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A Sergio León todo el tiempo le atacaron desde todos los bandos. Esta es parte de su historia. LA PRENSA/O.NAVARRETE

Sergio León, director de radio Costeñísima, falleció el 14 de junio pasado. LA PRENSA/O.NAVARRETE

Enfrentarse al narcotráfico y la persecución. La vida del periodista Sergio León Corea

Muchas veces tuvo que salir de Bluefields luego de publicar un reportaje sobre la actividad narco en la región. Al poco tiempo estaba de vuelta y trabajando. Antes de morir víctima del Covid-19 vio cumplido su sueño de tener una radio y un canal de televisión.

En medio de la noche unos sujetos entraron a la vivienda de Sergio León. Habían forzado la puerta principal y estaban haciendo lo mismo con la puerta del cuarto donde dormían el periodista y su familia. León tenía un arma y al escuchar a los bandidos soltó un tiro al aire y estos escaparon. No se llevaron ni el televisor ni el equipo de sonido. No tocaron nada.

“Parece que su único objetivo era matarlo a él o matarnos a todos”, dice Kimberly León Aguilar, hija mayor de Sergio. Por entonces ella tenía 11 años, ahora tiene 23. La joven recuerda que luego de ese episodio, su papá tuvo que contratar a guardas de seguridad que se mantenían día y noche en su casa. Así fue durante seis meses.

Eran años duros en el Caribe Sur de Nicaragua. El narcotráfico se había apoderado de gran parte de la ciudad de Bluefields y la Policía Nacional miraba para otro lado, hasta que la muerte llegaba a la misma delegación policial. Como pasó en mayo de 2004, cuando “elementos del crimen organizado” entraron al cuartel policial de la ciudad y asesinaron a cuatro oficiales utilizando armas blancas. No fue la primera vez, ni sería la última, que se vieron esos horribles crímenes y ahí, en medio de todo eso, desarrollaría su carrera Sergio.

Murió a causa del nuevo coronavirus el domingo 14 de junio en su natal Bluefields, luego de pasar 21 días batallando por su vida. Para los que lo conocieron y trabajaron con él, dejó un legado de más de 20 años de arduo trabajo periodístico.

BamBam

Su hija Kimberly, actualmente es directora de los medios de comunicación que fundó su padre. LA PRENSA/CORTESÍA
Su hija Kimberly, actualmente es directora de los medios de comunicación que fundó su padre. LA PRENSA/CORTESÍA

Fue doña Janeth León quien le puso el cariñoso apodo que acompañaría toda la vida a su hijo. Según le contó al propio Sergio, “BamBam” fueron sus primeras palabras. En una entrevista llegó a decir extrañado y entre risas que todavía le sorprendía que su madre no lo inscribiera con ese nombre en el Registro.

Sergio Warren León Corea nació en Bluefields el 11 de noviembre de 1969. Henry, su padre, se marchó a Estados Unidos y ya luego solo volvería a Nicaragua a pasar algunos días al año, por lo que doña Janeth dejó de trabajar en una empresa en el puerto de El Bluff para dedicarse a criar a sus hijos.

Desde pequeño le llamó la atención la radio. Así lo cuenta la periodista Ileana Lacayo, quien coincidió con Sergio cuando eran pequeños en un programa llamado La Ronda Infantil. BamBam en un primer momento quiso estudiar periodismo, pero le salió más fácil y barato estudiar Sociología en la Uraccan y ya luego sacó el periodismo en la Universidad Nacional en Managua.

Con otro periodista que por entonces trabajaba en radio Zinica, fundó el Noticiero Independiente, que sería una especie de precursor del noticiero Tras la Noticia, por el que se ganaría el reconocimiento y el aprecio de todo el Caribe.

Desde que salió al aire el Noticiero Independiente se caracterizó por ser ágil, controversial y enfocado en sucesos y nota roja. Se transmitía en una estación que se llamaba La Morenita y no se parecía en nada a los otros programas que sonaban por entonces. Esos años fueron de crecimiento, aprendizaje y preparación para lo que vendría después.

La radio y LA PRENSA

En septiembre de 2001 llegó al Diario LA PRENSA como corresponsal de Bluefields. Es ahí donde comienza a dar seguimiento al narcotráfico y al crimen organizado. Un año antes había llegado a este periódico José Adán Silva, quien formó parte del equipo de investigación de este medio.

Cuando ocurre la masacre policial en 2004 varios equipos de LA PRENSA se trasladaron a la ciudad caribeña para dar seguimiento al caso. Según Silva, si había algo que caracterizaba a León era su valentía.

