En el boxeo no se busca la gloria como el fin, sino saltar la barrera de la pobreza, y eso se logra a base de dinero. Ser campeón mundial es el primer paso para abrir la cerradura de bolsas jamás imaginadas cuando infante. Chocolatito no creyó que después de vender bolsas de Pinesol junto a su papá iba a acumular más de tres millones de dólares a lo largo de su carrera como pugilista. Ahora su exigencia de más de un millón de dólares ha caído como limón a una cicatriz para los promotores y el mismo Juan Francisco “el Gallo” Estrada quienes creen que la petición echará por la borda la revancha.
Y es que la solicitud de Chocolatito puede tener varias lecturas. Sin embargo, Estrada y su promotor más allá de montarse en el tren de grandes bolsas están haciendo contrapeso al nicaragüense al decir que esa bolsa está fuera de la realidad y que es otra excusa para evitar el combate. No obstante, Chocolatito anhela el millón y lo más cerca que ha estado fueron los 600 mil dólares en la segunda pelea ante Rungvisai.
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El gran problema de Estrada es que solamente ha recibido migajas a lo largo de su carrera. Las dos peleas que más repercusión han tenido en la nueva era de los pesos pequeños han sido ante Rungvisai. Y en la primera ante el tailandés recibió solamente 100,000 dólares, mientras en la segunda su salario fue de 200,000 dólares, siendo la bolsa más grande de su carrera. En el caso de Chocolatito recibió 550,000 dólares en la primera la cual oficialmente perdió por decisión dividida y en la segunda recibió un aumento de 50,000 dólares más.
Ahora cuando Estrada pide una buena bolsa y dice que la pelea contra Chocolate vale 600,000 dólares, significa tres veces más de su mejor bolsa, mientras que para González no sería la primera vez en recibir esa cantidad. Pero, Chocolatito sabe que a sus 33 años no le quedan suficientes rivales para exigir el millón, así que prefiere aguardar hasta que le cumplan sus deseos, si ya ha esperado ocho años por ese combate un año más no hará tanta diferencia, solo en el aspecto de la edad. Entretanto Estrada extiende la mano esperando “migajas” porque piensa que su futuro está en las 118 libras, además que tiene 10 meses sin pelear.