,000 personas se espera que regresen este lunes a sus trabajos en Nueva York, cuando la mayor ciudad del país inicia su primera fase de la reapertura. Miles estarán llenando el subway por primera vez en casi tres meses.
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Obreros de la construcción y otros trabajadores de fábricas, almacenes y algunas tiendas minoristas reanudarán sus actividades, pero las tiendas solo ofrecerán servicios de recogida en las aceras.
Los restaurantes de la ciudad seguirán cerrados al menos hasta fines del mes.
Mientras las autoridades de Nueva York parecen confiadas en que pueden reabrir, el Departamento de Salud de la Florida anunció el domingo 1,180 casos nuevos de coronavirus y advirtió que fue el quinto día consecutivo en que los nuevos casos excedieron el millar.
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Expertos en la Florida dicen que las personas se están volviendo descuidadas sobre el distanciamiento social desde que el estado alivió las cuarentenas y también destacaron que los números comenzaron a ascender junto con las protestas por la muerte de George Floyd.
El número de casos de CIVID-19 en todo el mundo supera los siete millones y más de 403,000 muertes, según cifras de la Universidad Johns Hopkins.
De ellas, más de 1.9 millones de casos y 110,500 muertes corresponden a Estados Unidos.