La Junta de Comisionados del Condado de Miami-Dade aprobó la resolución del Comisionado Esteban “Steve” Bovo de esa localidad, en la que insta a la administración del presidente estadounidense Donald Trump y al Secretario de Estado, Michael R. Pompeo, designar al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) como organización terrorista extranjera, de acuerdo con la sección 219 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, cita una nota de prensa emitida por la oficina de Bovo.
“Durante décadas, el despótico régimen sandinista se ha involucrado en el terror y aún no se ha hecho responsable. En apoyo del pueblo de Nicaragua y nuestros residentes nicaragüenses estadounidenses, agradezco a mis colegas por aprobar mi resolución instando a la administración Trump a designar al Frente Sandinista de Liberación Nacional como una organización terrorista. El condado de Miami-Dade apoya la libertad que busca la gente de Nicaragua ”, dijo el comisionado Bovo, de acuerdo a la nota de prensa emitida por su oficina.
“Durante las manifestaciones de George Floyd en el centro de Miami, hubo manifestantes que agitaban banderas del FSLN mientras marchaban cerca de Freedom Tower. Para muchos en nuestra comunidad, la bandera del FSLN representa el dolor y el sufrimiento que los nicaragüenses han sufrido y continúan enfrentando bajo el régimen sandinista”, añadió el comisionado de Miami Dade.
Este acto fue reprochado por residentes de Miami, que incluso pidieron se identificará a las personas que había sacado la bandera sandinista para que las autoridades de Migración de Estados Unidos tomara medidas en contra de estos.
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La última vez que el Secretario de Estado Michael R. Pompeo se pronunció sobre la crisis de Nicaragua fue cuando se presentó el reciente informe de Libertad Religioso 2019, en el cual expresó: “El gobierno nicaragüense acosa e intimida a los líderes y fieles religiosos y profana espacios religiosos”.
El informe de Libertad Religiosa 2019 estableció en su el capítulo sobre Nicaragua, que el dictador Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo, usaron «retórica de odio» para tolerar e incitar al acoso, la intimidación y los ataques físicos contra el clero católico, los fieles e iglesias.