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Modesto Agurcia destacó con Las Sabanas la pasada temporada. LAPRENSA/ CORTESÍA

El jugador rechazado dos veces de juvenil por ser bajito desarrolla su potencial dos años después

El somoteño encontró una oportunidad en otro equipo de Segunda División y ahora ficha por uno de los clubes más importantes de Liga Primera: Managua FC

El somoteño Modesto Agurcia soñaba jugar en el equipo de su pueblo, el Real Madriz, pero sus anhelos fueron frustrados una y otra vez. Un técnico mexicano le dijo en 2017 que no contaba con él y pidió al club rescindir su contrato. Un año después, dos semanas antes de comenzar la Liga, un directivo le informó que no reunía las cualidades para ser contratado.

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“Fueron momentos que difíciles, en los que lloré y los tengo presente todavía”, recuerda Agurcia, quien en la temporada 202-21 jugará con el Managua FC, el equipo de modo del futbol nicaragüense: cuatro finales consecutivas y candidato a repetir. Además representará a Nicaragua en la Liga Concacaf. “Esto es lo que siempre había soñado, llegar a un equipo grande y jugar un torneo internacional”, señala el volante.

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El jugador, ahora de 22 años, destacaba en la juvenil y la directiva del Madriz lo firmó por tres años en 2016. El mexicano Arturo Zavala arribó en la siguiente temporada 2017-18 y le comunicó a Agurcia que no contaba con él solicitando al club rescindir su contrato. “Me decepcioné, no quería saber nada del futbol. Eso me golpeó anímicamente. Me dio un poco de depresión porque pasé cuatro meses sin hacer nada. Solo iba a clases y directo a la casa. Ni jugaba en la cuadra, no salí a ningún lado”, recuerda el jugador.

Supera una depresión

Las palabras de ánimo de su madre (Carmen Gutiérrez) le ayudaron a sobreponerse y seis después lo volvió regresó a la Juvenil Especial. En el siguiente temporada 2018-19 no alcanzaba en la categoría y lo mandaron a probarse en el primer equipo. El técnico contaba con él y lo metió de titular en todos los partidos de la pretemporada. Cuando todo parecía hecho un directivo le comunicó que no reunía las cualidades futbolística para hacer el equipo.

“No me dieron una razón. Solo di la vuelta y me fui. Creo que es porque soy pequeño porque una vez un técnico me dijo que pensaba que había crecido para meterme al equipo”, recuerda Agurcia, quien esta vez asimiló de mejor manera el rechazo. Las Sabanas de Segunda División lo esperaba desde hacía tiempo y se marchó convencido que tenía potencial para estar en Liga Primera. En los Fraseros mantuvo la confianza en sí mismo y se convirtió en una pieza clave para lograr el ascenso esa misma campaña.

En su primera participación en Liga Primera llamó la atención de muchos equipos, incluyendo el Real Madriz. Ahí entendió que todo había cambiado. “Ya me miraban diferente”, señala. La oferta más atractiva era el Managua FC, uno de los clubes más importantes del país, y no lo pensó. “Algún día quiero jugar en equipo de su pueblo. El sueño siempre está”, apunta Agurcia. Seguramente esta vez no será rechazado.

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