No veo a nadie sorprendido. Es como si el Barcelona hubiese estado preparando a todos para cuando sucediera esto: fallar. El Mallorca ocultó sus penas de juego y contra el Leganés salieron a la superficie, pero este viernes ante el Sevilla se solidificaron en piedra. El equipo de Setién no causa peligro en el área rival, no derrumba defensas a base de toques, no estalla las redes ni produce asombro. La única manera de encontrar la salvación contra el Sevilla era tener a Messi en modo Dios, pero hasta el argentino parece haberse hartado de tirar la carrera de un equipo en aletargado. Tras 90 minutos los culés empataron sin goles en casa del Sevilla y dejaron servido en bandeja el liderato al Real Madrid, que enfrenta a la Real Sociedad este domingo.
La primera parte del partido fue de esos borradores que se pueden eliminar y no altera la historia. El Barsa solo se hizo notar por un tiro libre de Messi. Había recibido una falta de Reguilón y Munir. El argentino encausó la pelota a la escuadra de Vaclik, pero milagrosamente apareció el defensor Koundé de cabeza para mandarla a las gradas. Y, curiosamente el Sevilla mostró respeto a Messi nuevamente en el tiro de falta al colocar a Munir acostado detrás de la barrera para evitar sorpresas bajo la manga del mejor jugador del mundo.
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Los hispalenses respondieron en la segunda parte. La combinación Jesús Navas y Ocampo dio resultado. Al 54′ el extremo argentino recibió una pelota de Navas y el disparó tenía la potencia de un cañón. Ter Stegen logró meter a tiempo la mano para desviar. Tenía tanta potencia el disparo, que todos pensaron que había pegado en el poste. Dos minutos más tarde Munir de larga distancia mandó un latigazo al área bien cubierta del alemán. Ni Griezmann ni Puig ni Arthur cambiaron la fisionomía del equipo entrando de cambios. El Barsa pelea con sus propios demonios.
La mejor oportunidad de los culés fue a través de Luis Suárez al 87′. Un centro de Jordi Alba buscando al uruguayo, pero la mala suerte lo acompañó. Suárez no pudo golpear de la mejor manera el esférico con la zurda y la mandó sobre Vaclik. No obstante, la respuesta del Sevilla fue atrás de Reguilón. Tras un enredo en el área pequeña después del salto de En-Nesyri, el esférico cayó en la pierna derecha de Reguilón, sin embargo fue como cantarle a un sordo. Su talón de Aquiles es la derecha al ser zurdo y el disparo fue tan suave que Ter Stegen lo resolvió bostezando.
El Real Madrid podrá ser líder si consigue ganar el domingo. El jueves mostró cara de campeón.