La vicepresidenta Rosario Murillo anunció que alistan un plan de celebración de cara al 41 aniversario de la Revolución Popular Sandinista, este próximo 19 de julio, sin advertir el contexto de la pandemia de Covid-19, aunque dijo que “será un julio hermoso y novedoso, innovador”, pero no definió si este implicaría la aglomeración de sus partidarios en la plaza La Fe, que ha sido la forma tradicional de recordar el hecho histórico.
“Estamos completando los preparativos para este mes de julio, 41 años de nuestra hazaña, el triunfo de la Revolución Popular Sandinista. Preparando este julio, julio heroico, julio victorioso, julio novedoso, julio con tanta innovación, tanta imaginación, tanta creatividad, tanto amor, tanto empeño, julio , julio de todos”, expresó en la alocución de este mediodía, después de anunciar que el dictador Daniel Ortega “estará con nosotros en los próximos días”, y no como había confirmado este martes, que comparecería este miércoles, al final de la tarde.
Desde el inicio de la pandemia de Covid-19 el orteguismo no ha parado de promover actividades de aglomeración de toda índole, desde partidarias, hasta culturales y turísticas, en un intento por asegurar la normalidad en un país, que sigue en el ojo de la epidemia por SARS-Cov-2. Esto ha provocado la muerte incluso en la propia militancia.
A juicio del analista político Eliseo Núñez, Ortega está preocupado por cómo se siente su militancia “y él iba a comparecer porque está repensando todo el tema de la celebraciones de julio debido a que la militancia tiene miedo al contagio”.
Sobre el 19 de julio cuando el país está en plena curva exponencial de contagio por Covid-19, Núñez expuso que el régimen intentará realizar de forma masiva en la Plaza La Fe Juan Pablo II, valorando si su militancia “le va a llegar porque mucha gente del Frente está con miedo a estas alturas porque siente que la están mandando a contagiarse y morir”.
¿Habrá repliegue?
En su comunicación Murillo destacó que “vamos a preparar un plan hermoso que nos asegure ese patrimonio, desde ese patrimonio porque todo lo que hacemos, lo hacemos, en primer lugar, porque Dios nos da la energía, la confianza, el optimismo, y la esperanza que nos renueva cada día y lo hacemos inspirados en ese infinito patrimonio heroico que tenemos en Nicaragua. Tantos hermanos y hermanas que también dieron su vida por la vida (…)”, sostuvo.
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Antes del 19 de julio, el orteguismo también recuerda con una caminata el repliegue hacia Masaya, que en el 2019, se limitó a realizar el acto de cierre en un campo de futbol, a las afueras de la ciudad, y no en la icónica placita Pedro Joaquín Chamorro, en el corazón del Monimbó. En el 2018, Daniel Ortega y Murillo se refugiaron en la estación de policía, blindada por cientos de agentes armados, mientras los monimboseños les expresaban su repudio con la explosión de bombas de contactos, después, se desarrollaría la “operación limpieza”, que dejó luto y dolor.
Pese a que los epidemiólogos han señalado la necesidad de orientar una cuarentena y detener cualquier evento masivo, el régimen orteguista ya ha dejado claro que esta no se hará, excusándose en la prioridad de mantener la economía a flote.
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