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LAPRENSA/JADER FLORES

Hija de fallecido por Covid-19: “Mi papá tenía dinero para que lo hubiesen atendido en el mejor hospital, pero le dijeron ‘no hay espacio’”

Una joven de 25 años cuenta a LA PRENSA cómo perdió a su padre de Covid-19. No tuvo la oportunidad de despedirse de él

El beisbol ahora tiene otro significado para ella, siempre le recordará a su padre. Ariana Moreno al igual que el resto de sus hermanos pensaron que  su papá iba a ganarle al Covid-19. Era un hombre de 63 años, activo, sin enfermedades crónicas, que practicó mucho deporte, aficionado del equipo Bóer y al que perteneció en su juventud. Hoy ya no está más con ellos. Se fue, en soledad, el sábado 6 de junio.

La fiebre y el dolor de cabeza lo llevó a un hospital privado, donde lo revisaron, le hicieron exámenes y le dijeron que tenía una infección renal. Empezó a tomar tratamiento, pero la fiebre persistió y el cuerpo se fue poniendo aguado. Otro médico lo valoró desde casa, ya como paciente Covid-19, recibió medicinas y tuvieron que conectarlo a un tanque de oxígeno, pero al quinto día, él pidió que lo llevaran a un hospital.

Cuando llegaron al hospital Militar Escuela Dr. Alejandro Dávila Bolaños a las hermanas de Moreno les dijeron que no lo podían dejar ingresado. “Les dijeron solo lo podemos estabilizar, pero no se puede quedar ingresado acá porque no tenemos espacio”, relató la joven. Cabe hacer la salvedad, que en un monitoreo realizado por LA PRENSA días atrás, este hospital dijo que los pacientes Covid-19 que necesitaban ser internados los trasladaban a un hospital de la red pública.

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En los cementerios privados, los sepultureros usan trajes especiales como medida de prevención ante posibles contagios de Covid-19. LA PRENSA/Óscar Navarrete

Su padre, finalmente, ingresó al Hospital Bautista, ahí pasó sus últimos días, sin ninguno de sus más de diez hijos que lo acompañara. Eso le duele mucho a Moreno, no haber estado con él hasta el final, no haberse podido despedir.

Recibían los reportes de cómo evolucionaba su enfermedad por medio de llamadas telefónicas una vez al día, nadie podía llegar al hospital; unos días mejoraba, otros no mucho. A él le realizaron dos pruebas para confirmar diagnóstico de Covid-19, la primera dio un resultado indeterminado, y la segunda fue positiva. Hasta el momento,  nadie de la familia se explica cómo se contagió porque él estaba guardando las medidas e incluso había disminuido las visitas a su empresa de gestión aduanera.

Su saturación de oxígeno bajó tanto que necesitó de un ventilador, en el que pasó cuatro días, pero no resistió. El sábado cerca de las 10:00 a.m. les avisaron que había fallecido. Ese día también murió otra persona, cuyos nombres estaban en listas en poder de los guardas de seguridad del centro hospitalario, cuenta la joven de 25 años.

Moreno no es médica, pero cree que el tiempo que su papá estuvo con otros tratamientos en casa, no ayudaron mucho a su pronta recuperación. Reflexiona que “en esta situación no importa el dinero que tengás, no importa las posibilidades porque ni aun así, tenés el chance de encontrar un espacio. Mi papá trabajó toda su vida, él tenía dinero para que lo hubiesen atendido en el mejor hospital, pero aun así le dijeron no hay espacio, y es difícil andar buscando los tanques de oxígeno (…)”

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“Es una situación triste y dura porque te sentís impotente. Uno pensaría, pero tenés dinero, no importa, le podés dar todo lo que necesite, pero ni aun así, porque no hay, no tenés de donde sacar-en referencia a la situación de los hospitales y los tanques de oxígeno-”, expresó.

Cuando alguien está en agonía está la oportunidad de despedirse, de hacer una vela y dedicarle ese tiempo, y en la sepultura, al menos, puede estar junto a su familia, pero con su padre nada de eso fue posible. Incluso, en el cementerio privado en el que lo enterraron no querían dejar entrar a los cuatro vehículos que seguían el féretro.

Al final, les permitieron ingresar, con la condición que no se bajarán de los automóviles, y desde el vehículo, casi a una cuadra de su sepultura, Moreno vio como el ataúd de su padre se perdió en la profundidad de la tierra.

 

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