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educación, Nicaragua, coronavirus, clases presenciales

LA PRENSA/ARCHIVO

Padres de familia coinciden que las clases presenciales no deben reanudarse mientras persista el riesgo de contagio

Las clases virtuales en colegios y universidad privadas en Nicaragua han obligado a los padres y madres de familia a involucrarse más en el aprendizaje de sus hijos e hijas

Los padres de familia están preocupados por el avance en el aprendizaje de sus hijos a través de la modalidad en línea. Así lo demuestra una encuesta realizada por la Universidad Centroamericana (UCA) y el Diario LA PRENSA.

Desde finales de marzo de este año, las aulas de clases de los colegios y universidades privadas en Nicaragua se han trasladado a los hogares debido a la pandemia del Covid-19.

A pesar de las preocupaciones de los padres y madres de familia, estos coinciden en que las clases presenciales no deben reanudarse mientras persista el riesgo de contagio.

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Estos datos fueron obtenidos mediante un sondeo abierto realizado entre los seguidores y lectores del Diario La Prensa, durante diez días del mes de mayo. Se utilizó un formulario electrónico compartido en una nota informativa en el periódico, así como en las redes sociales del mismo diario. Por estos medios se solicitó participación voluntaria de estudiantes, docentes y padres de familia para comprender las experiencias y percepciones que han enfrentado en el reto de una adaptación repentina de las clases regulares a modalidad virtual a partir de la pandemia del Covid-19, en los distintos niveles educativos.

Dificultades en la comprensión

La mitad de los padres y madres de familia consultados consideran que en este periodo el avance de sus hijos ha sido muy poco. También consideran que ha habido dificultad en la comprensión de algunos contenidos. Respecto al impacto en las calificaciones, cinco de cada diez consultados esperan una reducción en el rendimiento académico. Esta percepción también coincide totalmente con la expresada por los estudiantes y los docentes.

A pesar de las dificultades, la mayor parte de los padres y madres de familia consultados estuvieron de acuerdo con que las clases de sus hijos migraran a entornos virtuales.

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De hecho, en los días iniciales de la crisis se conocieron comunicados de varios colegios que expresaban haber solicitado permiso al Ministerio de Educación para hacer esta transición, en gran parte debido a la resistencia de los padres de familia a que sus hijos continuaran asistiendo a clases presenciales.

Las madres apoyan más que los padres

Casi el total de los padres y madres de familia que llenaron el cuestionario indicaron que han estado apoyando activamente las asignaciones escolares de sus hijos. Esto ha implicado que han tenido que modificar sus rutinas diarias.

La mayoría asegura que han tenido que esforzarse mucho más, bajo estas condiciones, para apoyar a sus hijos e hijas.

Entre quienes respondieron positivamente a la pregunta de si han estado apoyando las actividades escolares de sus hijos, la gran mayoría son mujeres, quienes en gran parte expresan haberse sentido un poco o muy abrumadas por la cantidad de tareas en las que han tenido que apoyar a sus hijos, lo que viene a recargar el rol que juegan las mujeres en el hogar.

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Según los resultados, algunos padres y madres se sienten mejor preparados que otros para hacer frente a este reto. No obstante, la mayoría de ellos consideran que han logrado proveer a sus hijos con los medios y recursos necesarios para tomar sus clases en línea. Más del 95% de los padres y madres consultados expresaron que sus hijos atienden colegios privados o subvencionados, que han sido los centros que principalmente han adoptado modalidades de educación virtual durante la crisis sanitaria.

Los mayores retos

En cuanto al nivel de satisfacción con la atención recibida por parte de los docentes y las escuelas, el consenso no es igualmente evidente. Cerca de la mitad de las familias consultadas expresaron no estar recibiendo la atención que ellos consideran adecuada de parte de los maestros y colegios. Más del 40% de los consultados indicaron que los maestros demostraron tener poco o nulo dominio de las herramientas pedagógicas necesarias para llevar adelante las clases en modalidad virtual. Esta ambivalencia coincide con las percepciones de los mismos docentes.

Para un país como Nicaragua, con un acceso reducido a una conexión eficiente y a equipos de cómputo, el reto es mayor respecto a otros países. Los avances efectivos en los aprendizajes requieren, además de garantizar los accesos, que son imprescindibles, una preparación adecuada de los docentes y estrategias de adaptación a un nuevo ritmo y entorno de aprendizaje para los estudiantes.

En vista de las percepciones que predominan entre los actores del proceso educativo, se hace necesario desarrollar investigaciones que exploren la educación virtual en aspectos más allá de los tecnológicos (analizar, por ejemplo, los efectos del aislamiento, la motivación del estudiante, la percepción del avance y el concepto de jornada escolar en línea).

Hasta ahora es evidente que la ventaja sigue siendo para quienes asisten a centros privados de educación, que son los que han realizado mayores inversiones y cuyos estudiantes pertenecen a familias que cuentan con los medios necesarios para apoyar esta transición, como lo han hecho evidente los resultados de este sondeo.

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