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El doctor Sergio López Tórrez (izquierda), cirujano oncólogo y laparoscopista, con una de sus pacientes. El 9 de junio el médico fue despedido tras firmar un pronunciamiento solicitando al Estado medidas ante el Covid-19. LA PRENSA/ Cortesía

Régimen despide a pionero en tratamiento del cáncer de hígado y el médico se entera a través de Facebook

Médicos altamente calificados que el 30 de abril firmaron un pronunciamiento exigiendo medidas estatales ante el Covid-19 han sido despedidos de los hospitales públicos. Entre ellos el primer cirujano de hígado y páncreas vías biliares de Nicaragua.

El doctor Sergio López Tórrez, médico cirujano con dos subespecialidades, está preocupado. El cáncer de hígado es la primera causa de muerte por cáncer en Nicaragua y ahora que el Ministerio de Salud (Minsa) lo ha despedido muchas personas se quedarán sin los procedimientos que él practicaba en el hospital público Roberto Calderón Gutiérrez, conocido como Manolo Morales.

López, de 44 años, es el primer cirujano de hígado y páncreas vías biliares del país y hace dos semanas, el 9 de junio, se enteró a través de publicaciones en Facebook de que su contrato fue cancelado por las autoridades del hospital. Aunque él aún no ha recibido la carta de despido, ya que en estos momentos se encuentra fuera del país, varios de sus colegas informaron que se halla en la lista de médicos despedidos por solicitar al régimen que tome medidas ante la pandemia de Covid-19. Y nadie lo ha contactado para negar esa información.

“Elaboramos una carta donde instábamos al Gobierno a reflexionar, a dictar medidas de protección, a que brindara medidas de protección a médicos y enfermeras, a la población”, señala. “La represalia del Ministerio de Salud fue despedir a los médicos más calificados y con eso tratar de mandar un mensaje al resto: ‘si al especialista y al subespecialista lo despidieron, pues yo voy a ir ahí’. Esa es mi reflexión”.

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Altamente calificado

Debido a la pandemia, el médico está varado desde marzo en Brasil, donde estudia un doctorado. Llegó con el propósito de permanecer solo seis semanas, pero la cuarentena alargó su estadía. Es cirujano general y cirujano oncólogo graduado en la Universidad Federal de Ciencias de la Salud (UFCSPA), de Brasil. Además es máster en Hepatología, también por la UFCSPA, y cirujano laparoscopista con estudios en Argentina, Brasil y Estados Unidos.

“Yo hacía cirugías, procedimientos innovadores que solo en el hospital (Manolo Morales) teníamos. Esos procedimientos no se van a hacer más. Ese grupo de pacientes queda desprotegido”, lamenta.

Obtener toda esa formación especializada le tomó al menos diez años. En el hospital no “pueden decir voy a sacar a este cirujano y voy a meter otro”, señala.

Cada semana atendía a cuatro o cinco pacientes y les practicaba novedosos procedimientos quirúrgicos o de embolización que alargaban por varios años su esperanza de vida. Muchas eran personas de escasos recursos que llegaban desde lugares remotos, como el Triángulo Minero, Río San Juan y San Carlos y conocían Managua porque tenían cáncer de hígado.

A juicio del doctor López es “ridículo politizar” la pandemia de Covid-19, que para él es la mayor emergencia sanitaria que Nicaragua ha vivido. “Bajo ningún punto de vista quería que esto se volviera político”, afirma. “Al Gobierno le hace falta escuchar al gremio médico pensante. No queremos actuar en contra del Gobierno, sino en beneficio de los pacientes”.

Poder atender a pacientes de escasos recursos era una “retribución” por todos sus años de estudio, dice el médico. En un futuro espera volver a hacerlo, pero sin presiones políticas y en un lugar donde se respete su libertad de pensamiento.

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El doctor López con el radiólogo intervencionista Julio Castillo Blandino en el hospital Manolo Morales, luego de realizar la quimioembolización de un tumor de hígado en 2013. LA PRENSA/ Cortesía

“Como delincuente”

El doctor Gustavo Adolfo Méndez, oncólogo pediadra, también fue despedido hace dos semanas. Él trabajaba en el Hospital Manuel de Jesús Rivera, La Mascota y, al igual que el doctor Sergio López, respaldó el pronunciamiento del pasado 30 de abril, en el que 543 médicos señalaron la falta de medidas estatales ante el nuevo coronavirus y, asimismo, remarcaron la continúa exposición de los profesionales de la Salud  y de la población en general por parte del régimen, a través de la promoción de actividades masivas y la restricción del uso de equipos médicos de protección.

A Méndez lo despidieron el 10 de junio, cuando volvía de diez días de vacaciones. Lo trataron “como un delincuente”, recuerda. “Ni siquiera me querían dejar pasar del portón principal. Me dijeron: ‘no puede pasar’. Después como que recapacitaron y le dijeron al del taxi: ‘Pase y lo deja en Recursos Humanos’. Recursos Humanos queda en la entrada. Solo me entregaron la carta, que no decía nada, y no pude entrar a sacar mis cosas, quedaron en la oficina”.

El doctor Méndez llevaba en el hospital más de dos décadas. Actualmente estaba dando seguimiento a muchos niños, a algunos de los cuales diagnosticó tumores que se habían pasado por alto. Entre otros procedimientos, realizaba biopsias de médula ósea y aplicaba quimioterapias a pacientes de 0 a 15 años de edad.

Con su despido, afirma, solo quedan cuatro pediatras oncólogos para atender a los alrededor de sesenta pacientes que diariamente son llevados a este hospital capitalino. “Esto es un golpe fuerte para la población”, sostiene.

Un día antes de que le entregaran su carta, dice, otro médico también fue despedido.

Para Méndez el pronunciamiento que los médicos firmaron es solo un pretexto. “No consideré que podía haber represalias al firmar la carta”, asegura. “Para ellos es una excusa porque lo consideraron hasta un mes después, porque ven que va en su contra y porque ven que el Presupuesto General de la República se está acabando y no es remoto que en este tiempo disminuyan más las pensiones del Seguro Social”.

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El doctor Gustavo Adolfo Méndez, oncólogo pediatra, fue despedido de La Mascota el pasado 10 de junio. LA PRENSA/ Cortesía

Otro despido

Los despidos de médicos han continuado. Este reciente 19 de junio circuló una carta en la que la directora del Hospital Escuela Oscar Danilo Rosales Argüello (Heodra), en León, cancela el contrato de trabajo del doctor César Elim Rivas López, cirujano pediatra, argumentando que “no brinda una buena atención a los pacientes”.

La autenticidad del documento fue confirmada a LA PRENSA por el médico Jonathan García, presidente de la Asociación Nicaragüense de Cirugía Pediátrica (Aniciped), a la que Rivas pertenece.

El doctor Rivas también firmó el pronunciamiento del 30 de abril. Para García, el Ministerio de Salud parece llevar “la secuencia de los médicos” que respaldaron la carta de apoyo al personal de Salud del país. “De todos los despidos que han hecho ninguno tiene validez”, afirma.

Él también firmó la carta; pero el régimen no puede despedirlo porque no trabaja en un hospital público.

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