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Mantengamos firme nuestra esperanza

¿Dónde está Dios en mi angustia? Es una pregunta que casi todos nos hemos hecho alguna vez. Quizá nuestro entorno, las noticias negativas, alarmantes o exageradas motivan nuestra angustia más que la realidad. Pero también hay momentos muy dolorosos en que se justifica clamar a Dios preguntándole: ¿Dónde estás?

Nicaragua es un país donde el sufrimiento ha sido constante desde la conquista española hasta nuestros días. Mi generación vivió el terremoto de Managua de 1972 en que tuvimos 20 mil muertos, 10 mil heridos y 300 mil quedaron sin hogar. Hemos sufrido devastaciones por destructivos huracanes. Conocimos muy bien el gobierno de Anastasio Somoza Debayle, un dictador insaciable de poder y riqueza, violador de los derechos humanos. En 1979 Somoza fue derrocado mediante una insurrección armada encabezada por el Frente Sandinista, pagando un precio de sangre para quedar peor que antes, con un régimen comunista que durante los 80 destruyó el país empobreciéndolo y endeudándolo, practicó el revanchismo, confiscaciones, persecución a la empresa privada y a la Iglesia, y supresión de todas las libertades con una dictadura férrea.

Se libró la guerra civil de la Resistencia contra un Ejército Sandinista que impuso el Servicio Militar obligatorio hasta para niños de 16 años. Una guerra con saldo de 50 mil muertos. La perestroika soviética trajo al mundo el fin de la guerra fría y permitió que en 1989 tuviéramos elecciones en las que la unidad opositora con doña Violeta B. de Chamorro derrotó a Daniel Ortega y al sandinismo. Tuvimos 17 años de respiro y progreso con tres gobiernos democráticos.

Pero, quienes no respetan la democracia, se aprovecharon de errores y culpas de algunos políticos que dieron paso a que en 2007 Daniel Ortega y los sandinistas volvieran al poder. Desde entonces la democracia y la libertad fueron poco a poco retrocediendo, el gobernante fue acaparando todos los poderes y reeligiéndose mediante fraudes, hasta que en abril de 2018 la dictadura violatoria de los derechos humanos hizo explotar a un pueblo insubordinado que fue reprimido brutalmente, tiñéndose de sangre nuevamente Nicaragua.

En medio de la dictadura y la represión, el coronavirus ahora apareció como una pandemia mundial, pero en Nicaragua, a diferencia de otros países donde los gobiernos protegen a sus pueblos, la dictadura, bajo la dirección de la esposa del presidente, Rosario Murillo, hace todo lo contrario y lanza al pueblo al contagio prohibiendo la cuarentena, retrasando cierres de escuelas y universidades, obligando a marchas, festivales y otras aglomeraciones sin mascarillas protectoras, acaparando el test del coronavirus, brindando información falsa para minimizar el contagio, despidiendo a gran parte del personal de salud por protestar estas medidas y causando una explosión de contagiados y fallecidos.

Nicaragua sigue sufriendo, pero este pueblo es valiente y creyente. Sabe que el mal siempre al final es vencido. Que antes nos levantamos de un terremoto y de los estragos de los huracanes, que salimos de la dictadura de Somoza, que logramos sustituir el comunismo por tres gobiernos democráticos. Los nicaragüenses confiamos en Dios sabiendo que siempre ha estado y estará cerca. Que nos recuperaremos del coronavirus y saldremos también de esta dictadura.

En la vida siempre vamos a enfrentar la muerte, enfermedades y situaciones difíciles. No podemos ignorar que las tragedias existen como parte de la historia humana. Pero, nunca debemos perder la esperanza. Jesús nos dice: “Estas cosas les he dicho para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicciones; pero no tengan miedo: yo he vencido al mundo” (Juan 16.33).

Es verdad que tenemos derecho a preguntar a Dios: ¿Dónde estás? Pero en el fondo del corazón sabemos que Él siempre ha estado aquí, a nuestro lado, diciéndonos: “Las montañas se correrán y las colinas se moverán, pero mi amor de tu lado no se apartará” (Isaías 54.10). “Con amor eterno te he amado, por eso he reservado gracia para ti” (Jeremías 31.3).

El autor es comentarista político y de temas religiosos.
www.adolfomirandasaenz.blogspot.com

Opinión esperanza archivo
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