“Era muy valiente dando cobertura. Cuando digo valiente es que él iba a buscar a los tipos que eran señalados de narcos, ya fueran parientes o testaferros. Se iba a buscarlos incluso en las comunidades. En un pueblo pequeño vos hacés eso y te condenás a muerte”, recuerda el periodista. Juntos realizaron varios reportajes que pusieron en evidencia la actividad del narcotráfico y falta de acciones de las autoridades, además de confirmar el nexo entre la Policía de Bluefields con narcotraficantes a través de expolicías que servían de enlace entre ambos.

Estos trabajos le valieron a BamBam que tuviera que salir en varias ocasiones de la ciudad y buscar refugio en Managua, mientras “se calmaban las aguas”.

Pero al poco tiempo estaba de vuelta en el Caribe y se le miraba tomando fotos de grandes casonas de dos pisos construidas de la noche a la mañana, en aquel pueblito donde la mayoría vivía de la pesca. En otras se movilizaba en moto hasta fincas donde se rumoraba que el narco enterraba armas y dinero. Después se iba a los registros para saber de quién eran esas casas y esos terrenos.

El cincuenta por ciento de sus notas eran relacionadas con el narcotráfico. Sus textos tenían un estilo directo, preciso y sin muchas técnicas narrativas. Pero eso no le impidió tocar otros temas, como el caso de la joven Militza Matute, que conmocionó a todo el país, o escribir trabajos relacionados con el cambio climático. Fue precisamente gracias a uno de estos reportajes que logró que las autoridades de la ciudad limpiaran la bahía de Bluefields, donde un centenar de barcos abandonados se pudrían.

En los quince años que Sergio León estuvo trabajando en LA PRENSA se esforzó por proponer otro tipo de agenda periodística. No quería que se hablara de la Costa Caribe solo cuando mataban a policías, cuando capturaban dinero del narcotráfico o en la temporada de huracanes.

Lo de la radio llegó poco después. A él le gustaba la crónica deportiva y su paso por las ondas hertzianas le había dejado enamorado del medio radiofónico. Así pues, el 11 de junio de 2001, junto con otros socios fundó Radio La Costeñísima en donde estrenó el noticiero Tras la Noticia, mismo que presentó de manera ininterrumpida por casi 20 años.

El equipo de La Costeñísima actualmente se encuentra teletrabajando. LA PRENSA/CORTESÍA
El equipo de La Costeñísima actualmente se encuentra teletrabajando. LA PRENSA/CORTESÍA

Con los equipos básicos salieron al aire. Poco a poco comenzaron a tejer colaboraciones y alianzas con medios, organizaciones y periodistas y la radio fue creciendo.

“En aquel tiempo en la región había trece estaciones de radio y el dinero de la publicidad era poco”, recuerda Ileana Lacayo, quien vio como La Costeñísima fue creciendo en audiencia y calidad.

Eran tiempos difíciles, no solamente por el tema económico, sino sobre todo por las constantes amenazas en contra de periodistas, ya fuera de parte del narcotráfico, como de parte de la misma Policía.

Lacayo confiesa que en una ocasión tuvo que acudir a Sergio para que le ayudara a buscar protección.

“Recibí una serie de amenazas anónimas en mi contra y de mi familia. Entonces Sergio me ayudó para que el mismo Ejército custodiara mi casa por quince días, ya que no podíamos llamar a la Policía porque no sabíamos si eran ellos los de las amenazas”, cuenta Lacayo vía telefónica.

En otra ocasión un grupo de al menos veinte comunicadores se reunió para celebrar el Día nacional del Periodista. Entre ellos estaba Ángel Gahona, quien sería asesinado el 21 de abril de 2018, mientras daba cobertura a una serie de protestas en Bluefields. Se encontraban en la casa de Lacayo y se percataron de que estaban siendo vigilados.

“Eran dos tipos que en la ciudad eran señalados de sicariato. Se pusieron de forma descarada frente a la casa y se bolseaban las pistolas”, recuerda Lacayo.

Al final ellos esperaron a que anocheciera y lograron encontrar la forma de salir escondidos.

Este tipo de acoso hizo que en muchas ocasiones estos periodistas decidieran aplicar “la ley del hielo” a la Policía. Como método de protesta porque no actuaba ante la persecución y el hostigamiento. Entonces los comunicadores no daban cobertura a las ceremonias o actos de la Policía.

Pero Sergio tenía una característica que disgustaba a muchos de sus amigos. Era muy tolerante con las personas que le atacaban. En su misma estación de radio tenía un programa que era un campo pagado desde donde se criticaba la postura política de Sergio León y su medio de comunicación.

En el noticiero había una sección para que los oyentes llamaran y realizaran preguntas o comentarios y todos los días un supuesto pastor evangélico llamaba para atacar al director de La Costeñísima. El supuesto religioso siempre comenzaba sus particulares monólogos con la palabra “bendiciones”, para luego soltar acusaciones contra aquellos que cuestionaban al Frente Sandinista. Los pobladores comenzaron a llamar a este pastor “el maldiciones”, por sus constantes ataques verbales.

“No entendía por qué Sergio dejaba que esa gente le insultara todos los días. Él solo me respondía que no quería caer en la trampa de ellos, de cerrarles los micrófonos y censurarlos”, dice Lacayo.

A Sergio León todo el tiempo le atacaron desde todos los bandos. Los liberales le acusaban de sandinista por su fugaz paso por el Ejército Popular Sandinista; por otro lado, los sandinistas lo señalaban de ser aliado de los liberales; y los partidos indígenas de la Costa lo acusaban de ser liberal y sandinista al mismo tiempo.

Covid-19

Directamente en la tierra. Así quería BamBam que lo enterraran, según su familia. LA PRENSA/CORTESÍA
Directamente en la tierra. Así quería BamBam que lo enterraran, según su familia. LA PRENSA/CORTESÍA

La última vez que Kimberly vio con vida a su padre fue el martes 9 de junio en una videollamada que duró solamente ocho minutos. BamBam estaba hospitalizado pese a que en días anteriores había dicho que no quería terminar en un hospital público. Así se lo dijo a su familia y al periodista Julio López.

“No pudimos traerlo a Managua a un hospital privado porque su condición era delicada”, señala López, quien conversó con Sergio León un día antes de que lo internaran en el Hospital Ernesto Sequeira Blanco, en Bluefields.

De sus cinco hijos solamente Kimberly se quedó trabajando en la radio y en el canal de televisión. Porque otro de los sueños que León vio cumplidos fue el de fundar su propio canal de televisión.

En enero de 2019, tras reiteradas amenazas, Kimberly y su hermano mayor tuvieron que salir del país rumbo a Estados Unidos. “Mi papá estaba preocupado por nosotros y nos mandó a pasar una temporada donde mi abuelo”, explica. Ella regresó luego de un par de meses para integrarse de nuevo al trabajo en la radio.

Un año antes a BamBam le habían diagnosticado lupus y además padecía de diabetes y era hipertenso. Los primeros síntomas de Covid-19 los presentó a finales de mayo. Antes había reunido a los 10 trabajadores de la radio y les había pedido que se quedaran en sus casas y solo llegaran a las instalaciones de la emisora cuando fuera necesario.

Radio La Costeñísima abre programación todos los días a las 6:00 de la mañana. Sergio León presentaba el noticiero, luego quedaba programación variada y era cuando él salía a las calles tras la noticia. Recorría el pueblo y la gente lo detenía cada dos pasos.

“Era como si fuera el alcalde. Todos lo saludaban, le ponían quejas, denunciaban algo o le contaban sus problemas”, cuenta su hija.

—Adiós BamBam, andá date una vuelta por el mercado para que mirés cómo está.
—Claro que sí, voy a ir a hablar con la gente a ver qué pasa.
Así era en cada esquina.

A mediodía la radio tenía una segunda audición del noticiero y por la tarde ponía música y programas juveniles. A las 7:00 de la noche cerraba la emisora. A esa hora BamBam llegaba a su casa, cenaba y se dormía para estar temprano al siguiente día y repetir la misma rutina.

En esa última videollamada Sergio alcanzó a decirle a su hija que la amaba. La aconsejó y prácticamente le entregó la radio. Le dijo que confiaba en ella, que en sus manos quedaba parte de su vida, que era la radio y el canal de televisión. A los ocho minutos ya estaba cansado y le faltaba la respiración, el médico intervino y tuvieron que cortar la comunicación.

Sergio León Corea murió a las 9:35 de la mañana del domingo 14 de junio. Las calles de la ciudad, que desde que se desató la peste se mantuvieron vacías, vieron pasar su ataúd blanco. La gente se asomó para decirle adiós a BamBam por última vez.

Al siguiente día estaba al aire el programa Tras la Noticia, como le prometieron que sería cuando él ya no estuviera.

***

Denuncia en contra

A finales de mayo un ciudadano denunció por injurias y calumnias al periodista Sergio León. La razón de esta querella fueron unas declaraciones del alcalde del municipio de La Cruz de Río Grande, Juan Espinoza, quien señaló la muerte de dos personas supuestamente por Covid-19. En esos días León ya se encontraba enfermo y en cuarentena por lo que pidieron una reprogramación. Organizaciones como el PEN Nicaragua denunciaron esta acción como una “nueva campaña de presiones”.

Solidaridad

La Costeñísima muchas veces abrió sus micrófonos para organizar “hablatones”, para recolectar dinero para personas afectadas por inundaciones y otros problemas de la comunidad. Desde la radio siempre se defendieron los derechos de los pueblos indígenas y la libertad de expresión.

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